domingo, 9 de febrero de 2014

“La sensación es que los gestores de la Administración son recelosos en ceder esa responsabilidad a los clínicos” dice Carlos Macaya :: El Médico Interactivo ::

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“La sensación es que los gestores de la Administración son recelosos en ceder esa responsabilidad a los clínicos” dice Carlos Macaya



Santiago de Compostela (08-10/02/2014) - Antonio Pais

• El presidente de FACME señala que los profesionales "no somos tan optimistas como la Administración, ni nos sentimos tan integrados en las Unidades de Gestión Clínica" en el V Congreso de Gestión Clínica celebrado en Santiago de Compostela, donde reclama "autonomía de gestión real, evaluada e incentivada"


• Javier Castrodeza, director general de Ordenación Profesional del Ministerio, alude a que las UGC deben ser un modelo "de convencimiento de los profesionales" y a la corresponsabilidad que deben asumir éstos

La distancia que, en materia de gestión clínica y de su implantación en diferentes comunidades autónomas españolas, existe entre los profesionales y la Administración, la resumió este viernes Carlos Macaya, presidente de FACME, en una frase: "Los profesionales no somos tan optimistas ni nos sentimos tan integrados en los diferentes proyectos de Unidades de Gestión Clínica (UGC), creo que hay bastante más optimismo por parte de la Administración que en la realidad del profesional". El doctor Macaya ha hablado así para abrir su intervención en la mesa redonda 'Modelos de Gestión Clínica (GC) en España', moderada por Félix Rubial (Sergas) y  en la que también han participado Javier Castrodeza (Ministerio de Sanidad) y representantes de los Servicios de Salud de Asturias (Carlos Díaz) y de Galicia (Julio García Comesaña).
La mesa de debate se ha celebrado en la segunda y última jornada del V Congreso de Gestión Clínica, que ha sido organizado por la Fundación Gaspar Social para la Investigación y el Desarrollo de la Salud, con la colaboración del Sergas, en Santiago de Compostela.
Carlos Macaya ha alertado en primer lugar de la "utilización inadecuada" de los términos por parte de las distintas Administraciones, que está dando lugar a "equívocos y a confusión". "Yo recomendaría que consensuáramos un glosario de términos", ha dicho.
Para el doctor Macaya, siendo la ciudadanía la que sustenta el SNS, "hay otros agentes que intervienen y son muy importantes: los profesionales, con las sociedades científicas, los sindicatos o los universitarios, la industria... todos ellos tienen que actuar y modular el SNS". Y recordó la alta valoración que se tiene de los profesionales por parte de la ciudadanía, pero que pese a ello "la sensación muchas veces es que los gestores de la Administración son recelosos a ceder esa responsabilidad a los clínicos, que estamos dispuestos a asumir un papel más relevante en la gestión del SNS y creemos estar 'legitimados' a liderar el proyecto de las UGC", ha señalado.
Por eso, el presidente de FACME incidió en "lo rebuscado" o farragoso de algunas definiciones de gestión clínica. En FACME tardamos dos horas en encontrar una clara, muy concreta: transferir, delegar, descentralizar, la capacidad y la responsabilidad de todas las decisiones de gestión a los profesionales para mejorar la relación entre la calidad y el coste de los servicios; ésta es la definición que querríamos que se utilizara. Hablar de rediseños organizativos puede llevar a la confusión".
Decálogo de FACME
Carlos Macaya recordó el decálogo elaborado por FACME en materia de gestión clínica, con puntos como prestar la asistencia conforme a los principios del SNS, la autonomía de gestión "evaluada, incentivada y no sólo asistencial, y que no se olvide la parte de formación y de investigación, y que no se hable de ahorro que da miedo utilizar esa palabra", ha afirmado. La finalidad ha de ser prestar una asistencia de calidad, y es "deseable que los contratos de gestión se hagan directamente con el Servicio de Salud, que delegará después", y debe tener recursos definidos y un presupuesto anual, una organización y normas internas propias, un balance de resultados y adscripción voluntaria.
En todo ello, en la implantación de las UGC, las sociedades científicas deben colaborar con la Administración. El doctor Macaya ha hablado de dos tipos de UGC, unas con autonomía "limitada, para nosotros muy limitada" y otras "con autonomía plena, como las EBAs nacidas en 1996 en Cataluña y que han ofrecido resultados evaluados y satisfactorios".
"Debe haber una transferencia real a los profesionales. Las EBAs se quedaron ahí, no se extendieron y hay que preguntarse por qué", se ha preguntado el presidente de FACME, que ha resumido que el éxito de las UGC va a venir dado "por el mayor o menor grado de gestión que se le otorgue al profesional".
En una última reflexión, ya en el turno de preguntas, el doctor Macaya ha resumido que a las UGC se acude en etapas de crisis económica, "se olvidaron en los tiempos de bonanza entre 2001 y 1010; ahora se recuperan como herramienta de eficiencia y de sostenibilidad. Los profesionales somos escépticos respecto a nuestra autonomía de gestión en ellas: un simple cambio de nombre no va a mejorar los resultados: la GC no debe depender de la política"
La posición del Ministerio
Javier Castrodeza, director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, habló de la gestión clínica como de "un reto" que "no es nuevo" y que "puede ayudar a que los profesionales del SNS ocupen un papel mucho más protagonista en la toma de decisiones", afirmó.
Castrodeza ligó en todo momento las UGC en la necesidad de buscar fórmulas que mejoren la eficiencia y que permitan la sostenibilidad del sistema sanitario sin que éste pierda sus características de calidad y de ofrecer una asistencia segura a los usuarios. "Al Ministerio le corresponde la legislación básica, la coordinación y la planificación; y a las CCAA, lo relativo a los recursos humanos, la gestión asistencial y los recursos económicos".
El director general se refirió a experiencias anteriores y actuales, como las del Insalud en 2001 o el decreto de hospitales en 1987 que buscaba dar a éstos mayor autonomía de gestión; o las de Asturias desde 2009, que ha "valorado positivamente" sus resultados, Andalucía desde 2008 o los proyectos en marcha en Galicia o Castilla y León.
"Es un camino desbrozado que ahora necesita una reflexión, una prolongación sobre el rigor y la corresponsabilidad que debe haber entre todos. Pero hay un camino andado", dijo.
Castrodeza recordó que el Estado, a través del RD 16/2012, normativizó la necesidad de "avanzar en la participación de los profesionales en la gestión de los centros" como medida de sostenibilidad y de eficiencia, la aprobación en 2013 en el Congreso de la necesidad de definir un modelo de GC y la modificación de normas como la LOPS o el Estatuto Marco para "resaltar el papel de la GC y que también tenga cabida en el marco estatutario", explicó.
Así, se estableció un marco para que las CCAA desarrollasen, de acuerdo a sus competencias y así lo consideraban oportuno, esta cuestión, dando "un protagonismo a los profesionales, reclamado por éstos: ellos son quienes tienen la capacidad de decisión y el eje fundamental del sistema, y cualquier cambio debe hacerse en colaboración con ellos", añadió, y citó a Alfonso Castro Beiras en la afirmación de éste de que "cualquier decisión clínica es una decisión social". "La GC es una oportunidad", dijo.
En referencia a los criterios que las UGC deben tener, desde el punto de vista del Ministerio, Castrodeza apuntó los de voluntariedad, pues "debe ser un modelo de convencimiento de los profesionales", la autonomía de gestión, la responsabilidad de las decisiones y los acuerdos de gestión "no sólo para médicos, sino multiprofesionales" que contengan mecanismos de incentivación "o de compensación"
Experiencias autonómicas
Carlos Díaz, jefe de Servicio de Calidad y Gestión Clínica del Servicio de Salud del Principado de Asturias, explicó la experiencia de GC en la comunidad desde el año 2009 hasta en la actualidad: en 2014, Asturias cuenta con 44 UGC en funcionamiento (más de tres mil profesionales en ellas gestionan 267 millones de euros). "Las UGC no son un fin ni una disculpa, se trata de mejorar lo público desde lo público pero ara su implantación es necesario un cambio cultural porque crea desconfianza entre los profesionales", dijo, "aunque éstos son informados, oídos y formados".
En Asturias existe adscripción automática de los profesionales a las UGC, con renovación anual voluntaria. Carlos Díaz incidió en la evaluación de los resultados que se hace y en el "nuevo modelo de mesogestores creado. Y, ya en el turno de preguntas, explicó al hablar de autonomía de gestión que ésta está limitada por la necesidad de respetar los derechos adquiridos por los profesionales, "por las características de lo público".
De la experiencia en Galicia habló Julio García Comesaña, subdirector general de Ordenación Asistencial e Innovación Organizativa del Sergas. El proyecto gallego está  "apunto de ponerse en marcha" con la esperada publicación del Decreto que lo desarrollará y que busca "darle peso a los clínicos en la toma de decisiones. García Comesaña incidió en que el proyecto cuenta con el respaldo político y con el rechazo sindical, así como en la necesidad de dar una más completa información a los profesionales en esta materia.

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