INVESTIGACIÓN Ha generado cuatro estudios con pacientes con una inversión de 12 millones
El fracaso de los ensayos clínicos del CNIO en hospitales públicos
A mediados del pasado mes de septiembre María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), y Antonio L. Andreu, director del Instituto de Salud Carlos III, recibieron una carta en la que una ciudadana con un caso de cáncer muy cercano preguntaba incrédula por qué se financia con fondos públicos un sistema de ensayos clínicos en el CNIO al que no tiene acceso un enfermo de cáncer (pongamos de Sevilla), a no ser que llegue a él a través de un hospital privado y previo pago de una gran cantidad de dinero. «Lo que no entiendo es cómo con dinero público, médicos del sistema público e investigadores del sistema público se realizan ensayos clínicos en hospitales privados y no en los públicos», decía la carta. Esta señora, que prefiere no ser citada, aún no ha recibido respuesta alguna.
Pero su queja no está muy alejada de la realidad. En 2009, el centro nacional de referencia del cáncer anunció la puesta en marcha de su programa de investigación clínica -dirigido por el doctor Manuel Hidalgo- gracias a un acuerdo firmado con el Hospital Universitario de Fuenlabrada, gestionado por la Comunidad de Madrid. La puesta en marcha de esta iniciativa requirió de una inversión pública de algo más de 12 millones de euros, según el informe de auditoría del programa firmado por CET auditores y en poder ahora del Ministerio de Sanidad.
Pero, según datos del propio CNIO, en ese tiempo -aunque una fuente cercana al programa asegura que comenzó a funcionar en septiembre de 2011- el centro nacional ha realizado sólo cuatro ensayos clínicos. Y, mientras tanto, el privado Hospital de Madrid -cuyo programa clínico está dirigido por el propio investigador del CNIO Manuel Hidalgo- ha realizado varias decenas de ellos y ha participado en dos de los que ha hecho el centro nacional del cáncer. «Eso significa que Manuel Hidalgo ha incluido en ensayos del CNIO y el Hospital de Fuenlabrada a cerca de 20 pacientes en 2012, mientras que en el Hospital de Madrid ha contado con más de 400», explica una fuente del CNIO. Según la propia página web del Hospital de Madrid, sólo en el último año ha contado con 65 nuevos pacientes en sus ensayos clínicos.
No obstante, el informe de auditoría imputa a su programa de ensayos clínicos todos los gastos de personal, viajes y una larga lista de material científico y tecnológico, entre otros gastos, por valor de 12.152.075 euros.
El propio Hidalgo reconoce que los ensayos de Fuenlabrada no han ido bien, porque «es el sitio erróneo». «Es un hospital pequeño, con poca base de pacientes», asegura. Y corrobora que Fuenlabrada contó en 2012 con 20 pacientes y que contará con cerca de 50 en 2013, mientras el Hospital de Madrid tuvo 450 en 2012 y tendrá cerca de 530 este año.
Las cifras le dan la razón a la mujer que enviaba su queja a la dirección del centro. Según su carta, a un paciente sin seguro médico privado «tan solo se le abre la vía de la sanidad privada mediante pago de una importante cantidad de dinero, por encima de 100.000 euros, ello porque una entidad pública que se financia en una buena parte con nuestros impuestos hace los ensayos clínicos en un denomindo Hospital de Madrid y en el conocido MD Anderson», cita.
Para la sanidad privada los ensayos clínicos son un suculento negocio, ya que las empresas farmacéuticas que los financian pagan entre 6.000 y 10.000 euros por cada paciente en fase I. Un dinero que bien podrían estar ingresando las arcas públicas si los ensayos clínicos que Hidalgo realiza en centros privados se realizasen en el Hospital de Fuenlabrada, o con cualquier otro de carácter público.
En la situación actual del centro, inmerso en un proceso de Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que llevará a más de 50 personas a perder su trabajo y con tensiones evidentes desde hace tiempo, ninguna de las fuentes consultadas por este diario ha querido que se revele su identidad. Una de ellas, cercana al programa clínico, asegura que el objetivo de estos ensayos clínicos «no es generar ingresos, sino proyectos de investigación».
La situación en Fuenlabrada se agrava con la renuncia del actual oncólogo del CNIO destinado allí, Carlos Gómez, que abandonará su puesto en las próximas semanas, pero no ha querido hablar con este diario.
Pero su queja no está muy alejada de la realidad. En 2009, el centro nacional de referencia del cáncer anunció la puesta en marcha de su programa de investigación clínica -dirigido por el doctor Manuel Hidalgo- gracias a un acuerdo firmado con el Hospital Universitario de Fuenlabrada, gestionado por la Comunidad de Madrid. La puesta en marcha de esta iniciativa requirió de una inversión pública de algo más de 12 millones de euros, según el informe de auditoría del programa firmado por CET auditores y en poder ahora del Ministerio de Sanidad.
Pero, según datos del propio CNIO, en ese tiempo -aunque una fuente cercana al programa asegura que comenzó a funcionar en septiembre de 2011- el centro nacional ha realizado sólo cuatro ensayos clínicos. Y, mientras tanto, el privado Hospital de Madrid -cuyo programa clínico está dirigido por el propio investigador del CNIO Manuel Hidalgo- ha realizado varias decenas de ellos y ha participado en dos de los que ha hecho el centro nacional del cáncer. «Eso significa que Manuel Hidalgo ha incluido en ensayos del CNIO y el Hospital de Fuenlabrada a cerca de 20 pacientes en 2012, mientras que en el Hospital de Madrid ha contado con más de 400», explica una fuente del CNIO. Según la propia página web del Hospital de Madrid, sólo en el último año ha contado con 65 nuevos pacientes en sus ensayos clínicos.
Gastos no reconocidos por el director
El director del programa de Ensayos clínicos del CNIO, Manuel Hidalgo, quiso ayer aclarar su postura y aseguró a este diario que él no ha gastado los 12 millones del crédito concedido a su programa. «Yo no he dispuesto de más de dos millones, el resto el CNIO lo ha gastado en material científico. En Fuenlabrada no ha habido actividad para gastar 12 millones, eso es ovbio», explicó Hidalgo.No obstante, el informe de auditoría imputa a su programa de ensayos clínicos todos los gastos de personal, viajes y una larga lista de material científico y tecnológico, entre otros gastos, por valor de 12.152.075 euros.
El propio Hidalgo reconoce que los ensayos de Fuenlabrada no han ido bien, porque «es el sitio erróneo». «Es un hospital pequeño, con poca base de pacientes», asegura. Y corrobora que Fuenlabrada contó en 2012 con 20 pacientes y que contará con cerca de 50 en 2013, mientras el Hospital de Madrid tuvo 450 en 2012 y tendrá cerca de 530 este año.
Las cifras le dan la razón a la mujer que enviaba su queja a la dirección del centro. Según su carta, a un paciente sin seguro médico privado «tan solo se le abre la vía de la sanidad privada mediante pago de una importante cantidad de dinero, por encima de 100.000 euros, ello porque una entidad pública que se financia en una buena parte con nuestros impuestos hace los ensayos clínicos en un denomindo Hospital de Madrid y en el conocido MD Anderson», cita.
Para la sanidad privada los ensayos clínicos son un suculento negocio, ya que las empresas farmacéuticas que los financian pagan entre 6.000 y 10.000 euros por cada paciente en fase I. Un dinero que bien podrían estar ingresando las arcas públicas si los ensayos clínicos que Hidalgo realiza en centros privados se realizasen en el Hospital de Fuenlabrada, o con cualquier otro de carácter público.
En la situación actual del centro, inmerso en un proceso de Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que llevará a más de 50 personas a perder su trabajo y con tensiones evidentes desde hace tiempo, ninguna de las fuentes consultadas por este diario ha querido que se revele su identidad. Una de ellas, cercana al programa clínico, asegura que el objetivo de estos ensayos clínicos «no es generar ingresos, sino proyectos de investigación».
La situación en Fuenlabrada se agrava con la renuncia del actual oncólogo del CNIO destinado allí, Carlos Gómez, que abandonará su puesto en las próximas semanas, pero no ha querido hablar con este diario.
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