“Es destacable la gratuidad del servicio sanitario de los aeropuertos españoles, es algo que no ocurre en algunos aeropuertos europeos”
Octubre de 2013 - Ana Montero
Antonio Zurita, médico del Servicio Médico del Aeropuerto Madrid-Barajas, ha concedido una entrevista a EL MÉDICO
El servicio médico del aeropuerto de Madrid-Barajas atendió durante 2012 a más de 16.000 personas que necesitaron asistencia sanitaria de diferente índole en las instalaciones aeroportuarias. En lo que va de año, la cifra de asistencias ronda ya las 9.000. Del total de estos usuarios que tuvieron que ser atendidos, alrededor de un 30 por ciento fueron trabajadores que prestan su servicio en el propio aeropuerto y las consultas más habituales estuvieron relacionadas con dolencias digestivas, traumatismos, lesiones y consultas de Otorrinolaringología. Antonio Zurita es el médico del servicio médico del Aeropuerto de Madrid-Barajas que desde hace más de 60 años cuenta con este servicio, en el que trabajan 82 profesionales sanitarios, y que está a disposición de pasajeros y usuarios las 24 horas del día, los 365 días del año.
Usted es el responsable de la asistencia médica de un aeropuerto, ¿qué supone manejar la asistencia sanitaria en un entorno de estas características, con tanta afluencia de gente los 365 días del año?
Como todo servicio de urgencias, depende de la demanda y, en este sentido, hay momentos más tranquilos y otros críticos, de ahí que la lógica y la experiencia jueguen un papel fundamental. Normalmente, los tres servicios médicos del aeropuerto -dos en las terminales T2 y T4 y otro en el edificio T4S (Edificio Satélite)- dependen del médico que está de servicio en la T4 y todo el mundo es consciente de su labor y de lo que tiene que hacer. El servicio médico del Aeropuerto de Madrid-Barajas, activo desde hace más de 60 años, está a disposición de los pasajeros y usuarios las 24 horas del día, los 365 días del año, y está planificado para asistir a cualquier persona que solicite ayuda médica en el recinto aeroportuario, así como para atender cualquier urgencia médica y trasladar a un enfermo, si fuera necesario, hasta un hospital. Sólo en ocasiones muy puntuales, de catástrofes o atentados, se pide ayuda a un servicio externo.
¿En qué consiste exactamente su trabajo? ¿Se sigue algún protocolo especial? En situaciones de catástrofes o alertas de enfermedades infecciosas, ¿hay algún tipo de plan establecido?
El protocolo está recogido en el manual de autoprotección y además se contemplan tres niveles de emergencia, teniendo en cuenta que no es lo mismo una emergencia en un avión que una emergencia sanitaria en cualquier parte del aeropuerto. Así pues, por un lado, existe la alarma local, en la cual se nos activa a nosotros pero sin salir de las dependencias; la alarma general, en la que se nos activa y acudimos al sitio del incidente, en este caso también se activa a los servicios externos pero no se les desplaza hasta aquí; y la de emergencia, cuando ya existe un accidente y se movilizan servicios externos e internos para hacerla frente y se produce un despliegue de medios. Además, el aeropuerto cuenta con el Centro de Gestión Aeroportuaria (CGA) que nos coordina a todos y activa los recursos necesarios para atender la emergencia.
¿Cuáles son las principales barreras a las que se enfrentan?
Un aeropuerto es un punto nodal donde confluyen a diario cerca de 200.000 personas, de diversos sitios, de diferentes culturas, con diferentes idiomas e, incluso, con diferentes patologías. En este contexto, el servicio de información del aeropuerto es bueno y aunque, lógicamente, no hay gente que conozca todos los idiomas, al final todo acaba resolviéndose. El idioma nunca ha sido un problema definitivo con nadie, hay veces que es más problemático el choque cultural, ya que, por ejemplo, hay personas de ciertas culturas que no se dejan explorar. En cualquier caso, todo se acaba manejando. Además, el hecho de hacer un viaje en avión es estresante para todo el mundo, incluso para los que estamos acostumbrados a ello, lo que quiere decir que hay patologías que surgen o se averiguan nuevas en el propio aeropuerto y otras que se agravan por el hecho del estrés. En este sentido, hay patologías que precisan de una mayor medicación si se va a estar sometido a un proceso estresante como es un vuelo. Por ejemplo, una persona epiléptica, al estar sometida al estrés del viaje, necesitaría potenciar un poco su medicación. Por otro lado, si ha olvidado su medicación o la ha dejado en la maleta y ésta se ha perdido o se retrasa, lógicamente, todo se agrava.
Junto a usted, ¿qué otros profesionales intervienen y cuál es su labor?
El servicio médico de Madrid-Barajas cuenta con tres puntos de atención sanitaria. Dos de ellos ubicados en las terminales T2 y T4, de acceso libre al pasajero, al estar situados en las zonas de llegada de ambas terminales, y otro, estratégicamente localizado, en el edificio de T4 Satélite, que cuenta con un médico y dos técnicos sanitarios que están de 7 de la mañana a 11 de la noche, para poder llevar a cabo una rápida intervención en esta zona más alejada de las instalaciones. En total, en el servicio médico del Aeropuerto Madrid-Barajas trabajan, a turnos, 82 profesionales sanitarios, 25 de ellos médicos, y en cada una de sus tres dependencias se dispone de un equipo médico compuesto por médicos, enfermeras y técnicos de emergencias. Además, con el objetivo de dar una asistencia urgente completa y estar preparados para casos de traslados de pacientes graves, el aeropuerto cuenta con tres vehículos especiales: una UVI móvil, con médico, ATS y dos técnicos sanitarios las 24 horas todo el año; un vehículo de intervención rápida -VIR- equipado con la tecnología e instrumental sanitario similar al anterior; y una ambulancia de asistencia urgente. Luego hay un camión de emergencias y dos carros de emergencias dotados de material para ser utilizados en caso de catástrofes que están ubicados en el servicio de "Follow Me". En otro orden de cosas, hay que señalar que Madrid-Barajas ha sido uno de los primeros aeropuertos en convertirse en "Aeropuerto Cardioprotegido" ya que a lo largo de las instalaciones de Barajas hay 75 puntos de rescate cardiaco y más de 800 empleados formados en primeros auxilios y reanimación cardio-pulmonar.
¿Es usted responsable de la salud laboral de los empleados del aeropuerto? ¿Existe algún programa de prevención?
Para AENA hay un servicio de Salud Laboral en la T2, Iberia también tiene un servicio de salud, pero nosotros vemos a trabajadores del aeropuerto, de Iberia, a todos... En teoría el servicio médico del aeropuerto sería para tripulantes y pasajeros, pero en realidad, vemos a acompañantes, visitantes, taxistas, empleados de Metro, de RENFE, policías, Guardia Civil, inadmitidos, deportados, incluso, personas "sin techo".
¿Con qué tipo de tecnologías, materiales y equipos cuentan?
El equipamiento, tanto la medicación como los medios tecnológicos, es decir, lo necesario para dar soporte médico avanzado, es el mismo para todos servicios médicos del aeropuerto, lo que es distinto es el tipo de vehículo. Lo único que no tenemos, pero porque tampoco lo necesitamos porque no hacemos traslados lejanos, ya que nuestro hospital de referencia es el Ramón y Cajal que está a 10-12 minutos de aquí, son bombas de infusión. En cualquier caso, es algo que se podría superar con los microgoteos. Además, contamos con un sistema de triage que categoriza a las víctimas en caso de catástrofe o accidente. En este sentido, aunque hay varios métodos de clasificación rápida de heridos, Alfredo Goitia (Aeropuerto de Bilbao), Juan Manuel Millán (Aeropuerto de Sevilla) y yo diseñamos un método, Método Rápido de Clasificación en Catástrofes (M.R.C.C.), una variante simplificada del método S.T.A.R.T. del grupo de trabajo del Hoag Memorial Hospital Presbyterian de California, que pudiera ser utilizado tanto por personal sanitario como por personal no médico. Es un método sencillo y fácil de aplicar que permite clasificar a una víctima en menos de un minuto. Su uso, que valora secuencialmente la Marcha, la Respiración, la Circulación y la Conciencia (M.R.C.C.), junto con los kit de clasificación M.R.C.C., permiten la correcta realización de un primer y segundo triage, así como la recogida de la información más relevante del herido. Así pues, se trata de un sistema de información rápido, fundamentalmente para el aeropuerto, en el que se contemplan cuatro categorías: pulsera negra, para el cadáver; pulsera roja, para la persona con urgencia vital; pulsera amarilla, para la persona leve pero que está afectada, y pulsera verde para el que está ileso. Aunque las tres últimas categorías pueden evolucionar de un color a otro, la herramienta permite tener al aeropuerto una información rápida del suceso y de la cantidad de víctimas. Otra cuestión es que este sistema lo asimilen otros servicios médicos de emergencia. En cualquier caso, nuestra labor en caso de catástrofe o accidente grave es el triage y el montaje del Área Médica Avanzada (AMA), después los medios de ayuda externos son los que, en definitiva, deciden.
¿Cuál es la formación que ha de tener un profesional que se dedique a la Medicina en este entorno? ¿Cómo se forman los médicos en este ámbito? ¿Existe algún tipo de formación oficial?
Independientemente de la titulación de cada categoría, médico, enfermera, ATS y técnico de Emergencias, en España, y concretamente en Madrid, es obligatorio hacer el máster en Urgencias y Emergencias. Además, por supuesto, son bienvenidos cursos de reanimación cardiopulmonar (RCP) avanzado; de urgencias... Como miembro de la Sociedad de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), mantenemos la reivindicación histórica de la declaración de esta disciplina como una especialidad.
¿Se requiere alguna formación adicional a la estrictamente sanitaria?
La labor social que se hace no entra dentro de nuestro cometido, pero aquí entra en juego el compromiso ético del profesional.
Por lo que se refiere a la práctica asistencial, ¿a cuántos pacientes se suele atender a lo largo de un día? ¿Cuáles son las lesiones o casos más frecuentes con que se encuentra?
Durante 2012 más de 16.000 personas fueron atendidas en las instalaciones aeroportuarias y en lo que va de año, la cifra de asistencias supera ya las 9.000. Además, del total de estos usuarios que tuvieron que ser atendidos, alrededor de un 30 por ciento fueron trabajadores que prestan su servicio en el propio aeropuerto. Las atenciones más comunes llevadas a cabo por sanitarios del aeropuerto están relacionadas con dolencias del aparato digestivo, traumatismos y lesiones por golpes o caídas, y consultas de Otorrinolaringología.
En base a estos datos, ¿algunas son evitables?
Sí, especialmente si la gente se conciencia de que tiene que llevar su medicación y tomarla, sobre todo, en patologías como la epilepsia, la hipertensión o las crisis asmáticas. El avión es un medio muy seco y la presión parcial de oxígeno es menor de lo normal, por estas razones, entre otras, hay ciertas patologías que se agravan por el hecho del medio.
En este ámbito, ¿qué se hace o qué tenemos en los aeropuertos de España que no se haga fuera y, al contrario, qué se hace fuera de nuestras fronteras que no hagamos aquí? ¿Hay algún aeropuerto de España puntero al respecto?
En principio, los aeropuertos españoles, tanto en distancia con los medios de ayuda exterior como en coordinación con los mismos, están bien cubiertos. Asimismo, un aspecto fundamental a destacar es la gratuidad del servicio, de hecho, algunos aeropuertos europeos cobran por este servicio sanitario y en la gran mayoría la cobertura sanitaria es privada. En nuestro caso, la política sanitaria de AENA es atender a todos los usuarios que lo requieran, se podría decir que funcionamos como un centro de salud más dentro del territorio, aunque, sobre el papel, no exista obligación de hacerlo. Además, hay que destacar que, de las 15.000 asistencias que se realizan al año, apenas hay reclamaciones, todo lo contrario, recibimos felicitaciones.
¿Hay alguna ley que obligue a mantener un servicio médico en un aeropuerto?
No es obligatorio disponer de médicos propios en los aeropuertos, es decir, no hay ley como tal, aunque sí hay recomendaciones de su conveniencia por parte de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional). Por otro lado, sí está reglamentado que, como mínimo, todo país ha de tener un aeropuerto sanitario internacional y, en este sentido, en España, el único que hay es Madrid-Barajas, reconocido por la OMS (Organización Mundial de la Salud).
En otro orden de cosas, y dada la situación que estamos viviendo, ¿cómo valora el panorama sanitario español actual? ¿Están afectando los recortes a los servicios médicos del aeropuerto?
De momento no, por lo menos en este aeropuerto. Cada cierto tiempo surgen políticas sanitarias aeroportuarias, pero, por el momento, en los grandes aeropuertos españoles no están afectando los recortes. AENA mantiene la asistencia sanitaria presencial permanente y el servicio de ambulancia para evacuación durante todo el horario operativo en los aeropuertos con más de 8 millones de pasajeros al año, si bien todos los aeropuertos de la red garantizan una atención de primeros auxilios y un traslado a un servicio médico reglamentario si se requiere. En definitiva, mediante medios propios o externos, la asistencia está garantizada.
Usted es el responsable de la asistencia médica de un aeropuerto, ¿qué supone manejar la asistencia sanitaria en un entorno de estas características, con tanta afluencia de gente los 365 días del año?
Como todo servicio de urgencias, depende de la demanda y, en este sentido, hay momentos más tranquilos y otros críticos, de ahí que la lógica y la experiencia jueguen un papel fundamental. Normalmente, los tres servicios médicos del aeropuerto -dos en las terminales T2 y T4 y otro en el edificio T4S (Edificio Satélite)- dependen del médico que está de servicio en la T4 y todo el mundo es consciente de su labor y de lo que tiene que hacer. El servicio médico del Aeropuerto de Madrid-Barajas, activo desde hace más de 60 años, está a disposición de los pasajeros y usuarios las 24 horas del día, los 365 días del año, y está planificado para asistir a cualquier persona que solicite ayuda médica en el recinto aeroportuario, así como para atender cualquier urgencia médica y trasladar a un enfermo, si fuera necesario, hasta un hospital. Sólo en ocasiones muy puntuales, de catástrofes o atentados, se pide ayuda a un servicio externo.
¿En qué consiste exactamente su trabajo? ¿Se sigue algún protocolo especial? En situaciones de catástrofes o alertas de enfermedades infecciosas, ¿hay algún tipo de plan establecido?
El protocolo está recogido en el manual de autoprotección y además se contemplan tres niveles de emergencia, teniendo en cuenta que no es lo mismo una emergencia en un avión que una emergencia sanitaria en cualquier parte del aeropuerto. Así pues, por un lado, existe la alarma local, en la cual se nos activa a nosotros pero sin salir de las dependencias; la alarma general, en la que se nos activa y acudimos al sitio del incidente, en este caso también se activa a los servicios externos pero no se les desplaza hasta aquí; y la de emergencia, cuando ya existe un accidente y se movilizan servicios externos e internos para hacerla frente y se produce un despliegue de medios. Además, el aeropuerto cuenta con el Centro de Gestión Aeroportuaria (CGA) que nos coordina a todos y activa los recursos necesarios para atender la emergencia.
¿Cuáles son las principales barreras a las que se enfrentan?
Un aeropuerto es un punto nodal donde confluyen a diario cerca de 200.000 personas, de diversos sitios, de diferentes culturas, con diferentes idiomas e, incluso, con diferentes patologías. En este contexto, el servicio de información del aeropuerto es bueno y aunque, lógicamente, no hay gente que conozca todos los idiomas, al final todo acaba resolviéndose. El idioma nunca ha sido un problema definitivo con nadie, hay veces que es más problemático el choque cultural, ya que, por ejemplo, hay personas de ciertas culturas que no se dejan explorar. En cualquier caso, todo se acaba manejando. Además, el hecho de hacer un viaje en avión es estresante para todo el mundo, incluso para los que estamos acostumbrados a ello, lo que quiere decir que hay patologías que surgen o se averiguan nuevas en el propio aeropuerto y otras que se agravan por el hecho del estrés. En este sentido, hay patologías que precisan de una mayor medicación si se va a estar sometido a un proceso estresante como es un vuelo. Por ejemplo, una persona epiléptica, al estar sometida al estrés del viaje, necesitaría potenciar un poco su medicación. Por otro lado, si ha olvidado su medicación o la ha dejado en la maleta y ésta se ha perdido o se retrasa, lógicamente, todo se agrava.
Junto a usted, ¿qué otros profesionales intervienen y cuál es su labor?
El servicio médico de Madrid-Barajas cuenta con tres puntos de atención sanitaria. Dos de ellos ubicados en las terminales T2 y T4, de acceso libre al pasajero, al estar situados en las zonas de llegada de ambas terminales, y otro, estratégicamente localizado, en el edificio de T4 Satélite, que cuenta con un médico y dos técnicos sanitarios que están de 7 de la mañana a 11 de la noche, para poder llevar a cabo una rápida intervención en esta zona más alejada de las instalaciones. En total, en el servicio médico del Aeropuerto Madrid-Barajas trabajan, a turnos, 82 profesionales sanitarios, 25 de ellos médicos, y en cada una de sus tres dependencias se dispone de un equipo médico compuesto por médicos, enfermeras y técnicos de emergencias. Además, con el objetivo de dar una asistencia urgente completa y estar preparados para casos de traslados de pacientes graves, el aeropuerto cuenta con tres vehículos especiales: una UVI móvil, con médico, ATS y dos técnicos sanitarios las 24 horas todo el año; un vehículo de intervención rápida -VIR- equipado con la tecnología e instrumental sanitario similar al anterior; y una ambulancia de asistencia urgente. Luego hay un camión de emergencias y dos carros de emergencias dotados de material para ser utilizados en caso de catástrofes que están ubicados en el servicio de "Follow Me". En otro orden de cosas, hay que señalar que Madrid-Barajas ha sido uno de los primeros aeropuertos en convertirse en "Aeropuerto Cardioprotegido" ya que a lo largo de las instalaciones de Barajas hay 75 puntos de rescate cardiaco y más de 800 empleados formados en primeros auxilios y reanimación cardio-pulmonar.
¿Es usted responsable de la salud laboral de los empleados del aeropuerto? ¿Existe algún programa de prevención?
Para AENA hay un servicio de Salud Laboral en la T2, Iberia también tiene un servicio de salud, pero nosotros vemos a trabajadores del aeropuerto, de Iberia, a todos... En teoría el servicio médico del aeropuerto sería para tripulantes y pasajeros, pero en realidad, vemos a acompañantes, visitantes, taxistas, empleados de Metro, de RENFE, policías, Guardia Civil, inadmitidos, deportados, incluso, personas "sin techo".
¿Con qué tipo de tecnologías, materiales y equipos cuentan?
El equipamiento, tanto la medicación como los medios tecnológicos, es decir, lo necesario para dar soporte médico avanzado, es el mismo para todos servicios médicos del aeropuerto, lo que es distinto es el tipo de vehículo. Lo único que no tenemos, pero porque tampoco lo necesitamos porque no hacemos traslados lejanos, ya que nuestro hospital de referencia es el Ramón y Cajal que está a 10-12 minutos de aquí, son bombas de infusión. En cualquier caso, es algo que se podría superar con los microgoteos. Además, contamos con un sistema de triage que categoriza a las víctimas en caso de catástrofe o accidente. En este sentido, aunque hay varios métodos de clasificación rápida de heridos, Alfredo Goitia (Aeropuerto de Bilbao), Juan Manuel Millán (Aeropuerto de Sevilla) y yo diseñamos un método, Método Rápido de Clasificación en Catástrofes (M.R.C.C.), una variante simplificada del método S.T.A.R.T. del grupo de trabajo del Hoag Memorial Hospital Presbyterian de California, que pudiera ser utilizado tanto por personal sanitario como por personal no médico. Es un método sencillo y fácil de aplicar que permite clasificar a una víctima en menos de un minuto. Su uso, que valora secuencialmente la Marcha, la Respiración, la Circulación y la Conciencia (M.R.C.C.), junto con los kit de clasificación M.R.C.C., permiten la correcta realización de un primer y segundo triage, así como la recogida de la información más relevante del herido. Así pues, se trata de un sistema de información rápido, fundamentalmente para el aeropuerto, en el que se contemplan cuatro categorías: pulsera negra, para el cadáver; pulsera roja, para la persona con urgencia vital; pulsera amarilla, para la persona leve pero que está afectada, y pulsera verde para el que está ileso. Aunque las tres últimas categorías pueden evolucionar de un color a otro, la herramienta permite tener al aeropuerto una información rápida del suceso y de la cantidad de víctimas. Otra cuestión es que este sistema lo asimilen otros servicios médicos de emergencia. En cualquier caso, nuestra labor en caso de catástrofe o accidente grave es el triage y el montaje del Área Médica Avanzada (AMA), después los medios de ayuda externos son los que, en definitiva, deciden.
¿Cuál es la formación que ha de tener un profesional que se dedique a la Medicina en este entorno? ¿Cómo se forman los médicos en este ámbito? ¿Existe algún tipo de formación oficial?
Independientemente de la titulación de cada categoría, médico, enfermera, ATS y técnico de Emergencias, en España, y concretamente en Madrid, es obligatorio hacer el máster en Urgencias y Emergencias. Además, por supuesto, son bienvenidos cursos de reanimación cardiopulmonar (RCP) avanzado; de urgencias... Como miembro de la Sociedad de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), mantenemos la reivindicación histórica de la declaración de esta disciplina como una especialidad.
¿Se requiere alguna formación adicional a la estrictamente sanitaria?
La labor social que se hace no entra dentro de nuestro cometido, pero aquí entra en juego el compromiso ético del profesional.
Por lo que se refiere a la práctica asistencial, ¿a cuántos pacientes se suele atender a lo largo de un día? ¿Cuáles son las lesiones o casos más frecuentes con que se encuentra?
Durante 2012 más de 16.000 personas fueron atendidas en las instalaciones aeroportuarias y en lo que va de año, la cifra de asistencias supera ya las 9.000. Además, del total de estos usuarios que tuvieron que ser atendidos, alrededor de un 30 por ciento fueron trabajadores que prestan su servicio en el propio aeropuerto. Las atenciones más comunes llevadas a cabo por sanitarios del aeropuerto están relacionadas con dolencias del aparato digestivo, traumatismos y lesiones por golpes o caídas, y consultas de Otorrinolaringología.
En base a estos datos, ¿algunas son evitables?
Sí, especialmente si la gente se conciencia de que tiene que llevar su medicación y tomarla, sobre todo, en patologías como la epilepsia, la hipertensión o las crisis asmáticas. El avión es un medio muy seco y la presión parcial de oxígeno es menor de lo normal, por estas razones, entre otras, hay ciertas patologías que se agravan por el hecho del medio.
En este ámbito, ¿qué se hace o qué tenemos en los aeropuertos de España que no se haga fuera y, al contrario, qué se hace fuera de nuestras fronteras que no hagamos aquí? ¿Hay algún aeropuerto de España puntero al respecto?
En principio, los aeropuertos españoles, tanto en distancia con los medios de ayuda exterior como en coordinación con los mismos, están bien cubiertos. Asimismo, un aspecto fundamental a destacar es la gratuidad del servicio, de hecho, algunos aeropuertos europeos cobran por este servicio sanitario y en la gran mayoría la cobertura sanitaria es privada. En nuestro caso, la política sanitaria de AENA es atender a todos los usuarios que lo requieran, se podría decir que funcionamos como un centro de salud más dentro del territorio, aunque, sobre el papel, no exista obligación de hacerlo. Además, hay que destacar que, de las 15.000 asistencias que se realizan al año, apenas hay reclamaciones, todo lo contrario, recibimos felicitaciones.
¿Hay alguna ley que obligue a mantener un servicio médico en un aeropuerto?
No es obligatorio disponer de médicos propios en los aeropuertos, es decir, no hay ley como tal, aunque sí hay recomendaciones de su conveniencia por parte de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional). Por otro lado, sí está reglamentado que, como mínimo, todo país ha de tener un aeropuerto sanitario internacional y, en este sentido, en España, el único que hay es Madrid-Barajas, reconocido por la OMS (Organización Mundial de la Salud).
En otro orden de cosas, y dada la situación que estamos viviendo, ¿cómo valora el panorama sanitario español actual? ¿Están afectando los recortes a los servicios médicos del aeropuerto?
De momento no, por lo menos en este aeropuerto. Cada cierto tiempo surgen políticas sanitarias aeroportuarias, pero, por el momento, en los grandes aeropuertos españoles no están afectando los recortes. AENA mantiene la asistencia sanitaria presencial permanente y el servicio de ambulancia para evacuación durante todo el horario operativo en los aeropuertos con más de 8 millones de pasajeros al año, si bien todos los aeropuertos de la red garantizan una atención de primeros auxilios y un traslado a un servicio médico reglamentario si se requiere. En definitiva, mediante medios propios o externos, la asistencia está garantizada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario