domingo, 17 de noviembre de 2013

'Nuestros políticos son bastante ignorantes en materia científica' | Salud | EL MUNDO

'Nuestros políticos son bastante ignorantes en materia científica' | Salud | EL MUNDO


ENTREVISTA Joan Guinovart

'Nuestros políticos son bastante ignorantes en materia científica'

  • El director del IRB acaba de ser elegido portavoz de los centros Severo Ochoa

  • Va a ser el primer español en ocupar la presidencia de la Unión Internacional de Biología


Guinovart detrás de una puerta con el logo del IRB
Guinovart en la sede el IRB en el Parque Científico de Barcelona


Cada semana se toma un café con uno o dos estudiantes de su centro y conoce por su nombre prácticamente a los 430 empleados a su cargo. Estas anécdotas definen bien a Joan Guinovart (Tarragona, 1947), director del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB), que se autodefine como "el capitán de un barco feliz". Acaba de ser elegido por el resto de directores de los centros Severo Ochoa como su portavoz y será el primer español en ocupar la presidencia de la Unión Internacional de Biología Molecular (IUBMB). En 2011 dio el relevo al frente de la Confederación de Sociedades Científicas (Cosce) a Carlos Andradas.


Usted ha repetido en varias ocasiones que el problema de la ciencia en España no es sólo cuestión de dinero.
Evidentemente hay una cuestión de dinero, sin dinero no se puede hacer investigación. Pero además del tema económico hay una cuestión organizativa. Deberíamos aprovechar la crisis para modificar el sistema de I+D, hacerlo más eficaz, más flexible, más competitivo... para que cuando se acabe la crisis nos encontremos en una mejor posición. Se puede llegar a entender que los políticos estén preocupados por ahorrar, pero hacer esta mejora del sistema no cuesta dinero, es una cuestión legislativa, de iniciativa política. Y eso forma parte de las obligaciones de un gobierno.
¿Y por qué cree que no se hace? Ésa es una buena pregunta. Creo que es el resultado de una agresiva indiferencia de los políticos hacia la ciencia. Nos podemos preguntar porqué se están preocupando de los bancos y no de la universidad, del sistema de generación de conocimiento... Tal vez la culpa es de todos un poco. Quizás los científicos no hemos sabido comunicar adecuadamente el valor de lo que hacemos, hacer comprender a los ciudadanos que lo que investigamos hoy puede ser muy importante mañana para ellos. Pero creo que también es culpa de que los políticos tienen muy poca cultura científica. Los políticos son bastante ignorantes desde el punto de vista de la ciencia. Dese cuenta de que hay pocos científicos entre nuestros políticos. Pero no quiero echarles sólo la culpa a ellos. Parece que las protestas que sacaron a los científicos a la calle no han servido de mucho... La verdad es que han servido de bien poco, efectivamente, porque el Gobierno no reacciona ante estas manifestaciones. En parte porque no se han dado cuenta, o no les hemos sabido hacer entender, el enorme valor que tiene la ciencia para múltiples aspectos del país. ¿Se puede hacer buena investigación dentro de los hospitales españoles? Algunos hospitales españoles y en particular debo decir, y no lo hago por chovinismo, los catalanes, liderados por el Clínic, se dieron cuenta hace 30 años que para ser un gran hospital también hay que ser un gran centro de investigación. El sistema español de salud es muy bueno y relativamente barato, en gran medida porque estos conocimientos han tenido una traslación inmediata en forma de bienestar y de ahorro. Y no me refiero necesariamente a grandes patentes, sino a pequeños pasos, como nuevas técnicas quirúrgicas, prácticas clínicas o prevención de infecciones que se han traducido en menos complicaciones, menos días de hospitalización...Todo esto es difícil de ver desde fuera, pero ha tenido una repercusión enorme en términos económicos, y de ahorro de sufrimiento. La gente se cura más, mejor, más rápido, en un hospital que hace investigación. ¿Y cómo pueden afectar los recortes en sanidad a este modelo de investigación? Es admirable la actitud que están teniendo nuestros médicos que, a pesar de los recortes, están dando la cara, trabajando en unas condiciones poco favorables. Creo que esto es lo que hace que el impacto de los recortes sobre el paciente sea pequeño. Tenemos que estar muy agradecidos a esta actitud. Antes citaba el ejemplo de los hospitales catalanes, ¿qué tiene Cataluña para ser líder en investigación, para tener tantos centros punteros como el propio IRB? Esto tiene mucho que ver con la actitud del conseller Andreu Mas-Colell. Hay que saber que es un doctor en Economía, profesor en Berkeley, en Harvard, Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA... ¿Recuerda que antes le decía que hay pocos políticos con base científica? Éste es el caso contrario. Fue un milagro que a mediados de los 90 él y su señora decidiesen volver a Barcelona por una voluntad de hacer un servicio a su país. El segundo milagro es que le hiciesen conseller. Él tomó decisiones acertadas y demostró que con poco dinero, cambiando los sistemas organizativos, se puede mejorar el sistema en poco tiempo y con poco dinero. ¿Cuáles fueron esas medidas? La primera fue crear el programa ICREA de atracción de talento a través de un sistema sencillo y competitivo, donde no hay que hacer oposiciones, que identifica gente buena que quería volver a Cataluña y permite hacerles un contrato en condiciones atractivas, pagando cantidades decentes, no desorbitadas. La segunda decisión fue crear centros de investigación con personalidad jurídica propia, para darles un lugar de trabajo digno a esos investigadores ICREA. El tercer milagro es que el tripartito que llegó después del gobierno de CiU mantuviese ese modelo, incluso creando nuevos centros [como el propio IRB]. Y pese a los cambios políticos posteriores se ha mantenido la misma política científica; en Cataluña ha habido una especie de pacto por la ciencia no escrito a lo largo de varios gobiernos que ha dado tiempo a estos brotes verdes a crecer hasta ser unos arbolillos. Aunque todavía no es un bosque y aún es un sistema frágil, que podría sufrir con la crisis, hay que decir que está siendo mimado por el gobierno de Cataluña. ¿Y cómo se ve desde el ámbito científico la situación política actual en Cataluña? Nosotros no hemos notado nada de momento. Fíjese que aquí tenemos un 50% de personal extranjero y nadie se ha puesto nervioso. Todos están convencidos de que este tema se va a llevar a cabo de manera que no haga daño. Si tengo que ser honesto, tengo que decir que no veo ningún signo de nerviosismo. Lo que sí nos puede perjudicar más es la sensación que se percibe en el extranjero de que en el conjunto de España no se apuesta por la ciencia, que es un país que ha dejado de valorar la ciencia. Muchos científicos que pueden estar considerando la posibilidad de venir, se plantean si éste es el lugar donde van a trabajar en los próximos años, esto les preocupa. Ahora dedicamos el doble de tiempo a responder sus preguntas, damos el doble de garantías para alguien que viene de fuera. Esta incertidumbre hace tanto o más daño que el propio recorte. Nosotros sí hemos percibido un aumento de solicitudes procedentes del resto de España. ¿Cómo definiría el 'modelo IRB'? Somos un centro autónomo, bajo el control de un patronato y un director al que el patronato puede nombrar y cesar ipso facto. Tratamos de reclutar a los mejores, con una administración flexible, que está al servicio de los investigadores y busca ofrecerles unas condiciones de trabajo, una atmósfera y un espíritu que atraiga a buenos estudiantes y post-docs. Esto genera un ecosistema de éxito y consigue atraer talento. Nosotros estamos también muy centrados en el tema de la innovación y la trasferencia de tecnología, para que los descubrimientos que hagan nuestros científicos no se pierdan. Para ello tenemos un comité externo [Business Advisory Board] que nos ayuda a encontrar las máximas aplicaciones a los hallazgos. Usted siempre se ha dedicado a la investigación en diabetes, ¿mantiene su laboratorio? Absolutamente y en este sentido tengo que romper una lanza a favor de lo que está ocurriendo en el CNIO, donde se ha creado una problemática absolutamente artificial [el Ministerio de Hacienda considera incompatible que la directora, María Blasco, mantenga su laboratorio y su puesto de directora]. En todos los centros del mundo lo normal es que el director sea un científico en activo. El director tiene que ser un buen científico, pero no el mejor ni el peor del centro. Si es el mejor, mala señal, porque demostraría que no es capaz de atraer talento, y si es el peor se vería ante la tesitura de tener que despedirse a sí mismo.

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