El Clínic frena el traslado al Sagrat Cor de pacientes de traumatología
Los médicos cuestionan la forma de privatizar parte de la actividad del hospital
Antía Castedo Barcelona 13 DIC 2013 - 00:08 CET
El controvertido proyecto para privatizar parte de la actividad del hospital Clínic y derivarla al Sagrat Cor ha comenzado con mal pie. La dirección del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología decidió suspender el traslado de pacientes para ser operados en el hospital privado por médicos del Clínic dos semanas después de comenzar. Lo hizo tras constatar las reticencias de algunos facultativos —dos de ellos se negaron a operar en el Sagrat Cor— y varios problemas surgidos en la organización del circuito de pacientes. El proyecto se retomará la segunda semana de enero tras realizar los “ajustes” necesarios, asegura la dirección del Clínic.
La asamblea de facultativos del hospital se reunió ayer por la mañana y decidió solicitar a la dirección que paralice el plan de enviar a los médicos de ese servicio a operar al Sagrat Cor hasta que no explique “el proyecto para el hospital Clínic para los próximos dos años” y no se “garanticen las mismas condiciones de trabajo” en el Sagrat Cor que en el hospital público, explicó Rafael Molina, presidente del comité de delegados médicos. La decisión de los facultativos es el último episodio de un proceso lleno de dificultades desde que la dirección lo anunció, hace tres meses.
El hospital Clínic y el Sagrat Cor mantienen una “alianza estratégica” desde el año 2009. Dentro de ese acuerdo y para cumplir con los recortes impuestos al hospital por el Departamento de Salud —17,5 millones y el cierre de 74 camas antes de fin de año— el Clínic acordó derivar buena parte de la actividad de baja complejidad al hospital privado propiedad de IDC (antigua Capio).
Además, la dirección del hospital pactó con el Sagrat Cor que una parte de sus cirujanos ortopédicos y traumatólogos irían a operar allí a pacientes derivados desde el servicio de urgencias del Clínic. El proyecto se puso en marcha el 19 de noviembre, pero quedó interrumpido la semana siguiente después de que dos médicos del Clínic se negaran a realizar las intervenciones programadas a pacientes que ya habían sido ingresados. Estos pacientes fueron finalmente operados por personal del Sagrat Cor.
“Nos dijeron que lo suspendían por problemas organizativos en el servicio”, explicó Cristina Carod, directora médica del Sagrat Cor. Según fuentes del Clínic, el proyecto se puso en marcha sin que los médicos afectados tuviesen claros aspectos fundamentales. Los facultativos comenzaron a operar sin conocer el contenido del convenio que regula el proyecto y sin que el Comité de Delegados Médicos y la Asociación Profesional les pudiesen garantizar aspectos legales como el seguro de responsabilidad civil.
Además, los primeros días pusieron de manifiesto deficiencias en la puesta a punto del proyecto. Los médicos se encontraron con que los pacientes debían llevar todo el preoperatorio —radiografías, análisis...— impreso, puesto que la historia clínica compartida no estaba preparada. Aunque ambos hospitales habían consensuado el material a utilizar —prótesis, clavos...—, los médicos del Clínic se encontraron con una variedad de materiales menor que la disponible en el hospital público. El aspecto que generó más “preocupación” fue la falta de claridad del circuito que debían seguir los pacientes desde el ingreso en el Clínic hasta el alta en el Sagrat Cor y la falta de garantías de la continuidad en la asistencia.
“Vimos que lo mejor era suspenderlo hasta tenerlo todo atado: los circuitos de las ambulancias, de admisión y administrativos”, explica el director médico del hospital Clínic, Josep Brugada. El directivo calificó los problemas surgidos de “menores”, pero justificó la decisión por “prudencia”. Según Brugada, hay ciertos aspectos de funcionamiento que no se pueden detectar hasta que no se pone en marcha el plan. El director médico del Clínic admite que el proyecto ha generado “cierta contestación”.
La privatización de parte de la actividad del Clínic, impuesta por el Departamento de Salud como parte de la reordenación de la actividad asistencial en todo el territorio catalán, generó reticencias en los facultativos desde un principio. Además, ha pasado por distintas fases: la idea inicial era derivar solo las intervenciones de fracturas de cadera de personas mayores. A ello se añadieron luego algunas cirugías del pie y se planteó hacer lo mismo con otras relativas a las extremidades superiores. El plan ha vuelto a la idea inicial, según fuentes que asistieron a una reunión informativa que mantuvo ayer por la mañana Brugada con los médicos afectados.
El jefe del servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, Josep Riba, y el director del Instituto Clínico de Especialidades Médicas y Quirúrgicas (ICEMEQ), Santiago Suso, se reunieron con los médicos el día 2 de este mes para evaluar la situación. El director del servicio admitió que el plan había encontrado “problemas legales y asistenciales” y acordó solicitar a la dirección del hospital la mejora de los aspectos que los médicos consideraban importantes, explicaron fuentes del Clínic.
La directora médica del Sagrat Cor explicó que el centro “se ha adaptado” a las peticiones de los médicos del Clínic. Las direcciones de ambos hospitales han mantenido varias reuniones para solucionar los problemas surgidos. Además, han acordado situar a un traumatólogo para que haga el seguimiento de todos los pacientes del Clínic que se operen en el Sagrat Cor, lo que garantiza que son evaluados siempre por un mismo médico. Este aspecto, de la “continuidad asistencial”, era muy importante para los facultativos. El documento añadido al convenio que regula las relaciones entre ambos hospitales en esta área, firmado el 25 de noviembre, establece que el Sagrat Cor pagará el coste de las 80 horas semanales establecidas en ese momento para los médicos del Clínic, que asciende a 126.839 euros anuales. A su vez, el hospital privado facturará al Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) la asistencia prestada a pacientes del Clínic.
La suspensión del proyecto llegó esta semana al pleno del consejo municipal de distrito del Eixample, donde ICV solicitó que el plan se paralice de forma definitiva. La consejera de CiU, Cristina Caballer, manifestó que el proyecto seguiría adelante “con las paradas y rectificaciones que haga falta”.
La asamblea de facultativos del hospital se reunió ayer por la mañana y decidió solicitar a la dirección que paralice el plan de enviar a los médicos de ese servicio a operar al Sagrat Cor hasta que no explique “el proyecto para el hospital Clínic para los próximos dos años” y no se “garanticen las mismas condiciones de trabajo” en el Sagrat Cor que en el hospital público, explicó Rafael Molina, presidente del comité de delegados médicos. La decisión de los facultativos es el último episodio de un proceso lleno de dificultades desde que la dirección lo anunció, hace tres meses.
El hospital Clínic y el Sagrat Cor mantienen una “alianza estratégica” desde el año 2009. Dentro de ese acuerdo y para cumplir con los recortes impuestos al hospital por el Departamento de Salud —17,5 millones y el cierre de 74 camas antes de fin de año— el Clínic acordó derivar buena parte de la actividad de baja complejidad al hospital privado propiedad de IDC (antigua Capio).
Además, la dirección del hospital pactó con el Sagrat Cor que una parte de sus cirujanos ortopédicos y traumatólogos irían a operar allí a pacientes derivados desde el servicio de urgencias del Clínic. El proyecto se puso en marcha el 19 de noviembre, pero quedó interrumpido la semana siguiente después de que dos médicos del Clínic se negaran a realizar las intervenciones programadas a pacientes que ya habían sido ingresados. Estos pacientes fueron finalmente operados por personal del Sagrat Cor.
“Nos dijeron que lo suspendían por problemas organizativos en el servicio”, explicó Cristina Carod, directora médica del Sagrat Cor. Según fuentes del Clínic, el proyecto se puso en marcha sin que los médicos afectados tuviesen claros aspectos fundamentales. Los facultativos comenzaron a operar sin conocer el contenido del convenio que regula el proyecto y sin que el Comité de Delegados Médicos y la Asociación Profesional les pudiesen garantizar aspectos legales como el seguro de responsabilidad civil.
Además, los primeros días pusieron de manifiesto deficiencias en la puesta a punto del proyecto. Los médicos se encontraron con que los pacientes debían llevar todo el preoperatorio —radiografías, análisis...— impreso, puesto que la historia clínica compartida no estaba preparada. Aunque ambos hospitales habían consensuado el material a utilizar —prótesis, clavos...—, los médicos del Clínic se encontraron con una variedad de materiales menor que la disponible en el hospital público. El aspecto que generó más “preocupación” fue la falta de claridad del circuito que debían seguir los pacientes desde el ingreso en el Clínic hasta el alta en el Sagrat Cor y la falta de garantías de la continuidad en la asistencia.
“Vimos que lo mejor era suspenderlo hasta tenerlo todo atado: los circuitos de las ambulancias, de admisión y administrativos”, explica el director médico del hospital Clínic, Josep Brugada. El directivo calificó los problemas surgidos de “menores”, pero justificó la decisión por “prudencia”. Según Brugada, hay ciertos aspectos de funcionamiento que no se pueden detectar hasta que no se pone en marcha el plan. El director médico del Clínic admite que el proyecto ha generado “cierta contestación”.
La privatización de parte de la actividad del Clínic, impuesta por el Departamento de Salud como parte de la reordenación de la actividad asistencial en todo el territorio catalán, generó reticencias en los facultativos desde un principio. Además, ha pasado por distintas fases: la idea inicial era derivar solo las intervenciones de fracturas de cadera de personas mayores. A ello se añadieron luego algunas cirugías del pie y se planteó hacer lo mismo con otras relativas a las extremidades superiores. El plan ha vuelto a la idea inicial, según fuentes que asistieron a una reunión informativa que mantuvo ayer por la mañana Brugada con los médicos afectados.
El jefe del servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, Josep Riba, y el director del Instituto Clínico de Especialidades Médicas y Quirúrgicas (ICEMEQ), Santiago Suso, se reunieron con los médicos el día 2 de este mes para evaluar la situación. El director del servicio admitió que el plan había encontrado “problemas legales y asistenciales” y acordó solicitar a la dirección del hospital la mejora de los aspectos que los médicos consideraban importantes, explicaron fuentes del Clínic.
La directora médica del Sagrat Cor explicó que el centro “se ha adaptado” a las peticiones de los médicos del Clínic. Las direcciones de ambos hospitales han mantenido varias reuniones para solucionar los problemas surgidos. Además, han acordado situar a un traumatólogo para que haga el seguimiento de todos los pacientes del Clínic que se operen en el Sagrat Cor, lo que garantiza que son evaluados siempre por un mismo médico. Este aspecto, de la “continuidad asistencial”, era muy importante para los facultativos. El documento añadido al convenio que regula las relaciones entre ambos hospitales en esta área, firmado el 25 de noviembre, establece que el Sagrat Cor pagará el coste de las 80 horas semanales establecidas en ese momento para los médicos del Clínic, que asciende a 126.839 euros anuales. A su vez, el hospital privado facturará al Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) la asistencia prestada a pacientes del Clínic.
La suspensión del proyecto llegó esta semana al pleno del consejo municipal de distrito del Eixample, donde ICV solicitó que el plan se paralice de forma definitiva. La consejera de CiU, Cristina Caballer, manifestó que el proyecto seguiría adelante “con las paradas y rectificaciones que haga falta”.
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