Madrid: órdago de interinidad para 2014

El consejero de Sanidad convertirá en el primer semestre del año en interinos a "un elevado número" de eventuales, "sobre todo médicos y enfermeros".

Francisco Goiri. Madrid | fjgoiri@diariomedico.com | 16/12/2013 00:00

Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. (José Luis Pindado)

VISTA:

Madrid quiere que 2014 sea el año de la estabilidad laboral sanitaria. Su consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, anuncia que en el primer semestre del año convertirá en interinos a un "elevado número" de eventuales ("fundamentalmente médicos y enfermeros") y que los contratos de eventualidad, que ahora tienen una periodicidad trimestral, se prolongarán en el tiempo, hasta un máximo de 12 meses. Lo que aún no sabe concretar es cuántos médicos se beneficiarán de esas medidas, ni qué porcentaje de eventualidad tiene el Sermas, "porque es una cifra que cambia permanentemente según las circunstancias". No obstante, reconoce que la eventualidad ha crecido en 2013 para cubrir las bajas de los médicos que la Consejería ha jubilado a los 65 años.

P. ¿Está Madrid en disposición de afrontar el esfuerzo que supone hacer interinos a un "elevado número" de profesionales?
R. Es una medida necesaria que no añade costes, pero que sí requería el esfuerzo previo que se ha hecho este año en ordenación y adecuación de la plantilla. Es una respuesta de la Administración a ese enorme esfuerzo, que ha recaído, sobre todo, en los profesionales. Además de nombrar a todos esos nuevos interinos y de aumentar la duración de los contratos eventuales, en los próximos meses se materializará la consolidación pendiente de 250 médicos con la asignación de plazas y se ofrecerá la posibilidad de estatutarizarse voluntariamente a los profesionales que tienen otro vínculo jurídico con el Sermas, y que fundamentalmente afecta a los laborales del Gregorio Marañón, pero también de otros hospitales. Además, en 2014, haremos los exámenes pendientes de las OPE de médicos de Familia, enfermeros y auxiliares convocadas.

P. En 2013 la duración de los contratos de eventuales se redujo de 6 a 3 meses. ¿Es posible ahora no sólo revertir la medida, sino ampliar la duración de esos contratos?
R. La diferencia es que ahora ya hemos hecho todo el esfuerzo de adecuación y ordenación de las plantillas que exigía la contención del gasto. Aun así, estamos en el mismo nivel de austeridad y contención, porque seguimos teniendo una situación económica muy difícil y un sistema de financiación autonómica que nos destroza, que hizo Zapatero para perjudicar a Madrid y beneficiar a Cataluña y Andalucía, y que nos ha obligado a hacer en 2013 un ajuste de 2.700 millones de euros.

P. ¿Cómo se harán las conversiones de eventuales a interinos. Primará la antigüedad o habrá otros criterios prioritarios?
R. Queremos que los jefes de servicio y supervisores de Enfermería valoren el esfuerzo y el desempeño de cada profesional. Ahí, obviamente, también va incluida la antigüedad, pero no queremos que sea una medida lineal, porque no creemos que sea justo.

P. ¿Se fijarán, entonces, unos criterios por cumplimiento de objetivos?
R. En efecto, se hará en cada hospital, de acuerdo con los equipos directivos. La idea es fortalecer la capacidad de liderazgo de jefes de servicio, supervisores de Enfermería y gerentes en el diseño de sus plantillas.

"No espero yo que sean los sindicatos los que lideren ningún cambio de modelo, porque su tendencia es que las cosas sigan como están; yo hablo de los profesionales"

P. ¿De forma que los criterios los determinarán conjuntamente las gerencias con jefes y supervisores?
R. En efecto.

P. Si hablamos de revertir medidas, ¿se plantea hacer lo mismo con decisiones como la supresión de la paga de Navidad de 2012, los recortes salariales de los últimos años o la congelación de la carrera?
R. No. Ahora no podemos entrar en ninguna medida que suponga incremento de gasto. No nos lo podemos permitir porque los tiempos difíciles no han acabado.

P. 2013 ha sido el año de la implantación en Madrid de la jubilación a los 65 años. ¿Cuántos médicos se han visto afectados este año por la medida?
R. Un total de 742, pero hay muchos otros que han podido seguir en activo, porque somos la única autonomía que permite que un 30 por ciento pueda continuar. Soy consciente de lo que esta medida ha supuesto para los equipos y las personas, pero este año tuvimos que tomarla necesariamente si queríamos reducir costes.

P. ¿Y a cuántos facultativos que querían continuar se les ha denegado la prórroga porque se superaba ese 30 por ciento?
R. A 452. Es un número importante, pero también le digo que ha habido muchos otros que se han querido jubilar voluntariamente. Además, hemos cubierto por reposición el máximo de personal que la ley nos permite [un 10 por ciento], y ahora estamos viendo con cada hospital y centro de salud la configuración de sus plantillas para reforzar lo que sea necesario y mantener lo que está bien abastecido.

P. ¿No hay una contradicción entre la posibilidad de estatutarización que ahora brinda a los profesionales del Sermas y su público rechazo a un régimen de médicos funcionarios?
R. No veo la contradicción, entre otras cosas, porque ser laboral de una Administración pública es casi más vitalicio que ser funcionario, como sabe cualquier laboral de cualquier Administración. Además, el hecho de que convivan profesionales con regímenes distintos es muy complicado para la gestión y puede generar situaciones disímiles. Éste es un debate más de fondo, que, además, creo que deben liderar los profesionales por su propio interés. También le digo que no espero que sean los sindicatos los que lideren este cambio, hablo de los profesionales. Respeto mucho a los sindicatos, pero ya sabemos que su tendencia es que las cosas sigan como están.

P. ¿Ese cambio de modelo implicaría también la revisión del salario base que muchos médicos reclaman para equipararlo a la media de la Unión Europea?
R. Probablemente todo vaya ligado, y todo hunde sus raíces en muchas décadas, demasiadas. Pero lo que usted me plantea evidencia que ese debate es necesario. Durante décadas, personas, gobiernos de distinto signo, gerentes... han buscado inútilmente la manera de incentivar a quien más se lo merece, y no es un fallo de todos ellos, es un fallo del sistema, porque lo que está mal es el sistema.