REFORMA DE LA FINANCIACIÓN AUTONÓMICA
¿Pocos fondos o mal repartidos?
Los economistas de la salud piden borrón y cuenta nueva y advierten de que se mantendrá la desigualdad regional si, de nuevo, el modelo intenta que ninguna comunidad reciba menos que antes.
Laura G. Ibañes. Madrid | laura.gutierrez@diariomedico.com | 24/02/2014 00:00
Hace tan sólo unos días que Valencia, Baleares y Murcia hicieron frente común para reclamar un cambio en el modelo de financiación autonómica. Tras ellas se ha escuchado la voz de Canarias, de Madrid... y todo ello enmarañado por los dimes y diretes sobre las balanzas fiscales y el discurso de autodeterminación catalán. Todavía no hay nada definido sobre el futuro modelo de financiación autonómica, pero la Sanidad se juega mucho en él. No en vano, las autonomías dedican alrededor del 40 por ciento de todos los fondos de la financiación que reciben y los propios que consiguen a este apartado. Y si esos fondos que reciben no son suficientes, el futuro sanitario queda comprometido.
José Antonio Martínez, profesor de Economía Aplicada de la UNED y director del Instituto de Estudios Fiscales, que actúa como brazo derecho del Ministerio de Hacienda en la reforma, explica que "aún no hay decisión tomada. El día 28 el comité de expertos nos entregará el informe en el que basaremos la reforma fiscal. Se creará un sistema más justo y equitativo, tanto por la vía del ingreso como del gasto, que estará implantado en 2015. Y en el segundo semestre de 2014 habrá que abordar la financiación autonómica desde una perspectiva de cohesión social: el modelo debe servir para sufragar los servicios básicos, como la sanidad, y será una buena oportunidad para la cohesión". Martínez no se aventura a detallar más sobre un debate que no tiene color político, como deja clara la dispar postura de las autonomías.
A la espera de lo que proponga el Gobierno, José María Abellán, de la Asociación de Economía de la Salud (AES), traza su propio diagnóstico y receta: "El problema no es de este modelo. Hay insuficiencia financiera e inequidad relativa. Lo ideal sería que hubiera no igual financiación per cápita sino igual financiación por habitante ajustado (por envejecimiento, dispersión, etc.). El modelo actual lo intentó, pero la crisis ha revelado que carece de flexibilidad e incrementa las disparidades. Si a eso añadimos el régimen especial de las comunidades forales vemos que hay autonomías con un 30 por ciento más de financiación por habitante.
Cantabria, la que más recibe del régimen común, multiplica por 1,27 a las que menos reciben: Canarias, Murcia y Valencia. Retoques cosméticos no arreglarán el problema. Hace falta un nuevo modelo que no funcionará si se vuelve a partir del statu quo y pretende que ninguna autonomía empeore su situación. Hay que permitir incidir a las autonomías en el IRPF y crear un fondo destinado a la coordinación y cohesión sanitaria".
Enrique Ossorio, consejero de Madrid (Hacienda): "El actual beneficia a Cataluña y Andalucía"
"Urge un nuevo modelo de financiación autonómica porque lo marca la ley y porque es un modelo que fue diseñado bilateralmente con Cataluña e impuesto al resto, para beneficiar a Cataluña y Andalucía y perjudicar a los madrileños. Sin duda, hay que tender a que se financie basándose en la población real, pues en sanidad, por ejemplo, todos los ciudadanos pueden precisar de ese servicio. La financiación de la sanidad no puede llevarse a cabo mediante ponderaciones que, como en el sistema de financiación actual, son fruto de retorcimientos estadísticos que perseguían un resultado concreto. Madrid es la región más solidaria, y va a seguir siéndolo, pero es necesario que las dos regiones forales, respetando el sistema que establece la Constitución, comiencen a aportar a la solidaridad del conjunto de autonomías. Debe haber también una financiación suficiente para que todos los españoles puedan gozar de la misma asistencia sanitaria. Adicionalmente deben eliminarse las distorsiones estadísticas del modelo que hacen que ciudadanos de algunas regiones reciban hasta cinco puntos menos en financiación per cápita que la media, o 1.000 euros menos por habitante que la que está mejor financiada. El sistema actual deja fuera de la financiación a 638.000 madrileños, lo que supone una merma de ingresos de al menos 259 millones al año".
Luis Alfonso Hernández, consejero de Extremadura: "Dispersión y vejez deben pesar más"
"Hace falta un nuevo modelo. El actual no es positivo porque prima la población sobre el resto de variables. No hay que confundir territorios con ciudadanos. Debe primar el principio de la solidaridad entre las regiones. Hay que tener en cuenta variables que hasta ahora no han pesado lo que merecen, como la dispersión y el envejecimiento, que encarecen y mucho la sanidad. También la tasa de paro o los niveles de renta. Pero si Navarra y País Vasco tienen derechos ya reconocidos, no será Extremadura la que abogue por desconocerlos. La financiación no debe ser finalista; lo fue y no funcionó".
Manuel Llombart, consejero de la C. Valenciana: "Se nos da 301 euros menos por persona"
"Reclamamos un nuevo modelo más justo y equilibrado, que tenga en cuenta el factor poblacional. Una de las principales causas de nuestro déficit es el deficiente sistema de financiación, que nos deja muy por debajo de la media española. En 2013, a causa de la deficiente financiación autonómica, nuestro presupuesto per cápita para sanidad era de 615 euros menos por habitante que la comunidad de mayor presupuesto. En 2014 vamos a recibir 1.613 euros por habitante (para todas las prestaciones), 301 menos que la media nacional, que son 1.914,9 euros. Sólo pedimos un modelo que contemple población real y gasto real".
Marta Vera, consejera de Navarra: "Es incuestionable nuestro régimen foral"
"Nuestro sistema de convenio económico con el Estado hace que tengamos una financiación diferente al resto de las comunidades autónomas y lógicamente queremos seguir manteniéndolo. Para nosotros es absolutamente incuestionable nuestro régimen foral".
Antonio Mª Sáez Aguado, Consejero de Castilla y León: "Debe ser suficiente, no finalista"
"Hemos reclamado un nuevo modelo de financiación dado el fracaso del vigente, en particular en lo que se refiere a financiación de los servicios públicos esenciales. En sanidad, la suficiencia debe responder al principio de igualdad en el acceso a los servicios. En consecuencia, debe tener en consideración la necesidad y que el gasto sanitario es variable según la edad, así como que la dispersión y la baja densidad incrementan las necesidades de gasto. Si nuestra autonomía, por ejemplo, tuviera la misma estructura demográfica que la media del SNS, nuestro gasto sanitario hubiera sido 400 millones de euros menor al real".
"En ningún caso somos partidarios de condicionar el modelo de acuerdo con la aportación de cada comunidad por impuestos, pues éstos los pagan los ciudadanos, no los territorios. Si no, cabría pensar que los ciudadanos que pagan más impuestos deben recibir mayor asistencia. Para garantizar efectivamente el criterio de igualdad, el modelo debe incluir al conjunto del Sistema Nacional de Salud y por tanto, a las comunidades vasca y navarra, con independencia de otras consideraciones sobre su régimen fiscal. El problema no es si la financiación es finalista; el debate es si la financiación es suficiente. Y en Castilla y León la cuantía de las entregas (con el modelo actual) es inferior en 600 millones al gasto de nuestras tres consejerías sociales (Sanidad, Servicios Sociales y Educación), que son los servicios esenciales que deben financiarse".
José Ignacio Nieto, consejero de La Rioja: "Sí, sólo si mejora la situación actual"
"Nuestra postura se basa en garantizar que los recursos a los territorios sirvan realmente para las políticas que las autonomías deben hacer. El nuevo modelo es asumible en la medida que pueda mejorar la situación de cada territorio. Todo lo que no sea educación , servicios sociales y sanidad debe ser asumido por los territorios con medios propios. Más que una financiación per cápita con ajustes de un tipo u otro (todas las autonomías pueden presentar ajustes a su favor) de lo que se trata es de un sistema que garantice la prestación del servicio según unos parámetros establecidos. El peso de la Sanidad es lo bastante importante como para plantear que cuente con un modelo de financiación propio, siempre y cuando mejore la situación actual, pero la fijación de un gasto per cápita mínimo puede derivar fácilmente en inequidad. Impuestos finalistas pueden ser un complemento, pero no la base".
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