AUMENTO DE UN 264% EN MENOS DE UNA DÉCADA
Un estudio detecta las cinco pruebas clave para reducir costes en Urgencias en EEUU
El coste medio de atender a un paciente en un servicio de Urgencias estadounidense ha pasado de 560 dólares en 2003 a 1.354 en 2011.
G. E. Madrid | 18/02/2014 00:00
El coste medio de atender a un paciente en un servicio de Urgencias estadounidense ha pasado de 560 dólares en 2003 a 1.354 en 2011, es decir, ha aumentado un 264 por ciento en menos de una década. De hecho, las pruebas diagnósticas, tratamientos e ingresos ordenados desde este servicio suponen entre el 5 por ciento y el 10 por ciento del gasto sanitario total anual del país.
Bajo el principio director de que la racionalización de costes constituye también un deber ético de los profesionales, un grupo de profesionales liderados por Jeremiah D. Schuur, del Servicio de Urgencias del Hospital Brigham and Women’s (Universidad de Harvard), ha detectado las cinco pruebas prescindibles que más gasto pueden evitar.
El estudio, que se publica hoy en JAMA Internal Medicine, formula sus conclusiones a modo de mandamientos: 1) No prescribir una TC de cervicales en pacientes con trauma que no cumplan los requisitos para clasificarlos como de alto riesgo; 2) no prescribir TC para diagnosticar embolismo pulmonar sin determinar primero el riesgo (mediante la concentración de d-dímero, por ejemplo); 3) no prescribir resonancia magnética por dolor lumbar sin indicios de alto riesgo; 4) no prescribir TC de cabeza en pacientes con lesiones traumáticas moderadas que no cumplan criterios de alto riesgo, y 5) no prescribir estudios de coagulación en pacientes sin hemorragia ni sospecha de coagulopatía.
El estudio se enmarca en la iniciativa Choose Wisely, lanzada por el Consejo Americano de Medicina Interna y al que ya se han sumado al menos cincuenta sociedades científicas, que han aceptado el reto de proponer cinco pruebas de alto coste y dudosa eficacia que deberían suprimirse de la práctica habitual.
Cuenta con la peculiaridad de su metodología: en lugar de dejar en manos de la sociedad la identificación de las prácticas superfluas, se ha combinado la aportación de un panel de expertos con una doble encuesta a 200 clínicos de seis servicios de Urgencias que gestionan 320.000 consultas anuales.
Médicos implicados
"Nuestro estudio evalúa con un amplio número de médicos el beneficio de las medidas y que su adopción sea factible", comentan los autores. El Colegio Americano de Radiología ha recomendado evitar las pruebas de imagen en dolor de cabeza sin complicaciones, sin tener en cuenta que en la mayoría de los casos no es el radiólogo quien las ordena.
"Nuestro estudio evalúa con un amplio número de médicos el beneficio de las medidas y que su adopción sea factible", comentan los autores. El Colegio Americano de Radiología ha recomendado evitar las pruebas de imagen en dolor de cabeza sin complicaciones, sin tener en cuenta que en la mayoría de los casos no es el radiólogo quien las ordena.
Implicando a los clínicos en la evaluación "se consigue un consenso entre médicos de distinta cualificación, de distintos tipos de hospital y con una experiencia que oscila entre los tres y los diez años de ejercicio".
Los autores concluyen haciendo hincapié en que "algunos médicos de urgencias pueden tener dudas sobre si abrazar o no este tipo de iniciativas, por temor a perder autonomía o al riesgo médico-legal de limitar pruebas. Sin embargo, si los propios médicos no aportan la métrica para definir qué es sobreutilización de medios en la especialidad, otros lo harán".
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