IMPORTANTES REPERCUSIONES ECONÓMICAS
La desnutrición durante los primeros años de vida aumenta el riesgo de enfermedades cardiacas
La desnutrición en la infancia se asocia con un mayor riesgo de padecer enfermedades coronarias durante la edad adulta, según un estudio llevado a cabo en 7.845 mujeres que durante su infancia, adolescencia y juventud padecieron la hambruna holandesa de los años 1944 y 1945.
Redacción | 25/08/2011 14:20
La investigación, publicada en la edición on line de European Heart Journal, concluye por primera vez que la desnutrición aguda durante los primeros años de vida puede tener un impacto importante en la salud a largo plazo. Los autores consideran que la clase política y los profesionales médicos deben tenerlo en cuenta a la hora de diseñar e implementar programas de prevención y de detección de enfermedades.
Investigadores del Centro Médico Universitario de Utrecht y de la Universidad de Ámsterdam analizaron a 7.845 mujeres con edades comprendidas entre los 0 y 21 años residentes en los Países Bajos durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, momento con gran escasez de alimentos. Desde 1993 hasta 1997 se las sometió a un programa de detección de cáncer de mamá y, el seguimiento continuó hasta finales de 2007. Las participantes fueron divididas en tres grupos dependiendo de los niveles de exposición a la hambruna: grave, moderada y no exhibidas.
Los resultados desvelaron que el riesgo de padecer enfermedades coronarias era ligeramente superior en mujeres expuestas moderadamente a la hambruna y significativamente mayor en aquellas más gravemente expuestas. Las pacientes que tenían entre 10 y 17 años al inicio de la hambruna y expuestas gravemente a ella presentaban un riesgo del 38 por ciento de padecer esta enfermedad; mientras que entre las expuestas moderadamente y las no expuestas apenas existían diferencias. Después de ajustar factores como la edad al inicio de la hambruna, el tabaquismo y la educación que pudieran influir en los resultados, se descubrió que existía un 27 por ciento de riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca coronaria entre las mujeres gravemente expuestas en comparación con las no expuestas. En análisis adicionales se descubrió que el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular es menor en mujeres expuestas a la hambruna en comparación con aquellas no expuestas.
"La hambruna holandesa de 1944 y 1945 nos ha dado la posibilidad de estudiar los efectos a largo plazo de la desnutrición aguda durante la niñez, la adolescencia y la juventud en comparación con niñas que no la padecieron", señalan los autores del estudio. "Nuestros hallazgos apoyan la idea de que los trastornos del desarrollo postnatal, particularmente en la adolescencia, pueden tener importantes implicaciones para la salud. Como el hambre y la desnutrición siguen siendo problemas preocupantes, la primera meta del este nuevo milenio es erradicar la extrema hambruna. Además, las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en el mundo, por lo que son necesarias nuevas investigaciones para estudiar el impacto que ejerce la desnutrición durante los periodos del crecimiento y de maduración", según señalan.
Annet van Abeelen, líder de este estudio y estudiante de doctorado de epidemiología del Centro Julius de Ciencias de la Salud y Atención Primaria del Centro Médico Universitario de Utrecht y del departamento de Epidemiología Clínica, Bioestadística y Bioinoformática del Centro Académico de la Universidad de Ámsterdam, ambos en los Países Bajos, añade que "partiendo de la hipótesis de David Barker donde señalaba que por primera vez las influencias nutricionales podrían modificar la estructura y función del cuerpo, nosotros hemos descubierto que estos cambios son beneficiosos a corto plazo pero pueden conducir a enfermedades crónicas a largo plazo". "Nuestro estudio indica que un crecimiento obstaculizado por la desnutrición durante la infancia, seguido de una recuperación posterior, puede tener consecuencias metabólicas que contribuyan a un mayor riesgo de enfermedades durante la edad adulta".
Respecto a los efectos que provoca la hambruna a la hora de desarrollar una enfermedad cardiaca, los autores tienen varias explicaciones posibles, tales como estilos de vida poco saludables, cambios en el metabolismo o estrés postraumático. Abeelen sugiere más investigaciones sobre los accidentes cerebrovasculares ya que estos resultados se basan solamente en 235 casos.
En una editorial que acompaña a la investigación, Kausik Ray, de la Universidad de St. George de Londres (Reino Unido), afirma que "estos resultados añaden más peso a la idea de que la adolescencia es un periodo particularmente sensible abierto a modificaciones epigenéticas y desequilibrio dietético tras la hambruna, lo que contribuye a aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades coronarias". Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y de un informe reciente de la Asociación de Maestros y Profesores, 925 milones de personas en todo el mundo están desnutridas y tres cuartas partes de los estudiantes llegan a clase hambrientos.
Teniendo en cuenta los estudios llevados a cabo sobre la hambruna en China de los años 1959 y 1961 y durante el sitio de Leningrado (1941 y 1944), Ray afirma que "en conjunto parece que hay datos consistentes que muestran que el estado nutricional en la infancia puede afectar de manera significativa en los procesos de enfermedades crónicas en la edad adulta. Los resultados de estudios recientes podrían tener un impacto significativo en las poblaciones de inmigrantes que tratan de adaptarse a ambientes más prósperos y ricos en nutrición, en particular aquellos que escapan del hambre y de las catástrofes naturales. Por ejemplo, la primera generación de asiáticos residentes en Reino Unido tiene una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares que sus compatriotas caucásicos, lo que conlleva una mayor carga económica y la necesidad de más investigaciones para comprender mejor los mecanismos que están detrás de estas asociaciones, a la vez que se diseñan nuevas estrategias de salud pública con impacto significativo en la carga de la enfermedad durante los próximos años".
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