La Junta intenta disminuir el éxito del cierre de las farmacias en Castilla-La Mancha · ELPAÍS.com: "La Junta intenta disminuir el éxito del cierre de las farmacias en Castilla-La Mancha
La consejería incluye en sus datos los de Albacete, donde no había paro convocado.- El 90% de las oficinas que no estaban de guardia secundaron la protesta
EMILIO DE BENITO | Toledo 11/08/2011
Los números es lo que tienen: se pueden tomar solo en parte, pero un total siempre es un total. Y a esta teoría se apuntó el viceconsejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Galván, esta mañana para evaluar el impacto del cierre convocado por los farmacéuticos para protestar por el impago de las facturas que les debe la Junta, que les adeuda el importe de los medicamentos despachados con receta desde mediados de mayo (unos 125 millones que aumentan cada día que pasa).
En el balance que ofreció a la prensa, Galván quiso restar importancia al éxito de la protesta.'La mayoría de los farmacéuticos han dado prioridad a la atención a los ciudadanos y han dejado para otro escenario el hablar de los problemas económicos', dijo el viceconsejero, que es quien está dando la cara en este tema ante la ausencia del consejero, Juan Ignacio Echániz (que ocupó el mismo puesto en Madrid entre 1999 y 2003), y de la presidenta regional, María Dolores de Cospedal.
Pero los números que ofreció el propio Galván no casan con esta afirmación. El viceconsejero dijo que 556 farmacias de las 1.274 del censo total permanecen abiertas, por lo que los ciudadanos' no tienen en ningún caso desabastecimiento de medicinas por el cierre anunciado'.
El número es cierto, la interpretación, menos. Aunque hubiera sido así, eso querría decir que la mayoría de los establecimientos (exactamente, el 64%) han cerrado. Pero es que, además, Galván incluyó en su cuenta los datos de Albacete (243, según datos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de 2010) que no habían convocado paro. Luego la convocatoria afectaba en verdad a 1.031 oficinas, de las que quedaron abiertas 313. Así que el seguimiento del paro fue del 69%. Y ello contando como abiertas las oficinas que abrieron porque estaban de guardia, muchas de las cuales, como pueden constatar este periódico, habrían querido cerrar.
Eso indica un éxito masivo de la convocatoria. Por ejemplo, en Ciudad Real, el colegio provincial ha hecho un seguimiento exhaustivo y ha detectado que de 253 establecimientos que podían cerrar porque no tenían obligación de prestar servicio de guardia, solo 15 (el 5,9%) habían abierto.
Galván, eso sí, también repitió los argumentos de ayer del director general de Calidad, Planificación, Ordenación e Inspección de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha, Javier Hernández Pascual: el cierre es una falta grave y que, por tanto, puede ser castigado con multas que van de los 3.000 a los 15.000 euros.
El Ministerio de Sanidad, por su parte, ha emitido un comunicado en el que 'confía en que el diálogo con las farmacias culmine en un acuerdo' y afirma que el pago de estas partidas -que, como afirma la presidenta de la patronal regional de los boticarios, FEFCAM, ya han abonado los usuarios con sus impuestos- debe ser 'prioritario'.
En Toledo, la capital de Castilla-La Mancha, a primera hora de la mañana el cierre de las oficinas de farmacias era casi total. En un primer recorrido alternan establecimientos cerrados con alguno, como el de la turística plaza de Zocodover, que está abierto. En sus escaparates sendos carteles en letras moradas indican que 'El Sescam [el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha] no paga los medicamentos de las farmacias'. 'Esta farmacia, ante el impago por parte del Sescam, en breve puede tener dificultades para suministrar medicamentos'. Pero, pese al cartel, el establecimiento está abierto y funciona con normalidad. Un par de empleados atiendes detrás del mostrador, y explican que la oficina está abierta por voluntad propia, no porque le haya tocado hacer guardia.
Casi una treintena de farmacias de guardia permanecen abiertas
Es, por lo que puede verse en un primer paseo, una de las excepciones. Que se lo digan a Tomás Castro. El hombre entra jadeante en la farmacia del Arrabal, una de las cuatro de las 28 oficinas de farmacia que hay en la capital castellano-manchega que está de guardia. 'Es el sistema habitual de guardias de un festivo', indica el farmacéutico. El cliente da fe de que otros establecimientos han cerrado. 'He pasado por otras tres, pero no estaban abiertas', dice. Busca un fármaco para su esposa, que tiene una infección intestinal. José García Sánchez, el boticario, duda. 'Solo atendemos urgencias', indica en primer lugar. Después de interesarse por la situación de la mujer, al final ambos acuerdan que lo mejor es que vaya a urgencias a un centro sanitario.
'No está habiendo avalancha, la gente ya sabía que íbamos a cerrar', afirma José García Sánchez en un momento en que el establecimiento se queda vacío. Unas mujeres que querían comprar talco para un bebé ni siquiera protestan cuando les explica por qué no se lo vendía. Aunque si hubieran insistido, se lo habrían acabado llevando. 'La gente no tiene la culpa de que no nos paguen', afirma el farmacéutico. Otra clienta no tiene problemas en recibir su medicamento, ya que viene con receta. 'Tenemos mucha clientela habitual. Los que ya lo sabían ya compraron lo que necesitaban', indica el boticario.
Menos enterados estaban al mediodía tres clientes que se acercaron, alguno con la receta recién expedida por su centro de salud en la mano, a la Farmacia Aguado, de la calle Ecuador de la capital castellano-manchega. Tras consultar la lista de establecimientos de guardia, los tres tuvieron que irse porque la oficina estaba cerrada.
Fuera de la capital, en los pueblos, la situación era de normalidad. Y, también, de una aparente mayor información por parte de los usuarios. En Magán, un pueblo de unos 3.000 habitantes (muchos más ahora que se encuentra en fiestas) a unos 60 kilómetros de Madrid, un grupo de hombres mayores que estaba sentado en la plaza no dudan en informar que 'la farmacia está cerrada'. A ocho kilómetros, en Yunclillos (800 habitantes), una mujer que camina pesadamente bajo un sol de justicia también se muestra informada. 'La farmacia está cerrada, debe de ser por la huelga esa. Yo he ido y he llamado y todo, pero no me han abierto'. La solución en estos casos es desplazarse a Cabañas de la Sagra, que es donde está el establecimiento de guardia.
Con el cierre, en principio de un solo día, aunque con la idea de que se repita cada semana, los farmacéuticos protestan porque la Junta que preside María Dolores de Cospedal no les paga los medicamentos que despachan con receta del sistema regional de salud desde mediados de mayo. Ello supone una pérdida de ingresos de unos 50 millones mensuales para las 1.200 farmacias de la región (incluidas las 243 de Albacete, que no han cerrado). A falta de fondos, los dueños de las farmacias, representados por la patronal FEFCAM, esperan que el Gobierno regional al menos facilita líneas de crédito con las entidades financieras regionales -en Castilla-La Mancha hay dos cajas, la Rural y la Global- para recibir créditos ventajosos y, sobre todo, con el aval de las facturas impagadas, en lugar de tener que poner como garantías sus propios recursos. En teoría, la Junta está trabajando en ello, pero sin resultado todavía.
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viernes, 12 de agosto de 2011
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