PSIQUIÁTRICOS | Cobertura sanitaria
La situación extrema de los enfermos mentales en Libia
Un médico pasea por las instalaciones del único psiquiátrico de Trípoli. | C. Onians
- En toda Libia, sólo hay dos hospitales para antender a pacientes psiquiátricos
- Los especialistas necesitan urgentemente fármacos, sobre todo sedantes
La labor de los médicos en el único hospital psiquiátrico de Trípoli, ya de por sí difícil bajo el régimen de Gadafi, se ha complicado aún más con la llegada de toda una ola de pacientes traumatizados por la guerra. No sólo falta personal para atenderles, también los medicamentos y las camas disponibles son insuficientes.
"Personas dadas de alta hace 10 años, han vuelto, han recaído a causa de la guerra", relata uno de los especialistas de la institución, que prefiere no dar su nombre.
"Además, tenemos bastantes casos nuevos, a lo mejor 15 al día desde el inicio de la revolución. Sufren problemas post-traumáticos, estrés, psicosis...", enumera.
El hospital también ha recibido prisioneros salidos de las cárceles de Gadafi y hombres de la milicia del dictador, según fuentes del centro.
"La situación es mala desde hace años, pero en estos dos últimos meses han empeorado más aún", asegura el citado médico. "Necesitamos fármacos urgentemente, sobre todo sedantes", reclama.
El edificio presenta un aspecto decrépito. Con aires más de barracón militar que de centro médico, sus instalaciones no se han renovado en cuarenta años. Según el médico, 80 pacientes se hacinan en un espacio pensado para albergar a 40 personas.
"En lugar de hospitalizar a los pacientes uno o dos meses, se internan una semana o dos para poder atender a otros. A causa de esto, algunos vuelven tan pronto les damos el alta porque sus problemas son muy serios", señala.
Por otro lado, el hospital sufre una gran falta de personal. Los médicos egipcios, pakistaníes e iraquíes que trabajaban allí han sido evacuados y muchas de las empleadas habituales no han vuelto desde el inicio del conflicto.
Los pacientes, encerrados tras puertas con barrotes de hierro que chirrían al abrirse, piden fuego para encender sus cigarrillos, ya que no pueden tener mecheros.
Otros enfermos nunca recibirán atención médica. Muchas personas están demasiado asustadas para salir de sus casas, traumatizadas por seis meses de conflicto que ya ha dejado más de 20.000 muertos según los rebeldes.
Algunos ni siquiera pueden encontrar un medio de transporte para poder ser atendido en un hospital psiquiátrico. En toda Libia, sólo hay dos centros de este tipo: uno está en Trípoli y en otro en Bangasi, y cada uno de ellos no cuenta con más de 20 especialistas.
"Personas dadas de alta hace 10 años, han vuelto, han recaído a causa de la guerra", relata uno de los especialistas de la institución, que prefiere no dar su nombre.
"Además, tenemos bastantes casos nuevos, a lo mejor 15 al día desde el inicio de la revolución. Sufren problemas post-traumáticos, estrés, psicosis...", enumera.
El hospital también ha recibido prisioneros salidos de las cárceles de Gadafi y hombres de la milicia del dictador, según fuentes del centro.
"La situación es mala desde hace años, pero en estos dos últimos meses han empeorado más aún", asegura el citado médico. "Necesitamos fármacos urgentemente, sobre todo sedantes", reclama.
El edificio presenta un aspecto decrépito. Con aires más de barracón militar que de centro médico, sus instalaciones no se han renovado en cuarenta años. Según el médico, 80 pacientes se hacinan en un espacio pensado para albergar a 40 personas.
"En lugar de hospitalizar a los pacientes uno o dos meses, se internan una semana o dos para poder atender a otros. A causa de esto, algunos vuelven tan pronto les damos el alta porque sus problemas son muy serios", señala.
Por otro lado, el hospital sufre una gran falta de personal. Los médicos egipcios, pakistaníes e iraquíes que trabajaban allí han sido evacuados y muchas de las empleadas habituales no han vuelto desde el inicio del conflicto.
Los pacientes, encerrados tras puertas con barrotes de hierro que chirrían al abrirse, piden fuego para encender sus cigarrillos, ya que no pueden tener mecheros.
Otros enfermos nunca recibirán atención médica. Muchas personas están demasiado asustadas para salir de sus casas, traumatizadas por seis meses de conflicto que ya ha dejado más de 20.000 muertos según los rebeldes.
Algunos ni siquiera pueden encontrar un medio de transporte para poder ser atendido en un hospital psiquiátrico. En toda Libia, sólo hay dos centros de este tipo: uno está en Trípoli y en otro en Bangasi, y cada uno de ellos no cuenta con más de 20 especialistas.
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