MORTALIDAD | Informe de la OMS
Los recién nacidos piden ayuda
Una mujer alimenta a su hijo en un centro de Somalia. | Afp
En el año 2000, dentro del marco de la Declaración del Milenio, los líderes mundiales se comprometieron a que antes de 2015 las cifras de mortalidad infantil se reducirían drásticamente en todo el mundo.
Desde entonces, se han llevado a cabo muchas iniciativas destinadas a bajar el elevado número de niños que siguen muriendo antes de cumplir cinco años, pero, aunque se han logrado progresos, los objetivos siguen estando lejos de alcanzarse.
El fracaso ha sido especialmente llamativo en cuanto a la prevención de la muerte de los recién nacidos, según ha puesto de manifiesto una investigación llevada a cabo por especialistas de la Organización Mundial de la Salud, la ONG Save the Children y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres que publica esta semana la revista 'PLoS Medicine'.
Según sus datos, aunque el número total de muertes ha descendido significativamente, hoy en día la proporción de pequeños que fallecen antes de las cuatro semanas de vida es mayor que en 1990 (las cifras han subido del 37% al 41%).
Esto se debe, según los investigadores, a que se han conseguido grandes progresos en la prevención de muertes no neonatales (a partir del primer mes de vida) a causa de enfermedades infecciosas como la neumonía, la diarrea o el sida.
En cambio, los logros obtenidos con los recién nacidos han sido mucho menos impactantes. En los países menos desarrollados, estos pequeños siguen muriendo a causa de problemas que sí tienen solución en el primer mundo: los partos prematuros, la asfixia en el nacimiento y las infecciones severas, como la neumonía.
Según datos de la investigación, que ha realizado una estimación de las muertes infantiles ocurridas entre 1990 y 2009 en 193 países de todo el mundo, algunas áreas, como muchos países africanos, apenas han logrado progresos en estos años.
"Los logros para reducir el riesgo de mortalidad neonatal en los últimos 20 años han sido lentos, particularmente en las regiones de mayor riesgo", comentan los investigadores, quienes subrayan que "es esperable que esta contribución relativa de las muertes neonatales a la carga total de fallecimientos infantiles siga creciendo en el futuro".
En sus conclusiones, recuerdan que la mayoría de estas muertes podría prevenirse fácilmente y reclaman ayuda internacional para un problema muy localizado.
Según sus datos, de los 3,3 millones de recién nacidos que murieron en 2009 (en 1990 las cifras alcanzaban los 4,6 millones), más de la mitad lo hicieron en tan sólo cinco países: la India, Nigeria, Pakistán, China y la República Democrática del Congo.
Desde entonces, se han llevado a cabo muchas iniciativas destinadas a bajar el elevado número de niños que siguen muriendo antes de cumplir cinco años, pero, aunque se han logrado progresos, los objetivos siguen estando lejos de alcanzarse.
El fracaso ha sido especialmente llamativo en cuanto a la prevención de la muerte de los recién nacidos, según ha puesto de manifiesto una investigación llevada a cabo por especialistas de la Organización Mundial de la Salud, la ONG Save the Children y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres que publica esta semana la revista 'PLoS Medicine'.
Según sus datos, aunque el número total de muertes ha descendido significativamente, hoy en día la proporción de pequeños que fallecen antes de las cuatro semanas de vida es mayor que en 1990 (las cifras han subido del 37% al 41%).
Esto se debe, según los investigadores, a que se han conseguido grandes progresos en la prevención de muertes no neonatales (a partir del primer mes de vida) a causa de enfermedades infecciosas como la neumonía, la diarrea o el sida.
En cambio, los logros obtenidos con los recién nacidos han sido mucho menos impactantes. En los países menos desarrollados, estos pequeños siguen muriendo a causa de problemas que sí tienen solución en el primer mundo: los partos prematuros, la asfixia en el nacimiento y las infecciones severas, como la neumonía.
Según datos de la investigación, que ha realizado una estimación de las muertes infantiles ocurridas entre 1990 y 2009 en 193 países de todo el mundo, algunas áreas, como muchos países africanos, apenas han logrado progresos en estos años.
"Los logros para reducir el riesgo de mortalidad neonatal en los últimos 20 años han sido lentos, particularmente en las regiones de mayor riesgo", comentan los investigadores, quienes subrayan que "es esperable que esta contribución relativa de las muertes neonatales a la carga total de fallecimientos infantiles siga creciendo en el futuro".
En sus conclusiones, recuerdan que la mayoría de estas muertes podría prevenirse fácilmente y reclaman ayuda internacional para un problema muy localizado.
Según sus datos, de los 3,3 millones de recién nacidos que murieron en 2009 (en 1990 las cifras alcanzaban los 4,6 millones), más de la mitad lo hicieron en tan sólo cinco países: la India, Nigeria, Pakistán, China y la República Democrática del Congo.
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