Los farmacéuticos reprochan a Mas que los pagos se retrasen de 60 a 90 días
La dilación en el cobro no alcanza el dramatismo de la Comunidad Valenciana, pero preocupan
Clara Blanchar Barcelona 4 ENE 2012 - 22:23 CET
Acto de inauguración: autoridades, discursos... y un reproche. Lo lanzó ayer el sector farmacéutico al presidente de la Generalitat, Artur Mas, por el retraso en el pago de la factura farmacéutica, que la Administración catalana ha pasado de pagar a 60 días a 90, según el propio sector. Ocurrió durante la inauguración de la nueva sede central y logística de Federación Farmacéutica (Fedefarma), en Gavà. El presidente de la organización, Lluís Barenys, advirtió a Mas, ante el presidente del Consejo Catalán de Colegios de Farmacéuticos, de que los retrasos llevan a muchas farmacias "al límite de la viabilidad económica".
Barenys explica que la situación en Cataluña no alcanza los niveles de dramatismo de la Comunidad Valenciana —donde las oficinas incluso han hecho huelga—, pero asegura que el retraso en los pagos “hace temblar al sector”. Como consecuencia de la demora, son las oficinas las que retrasan sus pagos a las distribuidoras y acaban pagándoles intereses, o bien deben pedir créditos a los bancos. Barenys recuerda que el 80% de los ingresos de las farmacias proceden de medicamentos recetados por la Administración.
El jefe del Ejecutivo catalán reconoció el desfase, pero aludió al momento actual de crisis y recordó que hay otras zonas de España donde el problema es mucho más grave. Mas alertó de los "ataques desestabilizadores que pueden llegar contra el modelo de red farmacéutica" actual y aseguró que es un "firme defensor de la red de proximidad", frente a quienes quieren "la liberalización del sector".
Sobre la futura implantación de la tasa por receta, Barenys alertó que "debe estudiarse bien para que no sea peor el remedio que la enfermedad". "Nos da miedo que el euro se destine a partidas de los medicamentos más caros", dijo, en referencia a la idea de no implantar la tasa a los medicamentos que cuestan menos de tres euros, la mitad de los que despachan las farmacias.
Barenys explica que la situación en Cataluña no alcanza los niveles de dramatismo de la Comunidad Valenciana —donde las oficinas incluso han hecho huelga—, pero asegura que el retraso en los pagos “hace temblar al sector”. Como consecuencia de la demora, son las oficinas las que retrasan sus pagos a las distribuidoras y acaban pagándoles intereses, o bien deben pedir créditos a los bancos. Barenys recuerda que el 80% de los ingresos de las farmacias proceden de medicamentos recetados por la Administración.
El jefe del Ejecutivo catalán reconoció el desfase, pero aludió al momento actual de crisis y recordó que hay otras zonas de España donde el problema es mucho más grave. Mas alertó de los "ataques desestabilizadores que pueden llegar contra el modelo de red farmacéutica" actual y aseguró que es un "firme defensor de la red de proximidad", frente a quienes quieren "la liberalización del sector".
Sobre la futura implantación de la tasa por receta, Barenys alertó que "debe estudiarse bien para que no sea peor el remedio que la enfermedad". "Nos da miedo que el euro se destine a partidas de los medicamentos más caros", dijo, en referencia a la idea de no implantar la tasa a los medicamentos que cuestan menos de tres euros, la mitad de los que despachan las farmacias.
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