INVESTIGADORES POR EL MUNDO | Álvaro Rubio
'Me gustaría devolver a España lo que me ha dado'
"Dichoso es aquel que mantiene una profesión que coincide con su afición", aseguraba el escritor irlandés Bernard Shaw y lo certifican todos aquellos que tienen la suerte de cumplirla, aunque eso no quite para que a la hora de someterse a una entrevista, la dicha no diluya al cansancio tras una noche de quirófano.
A sus 33 años, Álvaro Rubio tiene la suerte de dedicarse a lo que realmente le gusta y de diferentes maneras, ya sea como cirujano cardíaco, investigador o docente, aunque como él mismo confiesa, y si por pedir no queda, le gustaría redondear la afirmación de Shaw si pudiera trabajar "en mi propio país".
"Comencé a estudiar Medicina en la Universidad de Extremadura, pero cuando estaba en tercer año fui de los primeros en conseguir una beca Sócrates-Erasmus para estudiar en el extranjero y aunque en principio sólo era para un año... ya son 13 los que llevo en Alemania", comenta.
Mientras conseguía sacarse la licenciatura de Medicina -cosa que lograría por partida doble tanto en Alemania como en España- Rubio empezó a ver los atractivos que para un médico ofrece el país germano.
"En Alemania puedes avanzar más rápido. Por ejemplo, siendo estudiante de carrera puedes empezar el Doctorado. Además, mientras hacía las prácticas de Medicina en España conseguí una plaza de residentes en la Universidad de Frankfurt, convirtiéndome en el residente de cirugía cardiaca más joven en Alemania", explica.
Tras terminar su residencia, Rubio ya tenía muy claro cuál era el campo en el que quería especializarse: cardiología. "Todo fue seguido. Acabé mi tesis sobre cirugía cardiaca porque era el campo que más me atraía y conseguí trabajo en Hospital Clínico de la Universidad de Erlangen-Nuremberg (Baviera), que es el más grande después del de Munich".
"Tengo status de funcionario público y como tal, no sólo trabajo como cirujano cardiaco en este hospital, sino que estoy 'obligado' -aunque no es obligación si te gusta- a investigar. Pero además, me dedico a la docencia de forma activa, dando dos cursos para estudiantes de Medicina y también para enfermeras", comenta.
Investigación y competitividad
Precisamente, ésta es una de las principales carencias que nota en el sistema español. "En Alemania no hay catedrático u otra autoridad, sobre todo en el ámbito público, que no esté obligada a investigar, ya que esto es un fin en sí mismo, la investigación en este país equivale a competitividad, buscan ser pioneros", afirma Rubio."En mi caso, además de ser cirujano, investigo qué pasa con el cerebro cuando, en operaciones complicadas, el paciente entra en un estado de parada cardiocirculatoria. Mi interés se centra en saberlo haciendo una espectroscopia, es decir, a través de un método no invasivo, con luz, medimos el nivel de oxígeno en el cerebro en esos momentos para protegerlo en caso de complicaciones".
Sin embargo, Rubio cree que esta voluntad investigadora tiene poca importancia en España. "Allí la investigación no se toma en serio ni a nivel gubernamental ni tampoco socialmente", afirma mientras intenta compararlo con un símil automovilístico. "Alemania es conocida entre otras cosas por la calidad de sus coches y piezas mecánicas, pero es que se está investigando siempre cómo conseguir más potencia, cómo consumir menos, etc. Y esta investigación se da en todos los campos. Esto tiene mucho peso en que la crisis no haya calado tanto, porque Alemania siempre tiene la última tecnología, siempre tiene algo de calidad que vender".
Pero, independientemente de las oportunidades, Álvaro dice sentirse en "deuda" con su propio país. "Me gustaría devolver todo lo que les debo, que es básicamente buena parte de mi formación. Siento que estoy en la obligación de hacerlo y sé que no soy el único que lo piensa. España tiene un problema grave y es que se gasta mucho dinero en formar a gente muy buena que termina trabajando fuera y esto terminará pasando factura. Por contra, en Alemania no se forma a nadie que no se vaya a necesitar".
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