VIDEOBLOG | Sanidad Pública
¿Qué hacer con las prótesis fraudulentas?
Hace muy pocos días el Ministerio de Sanidad español emitió un comunicado a propósito del problema de las prótesis mamarias con silicona industrial que pudiera haber en nuestro país y, en él, se destacaba sobre todo una cosa.
La sanidad pública se encargaría de revisar y sustituir –si fuera necesario- los implantes ahora fraudulentos que se hubieran realizados precisamente en hospitales públicos. En estos centros, las prótesis de mama se implantan sólo a las mujeres que han sufrido una mastectomía por cáncer o a las que tienen deformidades que sean consideradas patológicas.
La recomendación de comunicado oficial aconsejaba a las mujeres operadas por motivos estéticos -por un cirujano privado- con prótesis PIP que volvieran a consultar con ellos qué hacer en el caso de que tuvieran síntomas o estuvieran preocupadas. Da la sensación de que en esos casos, que seguramente son la mayoría, la sanidad pública pretender desentanderse. Las prótesis de mama se ponen por motivos estéticos y no están –es lógico- en el catálogo de prestaciones de la sanidad pública.
Sin embargo, el revuelo que en buena parte del mundo están causando las prótesis también ha llegado a nuestro país. Existen, probablemente, 10.000 danmificadas potenciales y muchas de ellas están muy preocupadas.
Quieren organizarse para demandar judicialmente a fabricantes –y puede que a cirujanos también- y quieren que, si hay que volverse a operar, sean las arcas del Estado las que se hagan cargo del coste de la supuesta cirugía.
También es muy sensato que las autoridades traten de evitar unas facturas que, si se masificaran las demandas, ascendería a varios millones de euros. Con la que está cayendo económicamente, no quieren asumir responsabilidades que creen que no son suyas.
Pero no tienen razón en todo. Por un lado, los controles de productos sanitarios de uso habitual no han estado muy finos. De lo contrario se habría detectado precozmente un fraude de esa categoría. Por otro, si las féminas con este tipo de implantes tienen problemas físicos o psíquicos por su causa, nuestro sistema tiene la obligación de atenderlas puesto que son enfermas. Y hasta ahora la Sanidad en España era universal (para todos), gratuita y solidaria. ¿O no?
La sanidad pública se encargaría de revisar y sustituir –si fuera necesario- los implantes ahora fraudulentos que se hubieran realizados precisamente en hospitales públicos. En estos centros, las prótesis de mama se implantan sólo a las mujeres que han sufrido una mastectomía por cáncer o a las que tienen deformidades que sean consideradas patológicas.
La recomendación de comunicado oficial aconsejaba a las mujeres operadas por motivos estéticos -por un cirujano privado- con prótesis PIP que volvieran a consultar con ellos qué hacer en el caso de que tuvieran síntomas o estuvieran preocupadas. Da la sensación de que en esos casos, que seguramente son la mayoría, la sanidad pública pretender desentanderse. Las prótesis de mama se ponen por motivos estéticos y no están –es lógico- en el catálogo de prestaciones de la sanidad pública.
Sin embargo, el revuelo que en buena parte del mundo están causando las prótesis también ha llegado a nuestro país. Existen, probablemente, 10.000 danmificadas potenciales y muchas de ellas están muy preocupadas.
Quieren organizarse para demandar judicialmente a fabricantes –y puede que a cirujanos también- y quieren que, si hay que volverse a operar, sean las arcas del Estado las que se hagan cargo del coste de la supuesta cirugía.
También es muy sensato que las autoridades traten de evitar unas facturas que, si se masificaran las demandas, ascendería a varios millones de euros. Con la que está cayendo económicamente, no quieren asumir responsabilidades que creen que no son suyas.
Pero no tienen razón en todo. Por un lado, los controles de productos sanitarios de uso habitual no han estado muy finos. De lo contrario se habría detectado precozmente un fraude de esa categoría. Por otro, si las féminas con este tipo de implantes tienen problemas físicos o psíquicos por su causa, nuestro sistema tiene la obligación de atenderlas puesto que son enfermas. Y hasta ahora la Sanidad en España era universal (para todos), gratuita y solidaria. ¿O no?
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