Si ya es tarde para un Pacto de Estado, ¿por qué no uno al menos de Gobierno?

Pasan los años, las legislaturas, los directivos, y un tema sigue pendiente en el sector sanitario. A estas alturas, puede que el sentir general tenga bastante que ver con las palabras de Eduard Rius, ex consejero de Sanidad de Cataluña: "Ya me resulta cansino oír hablar del Pacto de Estado por la Sanidad".

Rosalía Sierra | 13/01/2012 00:00

Y lo ha dicho en un foro donde, a pesar de que muchos pensaban igual, poco antes se había defendido la necesidad del citado pacto: la I Conferencia General sobre la Sostenibilidad del Sistema Sanitario en España, organizada por la Fundación Bamberg (ver DM).

A juicio de Rius, el problema es que "no hay verdadera voluntad de pacto; por eso no se formalizará nunca. Y ahora que el PP tiene mayoría absoluta y gobierna en casi todas las autonomías, mejor que se limite a cumplir su programa".

Otra opción es la que ha propuesto Eduardo Rodríguez Rovira, presidente de Indas, más adaptada a la situación actual: "Se debería hablar al menos de un Pacto de Gobierno, porque tal y como estamos las medidas que hay que tomar suponen establecer prioridades, y eso es tarea del Gobierno".

Por eso, los asistentes han mostrado su satisfacción al oír hablar a uno de los pocos intervinientes con responsabilidades políticas, Luis Rosado, consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana. En su opinión, "es obligado empezar a hablar de un cambio real en el enfoque del sistema sanitario, algo que ya se está convirtiendo casi en una cuestión de ética. Primero debemos, todos, reflexionar sobre qué hemos hecho mal, para luego pensar en qué debemos hacer para corregir la situación". Un fallo cometido que el consejero tiene claro es "comprar más de lo que se podía pagar", así como sobredimensionar el equipamiento de hospitales de todo tamaño: "En la Comunidad Valenciana tenemos 34 centros públicos dotados con la más alta tecnología, que podrían ser la mitad".

Giro a la eficiencia
Rosado cree que es el momento de hacer más que lo que se ha hecho hasta ahora, que es actuar sobre los precios: "Hay que cambiar el modelo de compra-venta para adoptar uno de intercambio". Además, en lo que depende de las comunidades -aquí Rosado aprovechó para recordar que el sistema de financiación autonómica desfavorece a su región-, es posible "dar un giro hacia la eficiencia, implantando un modelo de gestión empresarial, implicando a los profesionales e introduciendo sistemas de evaluación del desempeño".

Ramón Gálvez, ex gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), discrepa radicalmente de esta propuesta: "Tenemos un sistema que es el resultado de un esfuerzo global que no puede gobernarse del mismo modo que una empresa privada". A su juicio, lo que necesita el SNS es "empezar a utilizar los números con rigor. ¿Sabemos acaso qué porcentaje de la deuda corresponde a la mala financiación y cuál a la mala gestión? No se pueden lanzar afirmaciones al aire porque sí cuando tratamos de cosas tan delicadas".

De acuerdo, los sistemas de salud no pueden convertirse en empresas, pero sí aprovechar algo de éstas, según los asistentes. Y puestos a cambiar cosas, atacar a lo que parece intocable: "No es de recibo que haya trabajos para toda la vida y seis millones de personas a las que ni siquiera podemos cambiar el turno. Hay que reformar la función pública", defiende Rius, y coincide con él Enrique de Porres, consejero delegado de Asisa, que piensa que los incentivos económicos funcionan pero son limitados, por lo que habría que optar por "desfuncionarizar a los profesionales y darles liderazgo real".

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