Boi Ruiz rechaza adoptar medidas contra la malnutrición infantil
El consejero de Salud dice que el informe del Síndic de Greuges no es científico
Antía Castedo Barcelona 3 SEP 2013 - 21:14 CET2
El consejero de Salud, Boi Ruiz, volvió ayer a negar que en Cataluña haya niños malnutridos por razones económicas. Por eso, su departamento no tomará “ninguna medida excepcional” para paliar el problema. El consejero ahondó en la controversia que el Gobierno mantiene con el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, después de que este alertara en un informe reciente de la existencia de 50.000 niños malnutridos e instara a la Generalitat a tomar medidas para paliar la crisis. Según Ruiz, las conclusiones de Ribó no se ajustan al “método científico”.
El consejero de Salud puso en tela de juicio las cifras utilizadas por el síndico. “Para decidir si hay personas malnutridas, no vale una encuesta”, declaró Ruiz. En su informe, Ribó se basó en una pregunta de la Encuesta de Condiciones de Vida y Hábitos de la Población de Cataluña (2011), a cargo del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), el Área Metropolitana de Barcelona, la Diputación de Barcelona y el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos.
En esa encuesta, se pregunta a las familias si pueden permitirse dar a sus hijos carne o pescado al menos una vez cada dos días. La conclusión es que 50.000 menores de 16 años no comen proteínas de esos alimentos de forma regular. Pero el síndico también analiza la situación desde el punto de vista de las entidades y los servicios públicos, y constata que “la malnutrición infantil [...] es una situación sobrevenida en los últimos años por efecto de la crisis”. Además, “este problema [...] tiene tendencia a aumentar y agravarse”.
A pesar de ello, y de que el propio Ribó dijo el jueves en el Parlament que considera “casi diabólico” que las instituciones nieguen el problema, el consejero afirmó que la encuesta es “interpretable” y que no “tomará decisiones” en base a ella. “Hay acceso a las proteínas más allá del pescado y la carne. Si no, los vegetarianos sufrirían déficit de proteínas”, declaró.
Ruiz afirmó que la única forma de detectar el problema es a través de la red sanitaria pública y, especialmente, de los centros de atención primaria. Pero su departamento no pondrá en marcha ningún programa específico para poner cifras propias al problema, sino que estará “alerta” para detectar los casos, “si se producen”.
El consejero sí admitió que la evidencia científica muestra que en situaciones de aumento de la pobreza y la falta de recursos, como la actual, la malnutrición tiende a aparecer. “La disminución de las rentas afecta y hemos de estar alerta”, reconoció. La consejera de Bienestar y Familia, Neus Munté, explicó que su departamento trabaja en la equiparación de las condiciones de acceso a las becas comedor en los distintos territorios, ya que los requisitos no son homogéneos.
El informe del síndico ha provocado gran revuelo. Ribó fue llamado a comparecer ante la Diputación Permanente del Parlament para explicar las conclusiones. La diputada de CiU, Mertitxell Borràs, le acusó entonces de provocar “alarmismo” y actuar con “demagogia”. Ribó no se amilanó e insistió en que el informe pone de manifiesto un “déficit de políticas públicas que habría que corregir”.
Por otra parte, el consejero de Salud dijo que espera que los sindicatos y la patronal del sector de las ambulancias lleguen a un acuerdo que evite la convocatoria de huelga para los días 9, 10, 11 y 12 de este mes.
El consejero de Salud puso en tela de juicio las cifras utilizadas por el síndico. “Para decidir si hay personas malnutridas, no vale una encuesta”, declaró Ruiz. En su informe, Ribó se basó en una pregunta de la Encuesta de Condiciones de Vida y Hábitos de la Población de Cataluña (2011), a cargo del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), el Área Metropolitana de Barcelona, la Diputación de Barcelona y el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos.
En esa encuesta, se pregunta a las familias si pueden permitirse dar a sus hijos carne o pescado al menos una vez cada dos días. La conclusión es que 50.000 menores de 16 años no comen proteínas de esos alimentos de forma regular. Pero el síndico también analiza la situación desde el punto de vista de las entidades y los servicios públicos, y constata que “la malnutrición infantil [...] es una situación sobrevenida en los últimos años por efecto de la crisis”. Además, “este problema [...] tiene tendencia a aumentar y agravarse”.
La conclusión es que 50.000 menores de 16 años no comen proteínas de esos alimentos de forma regular
Ruiz afirmó que la única forma de detectar el problema es a través de la red sanitaria pública y, especialmente, de los centros de atención primaria. Pero su departamento no pondrá en marcha ningún programa específico para poner cifras propias al problema, sino que estará “alerta” para detectar los casos, “si se producen”.
El consejero sí admitió que la evidencia científica muestra que en situaciones de aumento de la pobreza y la falta de recursos, como la actual, la malnutrición tiende a aparecer. “La disminución de las rentas afecta y hemos de estar alerta”, reconoció. La consejera de Bienestar y Familia, Neus Munté, explicó que su departamento trabaja en la equiparación de las condiciones de acceso a las becas comedor en los distintos territorios, ya que los requisitos no son homogéneos.
El informe del síndico ha provocado gran revuelo. Ribó fue llamado a comparecer ante la Diputación Permanente del Parlament para explicar las conclusiones. La diputada de CiU, Mertitxell Borràs, le acusó entonces de provocar “alarmismo” y actuar con “demagogia”. Ribó no se amilanó e insistió en que el informe pone de manifiesto un “déficit de políticas públicas que habría que corregir”.
Por otra parte, el consejero de Salud dijo que espera que los sindicatos y la patronal del sector de las ambulancias lleguen a un acuerdo que evite la convocatoria de huelga para los días 9, 10, 11 y 12 de este mes.
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