Asturias decidirá el próximo 10 de septiembre si permanece en el seno de la confederación. Baleares exige una ejecutiva nacional urgente y Valencia una "revisión" de planteamientos.
El acuerdo firmado entre el Ministerio de Sanidad y el Foro de la Profesión ha sumido a CESM en una grave marejada interna que la dirección nacional de la confederación intentará atajar en el comité ejecutivo previsto para septiembre. Asturias, Baleares y Valencia encabezan el fuerte malestar de varias delegaciones autonómicas por el contenido de un acuerdo que, según varios responsables regionales, la dirección nacional asumió sin el suficiente debate previo y con una mayoría insuficiente para la trascendencia de lo firmado. Siete sindicatos autonómicos (además de los tres mencionados, Andalucía, Castilla y León, Canarias y Galicia) se opusieron frontalmente a esa firma en la Ejecutiva que la confederación celebró el 29 de julio (apenas 24 horas antes de la firma del acuerdo) y, en algunos casos, pidieron a Albert Tomàs y Francisco Miralles, presidente y secretario general nacional, respectivamente, que la decisión se pospusiera a septiembre. Con el voto ponderado (proporcional al número de médicos de cada autonomía), el pacto salió adelante con 259 votos a favor y 216 en contra, un resultado tan exiguo, según Isidro Torres, presidente de CESM-Baleares, que evidencia la "postura equivocada, imprudente y reprobable de la dirección nacional, y la urgente necesidad de abordar esta situación que amenaza incluso el futuro de la confederación como la conocemos".
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De momento, el Sindicato Médico de Asturias (Simpa) ha convocado un comité ejecutivo para el próximo 10 de septiembre en el que, según su secretario general, Antonio Matador, "se debatirá y votará si permanecemos en la confederación y, obviamente, nos atendremos al resultado de esa votación". En Baleares, Torres no habla abiertamente de escisión, pero sí aclara que "la decisión dependerá del Ejecutivo que también celebraremos este mes, y estaremos muy atentos a lo que pase en Asturias porque podría ser el desencadenante de posturas similares". Lo que sí tiene claro Torres es que la dirección nacional de CESM "debe convocar una Ejecutiva urgente para abordar la situación, porque, lo contrario, sería un insulto para los sindicatos que votamos en contra".
Cambio de posturas
Andrés Cánovas, secretario general de CESM-Valencia y expresidente nacional de la confederación, dice "comulgar plenamente" con el malestar de sus colegas de Asturias y Baleares, pero matiza que, "más que romper CESM, lo que queremos es reformarla, sobre todo en lo que se refiere a algunos puntos que hemos defendido en los últimos años". En este sentido, Cánovas añade que "nos hemos desgañitado pidiendo una mesa exclusiva para los médicos y quizás sea el momento de plantearnos que Medicina y Enfermería no pueden desligarse, están condenadas a entenderse". Según él, la escenificación de la firma del acuerdo (con la presencia del Consejo General de Enfermería y de Satse) y el hecho de que "el texto hable de una mesa de las profesiones sanitarias, así, en general, evidencia que no podemos enrocarnos en determinadas posturas".
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Además, Cánovas y Matador coinciden en otro de los puntos que fundamentan su rechazo al pacto: plantear que el Foro de la Profesión aborde con Sanidad asuntos laborales y retributivos contraviene la Ley Orgánica de Libertad Sindical y atenta contra la negociación colectiva y los órganos legítimamente constituidos para abordarla. Curiosamente, éste es el mismo argumento que esgrimen CCOO, CSI-F y UGT, y la base para recurrir el acuerdo en tribunales.
Francisco Miralles, secretario general de CESM, admite que "el malestar de Asturias, Baleares y Valencia es evidente", pero espera que el comité ejecutivo de septiembre -"que convocaremos porque toca"- sirva para calmar los ánimos. "En una organización democrática como CESM, la disensión es buena, e incluso deseable, pero creo que la visceralidad de algunas reacciones vino motivada por la falta de desarrollo del pacto. Confío en que ese ejecutivo servirá para explicar a fondo su desarrollo y disipar todas las dudas".
El aspecto positivo de las disensiones
Andalucía, Castilla y León, Canarias y Galicia admiten su desacuerdo con el contenido acuerdo, pero, lejos de las 3 autonomías más discordantes, abogan por intentar acercar posturas en la confederación. Cándido Andión, presidente de CESM-Galicia, cree que "las expectativas de fondo de la dirección nacional sobre el acuerdo no son criticables, aunque es verdad que quizás hemos sido algo ingenuos confiando en su plena ejecución". En este sentido, plantea que CESM lo impugne "en cuanto se produzca el primer incumplimiento". Lejos de hacer una lectura negativa, Tomás Toranzo, presidente de Especializada en Castilla y León y vicesecretario nacional de CESM, ve positivas las críticas, "ya que hemos sido la única organización del Foro donde hubo un debate real, y eso siempre es bueno".
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