La sanidad pública empeora en todas las comunidades autónomas
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad critica que los recortes redundan en la atención dispar entre territorios
Castilla-La Mancha, Baleares o La Rioja “han bajado de forma contundente”
Jaime Prats Valencia 6 SEP 2013 - 14:25 CET9
La crisis y los recortes tienen una clara incidencia en la prestación sanitaria. Por primera vez en diez años, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha detectado en su informe Los servicios sanitarios de las comunidades autónomas, presentado este viernes, un "empeoramiento generalizado" en todas las autonomías. La aplicación de estas medidas, "ha tenido intensidad y calendarios distintos" por lo que "la percepción de su efecto es distinto en cada territorio", añaden desde la federación.
Además, existe una “gran disparidad" entre regiones "que va en aumento, lo que pone en peligro la necesaria cohesión y equidad en los territorios”, según la FADSP. A la cabeza de la clasificación de las autonomías por su nivel de calidad asistencial está Navarra; a la cola, la Comunidad Valenciana.
La asociación puntúa a las comunidades a partir de un baremo que cuenta con 21 parámetros que miden (con datos de 2012) desde las listas de espera al número de camas y de médicos por cada 1.000 habitantes, el control del gasto farmacéutico, el gasto per cápita a partir de los presupuestos sanitarios de 2013, el consumo de genéricos, o el nivel de satisfacción de los pacientes, entre otros aspectos. También, en consonancia con los planteamientos de la FADSP, se penaliza la privatización de los servicios.
La máxima nota posible es de 79 puntos y la mínima de 19. La diferencia entre autonomías “es claramente excesiva” (hasta 35 puntos entre los 65 alcanzados por Navarra y los 30 de la Comunidad Valenciana), según los autores del trabajo.
La clasificación de las distintas autonomías apenas arroja cambios de posiciones. Los autores se han detenido en algunas autonomías, como la madrileña. A pesar de encontrase en el epicentro de los impulsos más recientes de la privatización sanitaria y haber sufrido una fuerte contestación social y laboral por la política de recortes, ha subido dos puestos respecto a la clasificación del año pasado y tres respecto a la de 2011.
La explicación no es que hayan mejorado sus indicadores asistenciales. Todo lo contrario, según la FADSP. El motivo es que han empeorado más otras autonomías. Marciano Sánchez Bayle, presidente de la federación, alude a la situación comparativamente peor de Castilla-La Mancha, Baleares o La Rioja, que “han bajado de forma más contundente”.
Ni en la zona alta, ni en la zona baja de la clasificación hay novedades respecto a años anteriores. Los cinco primeros puestos los llevan ocupando a lo largo de los últimos cuatro años las mismas autonomías: Navarra, Aragón, Asturias y País Vasco (no necesariamente siempre por este orden, que refleja la lista de 2013).
El grupo de cola es aún más estable. Canarias y Valencia –la autonomía que más lejos ha llevado la gestión privada de la sanidad pública- ocupan el penúltimo y último lugar por quinta vez consecutiva, es decir, desde la lista de 2009.
Los autores del estudio esperan que en el próximo informe, con datos de 2013, el escenario sea incluso peor, ya que se reflejarán de forma más clara las consecuencias de los recortes aplicados al sistema sanitario.
Además, existe una “gran disparidad" entre regiones "que va en aumento, lo que pone en peligro la necesaria cohesión y equidad en los territorios”, según la FADSP. A la cabeza de la clasificación de las autonomías por su nivel de calidad asistencial está Navarra; a la cola, la Comunidad Valenciana.
La asociación puntúa a las comunidades a partir de un baremo que cuenta con 21 parámetros que miden (con datos de 2012) desde las listas de espera al número de camas y de médicos por cada 1.000 habitantes, el control del gasto farmacéutico, el gasto per cápita a partir de los presupuestos sanitarios de 2013, el consumo de genéricos, o el nivel de satisfacción de los pacientes, entre otros aspectos. También, en consonancia con los planteamientos de la FADSP, se penaliza la privatización de los servicios.
La máxima nota posible es de 79 puntos y la mínima de 19. La diferencia entre autonomías “es claramente excesiva” (hasta 35 puntos entre los 65 alcanzados por Navarra y los 30 de la Comunidad Valenciana), según los autores del trabajo.
La clasificación de las distintas autonomías apenas arroja cambios de posiciones. Los autores se han detenido en algunas autonomías, como la madrileña. A pesar de encontrase en el epicentro de los impulsos más recientes de la privatización sanitaria y haber sufrido una fuerte contestación social y laboral por la política de recortes, ha subido dos puestos respecto a la clasificación del año pasado y tres respecto a la de 2011.
La explicación no es que hayan mejorado sus indicadores asistenciales. Todo lo contrario, según la FADSP. El motivo es que han empeorado más otras autonomías. Marciano Sánchez Bayle, presidente de la federación, alude a la situación comparativamente peor de Castilla-La Mancha, Baleares o La Rioja, que “han bajado de forma más contundente”.
Ni en la zona alta, ni en la zona baja de la clasificación hay novedades respecto a años anteriores. Los cinco primeros puestos los llevan ocupando a lo largo de los últimos cuatro años las mismas autonomías: Navarra, Aragón, Asturias y País Vasco (no necesariamente siempre por este orden, que refleja la lista de 2013).
El grupo de cola es aún más estable. Canarias y Valencia –la autonomía que más lejos ha llevado la gestión privada de la sanidad pública- ocupan el penúltimo y último lugar por quinta vez consecutiva, es decir, desde la lista de 2009.
Los autores del estudio esperan que en el próximo informe, con datos de 2013, el escenario sea incluso peor, ya que se reflejarán de forma más clara las consecuencias de los recortes aplicados al sistema sanitario.
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