La falta de adherencia terapéutica supone un coste de 125.000 millones euros anuales a los gobiernos, más de 11.000 al español
Madrid (16-18/11/2013) - Redacción
El Observatorio de la Adherencia al Tratamiento organiza las "II Jornadas de la Adherencia al Tratamiento", en las que se ha recordado que tradicionalmente se ha identificado dicha adherencia como una variable clave para explicar la brecha entre la eficacia demostrada por una terapia en un ensayo clínico y la posterior efectividad del tratamiento en condiciones reales
El mal uso de los fármacos es el responsable del ocho por ciento del gasto sanitario en el mundo, y, de ese porcentaje, el 57 se corresponde con problemas de no adherencia a los tratamientos. Así se recoge en un estudio de la consultora IMS Health. Que ha sido presentado en las "II Jornadas de la Adherencia al Tratamiento" organizadas por el Observatorio de la Adherencia al Tratamiento (OAT). Además, según estimaciones de este organismo, la falta de cumplimiento terapéutico contribuye a unas 200.000 muertes prematuras de ciudadanos europeos cada año y provoca un coste estimado a los gobiernos de 125.000 millones de euros anuales. Y, exportando estas cifras a España en función de la población, se calcula que serían alrededor de 11.250 millones de euros.
En este encuentro ha intervenido también Álvaro Hidalgo, profesor titular de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Castilla-La Mancha. Durante la ponencia se ha apuntado que en la actual coyuntura económica resulta relevante la asociación entre adherencia terapéutica deficiente y un mayor coste hospitalario.
"Los economistas de la salud tradicionalmente han identificado la adherencia terapéutica como una variable clave para explicar la brecha entre la eficacia demostrada por una terapia en un ensayo clínico y la posterior efectividad del tratamiento en condiciones reales", ha destacado Hidalgo durante su intervención. "La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya estableció en 2004 que la falta de adherencia terapéutica es la principal razón del beneficio clínico subóptimo de esos tratamientos y que contribuye a un mayor número de complicaciones médicas y psicosociales de la enfermedad y reduce la calidad de vida de los pacientes", tal y como ha añadido.
Otro aspecto abordado ha sido la importancia de los sistemas que permiten controlar el cumplimiento farmacológico, dado que se convierten en una herramienta objetiva para controlar el gasto sanitario, mejorando el control de la enfermedad y sin que el ahorro afecte a la salud del paciente.
En este sentido, el profesor Hidalgo ha afirmado que "un modo de controlar los resultados en salud y a nivel económico de la terapia prescrita al paciente es asociar dicho tratamiento farmacológico a una forma de administración que permita monitorizar la adherencia terapéutica de cada paciente".
En su opinión, "los dispositivos electrónicos para la autoadministración de terapias farmacológicas se traducen en un doble beneficio sanitario ya que, al permitir un registro objetivo de la Adherencia, fomentan una mayor efectividad de las terapias y permiten una mejor gestión del coste - tanto farmacológico como sanitario-, asociado a cada paciente. Ambos efectos se traducen en una mejora de la relación coste-efectividad de la terapia y, por tanto, en un uso más eficiente de los recursos sanitarios".
En este encuentro ha intervenido también Álvaro Hidalgo, profesor titular de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Castilla-La Mancha. Durante la ponencia se ha apuntado que en la actual coyuntura económica resulta relevante la asociación entre adherencia terapéutica deficiente y un mayor coste hospitalario.
"Los economistas de la salud tradicionalmente han identificado la adherencia terapéutica como una variable clave para explicar la brecha entre la eficacia demostrada por una terapia en un ensayo clínico y la posterior efectividad del tratamiento en condiciones reales", ha destacado Hidalgo durante su intervención. "La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya estableció en 2004 que la falta de adherencia terapéutica es la principal razón del beneficio clínico subóptimo de esos tratamientos y que contribuye a un mayor número de complicaciones médicas y psicosociales de la enfermedad y reduce la calidad de vida de los pacientes", tal y como ha añadido.
Otro aspecto abordado ha sido la importancia de los sistemas que permiten controlar el cumplimiento farmacológico, dado que se convierten en una herramienta objetiva para controlar el gasto sanitario, mejorando el control de la enfermedad y sin que el ahorro afecte a la salud del paciente.
En este sentido, el profesor Hidalgo ha afirmado que "un modo de controlar los resultados en salud y a nivel económico de la terapia prescrita al paciente es asociar dicho tratamiento farmacológico a una forma de administración que permita monitorizar la adherencia terapéutica de cada paciente".
En su opinión, "los dispositivos electrónicos para la autoadministración de terapias farmacológicas se traducen en un doble beneficio sanitario ya que, al permitir un registro objetivo de la Adherencia, fomentan una mayor efectividad de las terapias y permiten una mejor gestión del coste - tanto farmacológico como sanitario-, asociado a cada paciente. Ambos efectos se traducen en una mejora de la relación coste-efectividad de la terapia y, por tanto, en un uso más eficiente de los recursos sanitarios".
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