lunes, 17 de febrero de 2014

El heterogéneo tejido privado, juez en el desahogo asistencial público - DiarioMedico.com

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LISTAS DE ESPERA Y CONCIERTOS

El heterogéneo tejido privado, juez en el desahogo asistencial público

Un SNS saturado abre más la puerta a derivar a la privada, pero hay muchos factores que definen el tránsito del paciente: complejidad asistencial, personal, tejido privado, costes... Quizá hasta ideología.
José A. Plaza. Madrid | japlaza@unidadeditorial.es   |  17/02/2014 00:00

Las listas de espera crecen. La sanidad pública no da más de sí, o al menos no se acierta a exprimirla mejor, y el sector privado está ahí para echar un cable. Esta realidad esconde muchas lecturas, factores asociados y opciones más o menos eficientes para el SNS.
Hay muchas cuestiones que determinan si el paciente se queda en su centro de origen, circula por el sector público, moviéndose de un área sanitaria saturada a otra más desahogada, pasa al circuito privado autonómico, o si, incluso, cruza la frontera para ser tratado en otra región.
La mayoría de autonomías cuentan con planes de choque contra las listas de espera, y casi todas tienen conciertos con clínicas privadas para oxigenar sus centros públicos. Algunas, como Cataluña, hacen de la colaboración público-privada su santo y seña. Por lo general, las más pequeñas conciertan incluso con clínicas más allá de sus fronteras, mientras que las grandes (con excepciones) apenas manejan esta opción.
Algunos ejemplos. La Comunidad Valenciana, según informa Enrique Mezquita, paralizó en 2012 su plan de choque "para continuar sólo con recursos públicos", pero el aumento de la demora media hizo que tuviera que recuperar los conciertos privados. Según han dicho a DM fuentes de la consejería, "las clínicas acordadas para recibir derivaciones del citado plan son todas de la región".
Aragón hace lo propio y "sólo tiene conciertos con centros privados de la comunidad", según fuentes de la consejería, al igual que Galicia y Andalucía, tal y como han confirmado a DM ambos departamentos.
Falta tejido privado
Castilla-La Mancha, por contra, es un buen ejemplo de cómo los recortes públicos y las listas de espera crecientes, sumados a un escaso tejido privado, le han obligado a derivar pacientes a clínicas privadas más allá de sus fronteras.
A Cantabria, según informa Santiago Rego, le pasa algo similar. Firmó en 2013 un acuerdo marco, que cubre los años 2013-2017, para reducir una lista de espera quirúrgica que había subido un 19,5 por ciento en un año.
La consejería cántabra atribuyó este ascenso al fin de las peonadas y a que se dejó de derivar a centros en otras regiones". Ahora, el acuerdo con ocho hospitales privados incluye centros propios y de otras autonomías. Además, algunas interrupciones de embarazo se hacen en clínicas de Cantabria, Vizcaya y Madrid.
Murcia, según informa Pilar Laguna, es otro ejemplo de actuación ligada a un tejido privado no muy amplio. La consejería dice que "habitualmente no hay derivaciones a otras autonomías", pero reconoce un centenar de casos al año, "sin conciertos cerrados específicos", ligados a ciertas intervenciones que las clínicas privadas murcianas no cubren.
Valentín Ballesteros, vicepresidente de la Federación Nacional de Clínicas Privadas (FNCP), complementa los datos ofrecidos por las autonomías y aporta otros: "Cantabria deriva al sector privado de Madrid, Valladolid y Bilbao; Castilla y León lo hace también con Madrid; Castilla-La Mancha concierta con clínicas de Madrid y Valencia. Extremadura, La Rioja y Asturias también derivan al sector privado de otras autonomías...".
Por lo general, las grandes comunidades tienen tejido privado suficiente, lo que les permite concertar sólo dentro de sus fronteras, normalmente después de apurar la red pública. Así, Madrid, Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana y Andalucía sólo recolocan a pacientes afectados por listas de espera en centros privados propios.
¿Compensa el precio?
La FNCP reconoce que muchas clínicas privadas "no entran a concursos autonómicos porque no compensa el precio", una de las razones por las que el paciente acaba trasladado, si da su consentimiento. Esto sucede, por ejemplo, "en Castilla-La Mancha y Cantabria". Según añade, "la mitad de los pacientes" a los que se les ofrece un traslado a otra región no aceptan".
Manuel Vilches, director general del IDIS, aporta más luz. Ha señalado a DM que "no hay muchos datos" para hacer un mapa de las derivaciones a clínicas privadas. Recuerda que alrededor del 10 por ciento del gasto sanitario se destina a los conciertos privados ("así debe ser, es una válvula de escape"), y pide que "dé igual la titularidad del centro" y que "no nos movamos por el quién, sino por el cómo", y aprovecha para recordar que la sanidad privada "reduce costes hasta en un 40 por ciento en GRD como prótesis de cadera y túnel carpiano".
Vilches coincide con Ballesteros en que la presencia de la sanidad privada es mayor en autonomías grandes que en las pequeñas, "donde hay menor penetración del aseguramiento", y explica que la competencia genera mejores precios y más dotación asistencial: si una comunidad tiene pocas clínicas privadas, hay precios menos competitivos. Así, "a veces merece la pena derivar fuera".
Una depende de otra
La privada se mueve por demanda. Si hay mucha, hay más clínicas. En las dos Castillas Vilches ve "no sólo poca sanidad privada, sino también una pública escasa". Para llenar estos vacíos, el IDIS quiere que el sector privado crezca en las comunidades pequeñas, pero advierte: "Esto también depende de la sanidad pública, que debe querer y tener buena relación con la privada". Vilches desliza razones ideológicas que, en algunas autonomías, frenan el proceso.
Aunque se muestra "dispuesto a generar más tejido en zonas necesitadas", pide a cambio "seguridad jurídica para no estar sujetos a veleidades políticas". El caso de Madrid es recurrente: "Si la privada firma algo con la pública, que no pueda venir el siguiente Gobierno a echarlo abajo".
En un debate público-privado que Vilches y Ballesteros ven politizado, advierten de que la sanidad privada tampoco está para tirar cohetes: "Cierran centros y se despide a personal". Si la sanidad pública no llega, y la privada tampoco, ¿dónde queda el paciente?

¿Se ha 'exprimido' suficiente el sistema?

La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp) pide centrarse en el modelo clásico. Su presidente, Marciano Sánchez Bayle, ha dicho a DM que "lo primero es aprovechar la pública al cien por cien, y no se hace". En su opinión, derivar al sector privado desahoga, pero "añade molestias al paciente, más si es a otras regiones". Afirma que éste "prefiere siempre un centro público" y va más allá: "Derivar no suele apetecerle ni al médico".
Al margen de entrecomillados, la Fadsp cree que se acude a la privada sólo debido a la sangría que sufre la pública, "que ha perdido 25.000 trabajadores en un año, recursos y presupuesto, lo que ha mermado su capacidad". No ve justificado que, pese a estos datos, se busque otra opción "cuando se puede mejorar el SNS".
¿Derivación falseada? 
Al derivar a la privada, Sánchez Bayle ve riesgos de hacerlo "falseando plazos en las listas de espera", y cita casos en los que "clínicas privadas rechazan casos porque no quieren asumir ciertas atenciones".
Aunque la experiencia dice que trabajar con el sector privado no puede vincularse per se con ideario político, la oposición al PP lleva dos años achacándole afanes privatizadores. José Martínez Olmos, portavoz del PSOE en el Congreso, ha hablado con DM y se ha alineado con la postura de Sánchez-Bayle, aunque dejando caer la necesidad actual de buscar vías más allá del SNS: "Soy partidario de poner todos lo esfuerzos en resolver los procesos en la sanidad pública y, de manera excepcional y meramente complementaria, usar conciertos". El sistema público debe acudir a clínicas privadas "sólo para procesos en garantías de tiempos máximos, cuando sea estrictamente necesario una vez superados los tiempos", concluye Martínez Olmos.

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