EMERGENCIA | En el país no existe un sistema de salud público
Desesperación en Somalia por un futuro sin Médicos Sin Fronteras
Foto de archivo de MSF tratando a un niño en el hospital situado en un campo de refugiados de Congo. | Efe
Maryan Muse está sentada junto con sus cuatro hijos frente a la puerta cerrada del centro médico Jaziira en la capital de Somalia, Mogadiscio, con lágrimas en los ojos y sumida en el desaliento.
"¿Quién ayudará ahora a mi familia?", pregunta esta madre soltera, alzando sus manos al cielo, mientras se enfrenta a un futuro sin la asistencia de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).
Al igual que miles de otras familias somalíes, Muse y sus hijos dependían de los servicios médicos gratuitos provistos por MSF. En Somalia, un país golpeado por el conflicto armado, prácticamente no existe un sistema de salud público.
Pero el 14 de agosto, MSF anunció que se retiraba de Somalia debido a los constantes ataques a sus
trabajadores, incluyendo asesinatos y secuestros. En los 22 años que trabajó allí, 16 miembros de la organización fueron asesinados por grupos armados.
"El cierre de nuestras actividades es un resultado directo de los ataques extremistas contra nuestro personal", dijo el presidente de MSF, Unni Karunakara.
La inseguridad continúa reinando en Somalia, donde el nuevo gobierno, formado hace casi un año, ha estado intentando restablecer la paz y la estabilidad.
Un ejército mal equipado, respaldado por casi 18.000 pacificadores de la Unión Africana, ha tratado de combatir a la milicia radical islámica Al Shabaab y a los señores de la guerra rivales y recuperar el control sobre el sur del país, sin éxito tangible hasta el momento.
"Algunos (de mis colegas) fueron asesinados, heridos, hostigados o secuestrados para conseguir dinero de rescate", dijo Ahmed Sheikh Osman, un colaborador de logística de MSF que perdió esta semana su empleo, al igual que otras 1.500 personas que la organización había contratado en Somalia.
Osman y sus colegas se unirán ahora a las masas de desempleados, con escasa perspectiva de conseguir un nuevo trabajo. Más de la mitad de los adultos están desocupados en el país, que tiene unos 10 millones de habitantes, según datos de Naciones Unidas.
Pero los más afectados por el retiro de MSF serán los cientos de miles de pobres somalíes que no pueden pagar por atención médica privada ni medicamentos. Alrededor de tres cuartos de la población de Somalia vive en la extrema pobreza, sobreviviendo con menos de dos dólares al día.
"Mi bebé está enfermo. No sé adónde ir para recibir atención médica gratuita desde que MSF nos dejó. No tengo dinero para comprar medicamentos en las farmacias privadas o en el hospital local", dijo Asho Du'alle, madre de tres niños, quien en la desesperación está haciendo fila frente a la clínica Jaziira, pese a que sabe que MSF se retiró del país.
En el momento en que la organización de asistencia humanitaria anunció su partida, miembros del grupo Al Shabaab, vinculado a Al Qaeda, aparecieron y tomaron por la fuerza instalaciones fundadas por MSF en las regiones de Middle Jubba y Bay, saqueando los equipos médicos y suministros que quedaban allí, relataron testigos a dpa.
"La realidad es que en algunos lugares no habrá asistencia médica para las personas que viven allí", admitió Karunakara. "Simplemente debemos enfrentar ese hecho".
Para muchos somalíes, esto podría equivaler a una sentencia a muerte. Un 71% de la población ya está desnutrida, según estadísticas del Programa de Desarrollo de la ONU. La expectativa de vida es de apenas 50 años, en comparación con el promedio mundial de 70 años.
Los niños, los más vulnerables, serán los más afectados. Con 180 bebés muertos cada 1.000 nacidos vivos, Somalia registra una de las tasas de mortalidad infantil más altas del mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
El médico Ali Abdullahi Warsame, ministro de Salud del estado norteño de Puntland, calificó de "desalentador" el retiro de MSF.
El gobierno somalí pidió el jueves a MSF que revise su desición. "Afectará directamente a las vidas de miles de personas vulnerables", dijo Maryan Qasim, ministra de Desarrollo Humano y Servicios Públicos.
"Tememos que esta decisión conduzca a una crisis humanitaria catastrófica".
"¿Quién ayudará ahora a mi familia?", pregunta esta madre soltera, alzando sus manos al cielo, mientras se enfrenta a un futuro sin la asistencia de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).
Al igual que miles de otras familias somalíes, Muse y sus hijos dependían de los servicios médicos gratuitos provistos por MSF. En Somalia, un país golpeado por el conflicto armado, prácticamente no existe un sistema de salud público.
Pero el 14 de agosto, MSF anunció que se retiraba de Somalia debido a los constantes ataques a sus
trabajadores, incluyendo asesinatos y secuestros. En los 22 años que trabajó allí, 16 miembros de la organización fueron asesinados por grupos armados.
"El cierre de nuestras actividades es un resultado directo de los ataques extremistas contra nuestro personal", dijo el presidente de MSF, Unni Karunakara.
La inseguridad continúa reinando en Somalia, donde el nuevo gobierno, formado hace casi un año, ha estado intentando restablecer la paz y la estabilidad.
Un ejército mal equipado, respaldado por casi 18.000 pacificadores de la Unión Africana, ha tratado de combatir a la milicia radical islámica Al Shabaab y a los señores de la guerra rivales y recuperar el control sobre el sur del país, sin éxito tangible hasta el momento.
"Algunos (de mis colegas) fueron asesinados, heridos, hostigados o secuestrados para conseguir dinero de rescate", dijo Ahmed Sheikh Osman, un colaborador de logística de MSF que perdió esta semana su empleo, al igual que otras 1.500 personas que la organización había contratado en Somalia.
Osman y sus colegas se unirán ahora a las masas de desempleados, con escasa perspectiva de conseguir un nuevo trabajo. Más de la mitad de los adultos están desocupados en el país, que tiene unos 10 millones de habitantes, según datos de Naciones Unidas.
Pero los más afectados por el retiro de MSF serán los cientos de miles de pobres somalíes que no pueden pagar por atención médica privada ni medicamentos. Alrededor de tres cuartos de la población de Somalia vive en la extrema pobreza, sobreviviendo con menos de dos dólares al día.
"Mi bebé está enfermo. No sé adónde ir para recibir atención médica gratuita desde que MSF nos dejó. No tengo dinero para comprar medicamentos en las farmacias privadas o en el hospital local", dijo Asho Du'alle, madre de tres niños, quien en la desesperación está haciendo fila frente a la clínica Jaziira, pese a que sabe que MSF se retiró del país.
Saqueo de equipos médicos
Durante muchos años, MSF proveyó de modo gratuito consultas médicas, medicamentos, vacunas y suplementos nutricionales a la población de Somalia. Todo eso terminó.En el momento en que la organización de asistencia humanitaria anunció su partida, miembros del grupo Al Shabaab, vinculado a Al Qaeda, aparecieron y tomaron por la fuerza instalaciones fundadas por MSF en las regiones de Middle Jubba y Bay, saqueando los equipos médicos y suministros que quedaban allí, relataron testigos a dpa.
"La realidad es que en algunos lugares no habrá asistencia médica para las personas que viven allí", admitió Karunakara. "Simplemente debemos enfrentar ese hecho".
Para muchos somalíes, esto podría equivaler a una sentencia a muerte. Un 71% de la población ya está desnutrida, según estadísticas del Programa de Desarrollo de la ONU. La expectativa de vida es de apenas 50 años, en comparación con el promedio mundial de 70 años.
Los niños, los más vulnerables, serán los más afectados. Con 180 bebés muertos cada 1.000 nacidos vivos, Somalia registra una de las tasas de mortalidad infantil más altas del mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
El médico Ali Abdullahi Warsame, ministro de Salud del estado norteño de Puntland, calificó de "desalentador" el retiro de MSF.
El gobierno somalí pidió el jueves a MSF que revise su desición. "Afectará directamente a las vidas de miles de personas vulnerables", dijo Maryan Qasim, ministra de Desarrollo Humano y Servicios Públicos.
"Tememos que esta decisión conduzca a una crisis humanitaria catastrófica".
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