ANÁLISIS | Terrorismo
¿Hospitales preparados para atender un atentado terrorista?
Ofrendas depositadas en la avenida Boylston por el atentado (Boston). | J. Lane
- Un estudio analiza las claves de la atención médica tras el atentado de Boston
- El autor reclama que protocolos de actuación se incluyan en la formación
En el futuro, las facultades de medicina podrían incluir una nueva e inquietante asignatura: el tratamiento de heridas producidas en atentados terroristas. Esto es, al menos, lo que propone Ali Guermazi, profesor de Radiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y autor de un estudio recién publicado en la revista 'Arthritis Care and Research', que analiza las claves del éxito en la respuesta hospitalaria al atentado registrado el pasado 15 de abril en Boston, en el que fallecieron 3 personas y resultaron heridas 264.
Guermazi explica en la revista que las claves del éxito en la reacción médica que, a su juicio, evitó numerosas amputaciones, residen en la correcta clasificación de los heridos antes de su tratamiento, su distribución por varios hospitales (en concreto, seis) y el uso de técnicas de diagnóstico por imagen para hacer frente a lo más dañino del atentado: los trozos de metal incrustados en los cuerpos de los corredores y público por la onda expansiva.
Para este radiólogo, cualquier médico está preparado para tratar heridas producidas por una bomba, pero no así para su correcto diagnóstico y clasificación. "El punto es tener todas las heridas enumeradas y diagnosticadas antes de que los médicos puedan tratar a las víctimas", explica por correo electrónico a ELMUNDO.es.
También considera que el número de víctimas es importante y que, en el caso de los atentados de Boston, el hecho de que se distribuyeran en seis hospitales –-incluyendo el suyo- jugó a favor de un mayor éxito en la reacción de los sanitarios.
Lesiones
Según un documento editado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en EEUU (curiosamente ilustrado con una fotografía de los atentados del 11M) los supervivientes de atentados con bombas tienen la mayor incidencia de heridas en los tejidos blandos y el sistema músculo esquelético y lo más grave que les puede suceder es que requieran de la amputación de una pierna, lo que sucede en hasta el 3% de los casos.Así, los médicos que ese 15 de abril tuvieron que atender de repente a centenares de heridos tuvieron sobre todo que enfrentarse a fracturas de piernas, heridas superficiales y amputaciones. Lo que el estudio publicado en la revista especializada pretende demostrar es que ya no son solo los médicos militares los que deben aprender a identificar, clasificar y tratar este tipo de heridas. Por el contrario, es algo que todo profesional sanitario debe saber hacer.
"Los incidentes de Boston demuestran que incluso los médicos que cuidan de pacientes no militares se pueden beneficiar del conocimiento del amplio espectro de heridas relacionadas con la explosión de una bomba", escriben los autores.
Explican también que los reumatólogos juegan un papel fundamental en el tratamiento de dichas víctimas, aunque normalmente no traten a pacientes agudos. Además, añaden, las tecnologías de diagnóstico por imagen se deben liberar totalmente ante un incidente de este tipo, porque puede suponer "salvar vidas y extremidades".
El autor principal va más allá de lo que escribe en el artículo y apunta a que el tratamiento de este tipo de heridas "en esta era de terrorismo" sea parte del currículum de cualquier médico. "Desafortunadamente, no veo que el terror vaya a terminar en la actual situación política mundial, por lo que los médicos deben estar preparados", escribe a este periódico.
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