La satisfacción de los usuarios con la sanidad cae por primera vez desde 2004
Los ciudadanos son contrarios a los cambios en el copago de los medicamentos pero apoyan cada vez más la ley antitabaco
Por primera vez desde 2004, la satisfacción general de los usuarios con la sanidad pública cayó en 2012. El dato del Barómetro Sanitario que elaboran el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y el Ministerio de Sanidad rompe así una tendencia creciente. Se trata, sin embargo, de un descenso pequeño (del 6,59 al 6,57 de nota sobre 10), lo que indica que el sistema –-o la opinión de los ciudadanos-- aguanta mejor de lo que podría pensarse en época de recortes. O que, como se trata de una encuesta sobre apreciaciones, los ciudadanos ya descuentan el efecto: como esperan que les traten peor, si luego no lo hacen tan mal salen relativamente más satisfechos. Este factor, de hecho, es uno de los que siempre se usan para rebatir las conclusiones que se pueden sacar a este trabajo, que mide apreciaciones. Además, se trata de variaciones que muchas veces están dentro del error muestral del 1,1%.
Precisamente un aspecto que sí empeora por encima de ese margen es el de quienes dicen que el sistema funciona bien pero necesita mejoras. En 2010 fueron el 73,9% (su máximo); en 2011, el 73,1%. En 2012 siguió el descenso hasta el 70,6%.
Como es habitual, los aspectos de la atención en los que los ciudadanos suspenden al sistema tiene que ver con las listas de espera. En concreto, obtienen menos de un cinco dos preguntas: el tiempo que se tarda en ingresar en un hospital para una intervención no urgente, y el tiempo que tarda en recibirle un especialista desde que se pide la cita. Pero, en general, la valoración es –siempre en un orden de décimas o centésimas de punto- mejor que en 2011. Cuando se refiere a la situación general, sin embargo, hay un claro empeoramiento en la apreciación: el 30% cree que la situación de las listas de espera está peor, frente a un 18,2% que lo pensaba el año anterior.
También en las pocas preguntas que se refieren a datos concretos se observa un deterioro. Por ejemplo, han bajado dos décimas (del 35,3% al 35,1%) los que afirman que el especialista les vio en menos de un mes.
Aparte de las preguntas fijas, como es habitual, el Ministerio ha incluido otras sobre cuestiones específicas. Por ejemplo, el 75,8% no está de acuerdo en que “se aumente la cantidad que actualmente abonan los/as pacientes en las recetas”. El 54,5% está en contra de que “los/as pensionistas, a partir de un determinado nivel de renta, paguen una cantidad del precio de sus recetas”. Estas son dos de las medidas del decreto que entró en vigor hace año y medio y que cambió los sistemas de copago.
También se pregunta por la posibilidad de que "las visitas al médico/a de cabecera y a urgencias tengan algún coste económico". El 81,3% se manifiestan en contra. Son mayoría asimismo los que consideran que no hay que aumentar "los impuestos en la cantidad precisa para destinarlos a los servicios sanitarios públicos": el 67,5%.
Sobre la ley antitabaco, ahora cuestionada ante la posibilidad de que se modifique con proyectos como el de Eurovegas, los ciudadanos cada vez están más satisfechos. En 2011 le daban un 7,05 a la idea de que era “una medida acertada”. Ahora le dan el 7,62. Por el contrario, pierde apoyo la posibilidad de que se suavice para “adecuarla al beneficio de los fumadores”. Esta idea recibía un 4,76 en 2011, y en 2012 cayó al 4,21.
Precisamente un aspecto que sí empeora por encima de ese margen es el de quienes dicen que el sistema funciona bien pero necesita mejoras. En 2010 fueron el 73,9% (su máximo); en 2011, el 73,1%. En 2012 siguió el descenso hasta el 70,6%.
Como es habitual, los aspectos de la atención en los que los ciudadanos suspenden al sistema tiene que ver con las listas de espera. En concreto, obtienen menos de un cinco dos preguntas: el tiempo que se tarda en ingresar en un hospital para una intervención no urgente, y el tiempo que tarda en recibirle un especialista desde que se pide la cita. Pero, en general, la valoración es –siempre en un orden de décimas o centésimas de punto- mejor que en 2011. Cuando se refiere a la situación general, sin embargo, hay un claro empeoramiento en la apreciación: el 30% cree que la situación de las listas de espera está peor, frente a un 18,2% que lo pensaba el año anterior.
También en las pocas preguntas que se refieren a datos concretos se observa un deterioro. Por ejemplo, han bajado dos décimas (del 35,3% al 35,1%) los que afirman que el especialista les vio en menos de un mes.
Aparte de las preguntas fijas, como es habitual, el Ministerio ha incluido otras sobre cuestiones específicas. Por ejemplo, el 75,8% no está de acuerdo en que “se aumente la cantidad que actualmente abonan los/as pacientes en las recetas”. El 54,5% está en contra de que “los/as pensionistas, a partir de un determinado nivel de renta, paguen una cantidad del precio de sus recetas”. Estas son dos de las medidas del decreto que entró en vigor hace año y medio y que cambió los sistemas de copago.
También se pregunta por la posibilidad de que "las visitas al médico/a de cabecera y a urgencias tengan algún coste económico". El 81,3% se manifiestan en contra. Son mayoría asimismo los que consideran que no hay que aumentar "los impuestos en la cantidad precisa para destinarlos a los servicios sanitarios públicos": el 67,5%.
Sobre la ley antitabaco, ahora cuestionada ante la posibilidad de que se modifique con proyectos como el de Eurovegas, los ciudadanos cada vez están más satisfechos. En 2011 le daban un 7,05 a la idea de que era “una medida acertada”. Ahora le dan el 7,62. Por el contrario, pierde apoyo la posibilidad de que se suavice para “adecuarla al beneficio de los fumadores”. Esta idea recibía un 4,76 en 2011, y en 2012 cayó al 4,21.
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