GINÉS ALARCÓN | Director de la Mobile World Capital
“Los médicos recetarán fármacos y aplicaciones”
Con una dilatada trayectoria en el sector de las Tecnologías de la Comunicación, tras pasar por empresas como T-Systems o British Telecom, presidir el círculo CTecno y asesorar universidades, Ginés Alarcón (Barcelona, 1954) es el director general de la Mobile World Capital. Su reto tiene dos patas. La económica, muy vinculada al congreso que desde 2006 acoge la ciudad, y otra ciudadana, visibilizar la capitalidad. Su sede está en el 22@, en el edificio MediaTic, pero no hay ningún cartel que lo indique.
Pregunta. ¿Qué es la capitalidad mundial del móvil?
Respuesta. Una iniciativa para convertir Barcelona, Cataluña y España el lugar donde se concentre las iniciativas, la industria vinculada a las nuevas soluciones basadas en la movilidad. No es un proyecto tecnológico, es un proyecto de transformación social para lo que es una realidad en la calle. Si el congreso es el periodo del año donde se concentra en Barcelona la industria tecnológica (70.000 personas entre operadores, fabricantes de equipos y desarrolladores de soluciones), la capitalidad es hacer que eso ocurra los 365 días del año.
P. ¿Qué repercusiones tiene para la ciudad?
R. Si somos ese lugar de concentración, lo lógico es que haya empresas que decidan que sus centros de innovación en tecnologías móviles estén aquí. Habrá potencial y desarrollo para emprendedores, para los venture capital. Lo otro es lograr que nuestras empresas sean las más atrevidas en incorporar los adelantos, eso comienza a ocurrir con el turismo o el pago por móvil.
P. ¿Y hay cifras de impacto de la capitalidad?
R. Estamos realizando los primeros estudios, estamos en el biberón. Pero atraeremos empresas, generaremos actividad económica y lograremos avanzar en nuevos servicios, prestaciones, modelos de negocio. Seremos líderes a nivel internacional.
P. ¿Y cuándo veremos resultados de estas expectativas?
R. La previsión es que en 2014 tengamos más visibilidad. Ya tenemos dos compañías que se han implantado aquí motivadas por la capitalidad: la francesa NXP, que fabrica chips; y la taiwanesa Toro, de software. Además, estamos impulsando iniciativas como mSchool para llevar la tecnología móvil a la escuela.
P. ¿Cuál es el rol de la organización GSMA en la capitalidad?
R. Muy importante, es uno de los patronos de la fundación junto con el Ayuntamiento de Barcelona, La Generalitat y el Ministerio de Industria. El papel de la GSMA es fundamental porque representa a más de 800 operadores mundiales de telecos y 300 empresas tecnológicas, le da al proyecto una dimensión muy importante. Hay un equipo estable de profesionales del GSMA físicamente en nuestras oficinas.
P. ¿Cuál es su presupuesto?
R. Hay una aportación anual de las administraciones de 15 millones, comprometida hasta el 2018; y además hay aportaciones privadas que pueden llegar en forma de donaciones, somos un evento de interés público. Están funcionando, pero no es el mejor momento para conseguir dinero.
P. Telefónica es muy relevante en la capitalidad, alberga el Mobile World Centre… ¿Cómo velarán para que los nuevos proyectos no acaben todos en manos de las grandes corporaciones?
R. Hay proyectos que por su dimensión global tienen que ser desarrollados en colaboración con compañías globales. Pero esto no excluye que haya espacio para compañías pequeñas o emprendedoras, que identifican soluciones específicas o nichos clave. Es una oportunidad para todos. Estamos abiertos a que en las reuniones que mantenemos estén presentes las pequeñas empresas y las grandes están actuando de tractores de estas iniciativas.
P. Y con los problemas de cobertura que sufre la ciudad, ¿pueden hacer algo para mejorarlo?
R. Yo creo que no estamos tan mal. Es mejorable. Cuando viajo, encuentro capitales, Londres por ejemplo, que te hacen ver que esto es Hollywood. Estamos avanzando en la implantación de las redes 4G que, aunque son en frecuencias altas, no se conseguirá la penetración en edificios, pero sí en el exterior. Si por algo se debe distinguir España es por tener las infraestructuras más avanzadas, que trabajamos junto a nuestros partners: redes, pero también tecnología como los sensores de elementos de la ciudad. Dispositivos que configuran la gran revolución que es el internet de las cosas, el máquina-máquina que configura el concepto smart.
P. ¿Por qué es tan difícil entender el paradigma smart city?
R. No me preocupa tanto entender el concepto como vivirlo. Podemos explicar lo que ya es smart. Un ejemplo: que estés en una parada de autobús y puedas ver cuánto tardará el siguiente o consultarlo en una aplicación.
P. Pero necesita grandes inversiones que no entienden los ciudadanos en momento de crisis.
R. La transformación de la sociedad que generan justifica las inversiones. Una es la eficiencia y la sostenibilidad. Y la otra es la calidad de vida. Es el caso de las app [aplicaciones] de salud, es un tema incipiente y no están incorporadas al sistema de salud, pero es el futuro. Los médicos no solo recetarán medicamentos, sino también apps.
Pregunta. ¿Qué es la capitalidad mundial del móvil?
Respuesta. Una iniciativa para convertir Barcelona, Cataluña y España el lugar donde se concentre las iniciativas, la industria vinculada a las nuevas soluciones basadas en la movilidad. No es un proyecto tecnológico, es un proyecto de transformación social para lo que es una realidad en la calle. Si el congreso es el periodo del año donde se concentra en Barcelona la industria tecnológica (70.000 personas entre operadores, fabricantes de equipos y desarrolladores de soluciones), la capitalidad es hacer que eso ocurra los 365 días del año.
P. ¿Qué repercusiones tiene para la ciudad?
R. Si somos ese lugar de concentración, lo lógico es que haya empresas que decidan que sus centros de innovación en tecnologías móviles estén aquí. Habrá potencial y desarrollo para emprendedores, para los venture capital. Lo otro es lograr que nuestras empresas sean las más atrevidas en incorporar los adelantos, eso comienza a ocurrir con el turismo o el pago por móvil.
P. ¿Y hay cifras de impacto de la capitalidad?
R. Estamos realizando los primeros estudios, estamos en el biberón. Pero atraeremos empresas, generaremos actividad económica y lograremos avanzar en nuevos servicios, prestaciones, modelos de negocio. Seremos líderes a nivel internacional.
P. ¿Y cuándo veremos resultados de estas expectativas?
R. La previsión es que en 2014 tengamos más visibilidad. Ya tenemos dos compañías que se han implantado aquí motivadas por la capitalidad: la francesa NXP, que fabrica chips; y la taiwanesa Toro, de software. Además, estamos impulsando iniciativas como mSchool para llevar la tecnología móvil a la escuela.
P. ¿Cuál es el rol de la organización GSMA en la capitalidad?
R. Muy importante, es uno de los patronos de la fundación junto con el Ayuntamiento de Barcelona, La Generalitat y el Ministerio de Industria. El papel de la GSMA es fundamental porque representa a más de 800 operadores mundiales de telecos y 300 empresas tecnológicas, le da al proyecto una dimensión muy importante. Hay un equipo estable de profesionales del GSMA físicamente en nuestras oficinas.
P. ¿Cuál es su presupuesto?
R. Hay una aportación anual de las administraciones de 15 millones, comprometida hasta el 2018; y además hay aportaciones privadas que pueden llegar en forma de donaciones, somos un evento de interés público. Están funcionando, pero no es el mejor momento para conseguir dinero.
P. Telefónica es muy relevante en la capitalidad, alberga el Mobile World Centre… ¿Cómo velarán para que los nuevos proyectos no acaben todos en manos de las grandes corporaciones?
R. Hay proyectos que por su dimensión global tienen que ser desarrollados en colaboración con compañías globales. Pero esto no excluye que haya espacio para compañías pequeñas o emprendedoras, que identifican soluciones específicas o nichos clave. Es una oportunidad para todos. Estamos abiertos a que en las reuniones que mantenemos estén presentes las pequeñas empresas y las grandes están actuando de tractores de estas iniciativas.
P. Y con los problemas de cobertura que sufre la ciudad, ¿pueden hacer algo para mejorarlo?
R. Yo creo que no estamos tan mal. Es mejorable. Cuando viajo, encuentro capitales, Londres por ejemplo, que te hacen ver que esto es Hollywood. Estamos avanzando en la implantación de las redes 4G que, aunque son en frecuencias altas, no se conseguirá la penetración en edificios, pero sí en el exterior. Si por algo se debe distinguir España es por tener las infraestructuras más avanzadas, que trabajamos junto a nuestros partners: redes, pero también tecnología como los sensores de elementos de la ciudad. Dispositivos que configuran la gran revolución que es el internet de las cosas, el máquina-máquina que configura el concepto smart.
P. ¿Por qué es tan difícil entender el paradigma smart city?
R. No me preocupa tanto entender el concepto como vivirlo. Podemos explicar lo que ya es smart. Un ejemplo: que estés en una parada de autobús y puedas ver cuánto tardará el siguiente o consultarlo en una aplicación.
P. Pero necesita grandes inversiones que no entienden los ciudadanos en momento de crisis.
R. La transformación de la sociedad que generan justifica las inversiones. Una es la eficiencia y la sostenibilidad. Y la otra es la calidad de vida. Es el caso de las app [aplicaciones] de salud, es un tema incipiente y no están incorporadas al sistema de salud, pero es el futuro. Los médicos no solo recetarán medicamentos, sino también apps.
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