'Medicina Gráfica', una vía educativa e informativa

Un proyecto 'on-line', liderado por Mónica Lalanda, divulga el uso del cómic, la viñeta y la infografía en Medicina, tanto para acompañar al paciente en la enfermedad como para ayudar a formar al facultativo.

Isabel Gallardo Ponce. Madrid |igallardo@diariomedico.com | 08/05/2017 00:00

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Mónica Lalanda ilustra en un cómic qué es el proyecto 'Medicina Gráfica'. (Medicina Gráfica)

El uso de cómics, novelas gráficas y dibujos en la sanidad y la salud no es un concepto nuevo para los anglosajones. Lo que ellos dieron en llamar Graphic Medicine ya tiene su reflejo en español con el movimiento Medicina Gráfica, liderado por Mónica Lalanda, médico de urgencias e ilustradora gráfica.

En el proyecto participa un equipo multidisciplinar de profesionales vinculados al ámbito sanitario, como Mónica López, licenciada en Psicología y dedicada a la gestión en Osakidetza; Tolo Villalonga, enfermero de Atención Primaria en Mallorca; José Luis de la Fuente, médico malagueño; Juan Carlos Claro, académico e internista español pero afincado en Chile; Augusto Saldaña, residente de Medicina de Familia; Rafa Marrón, urgenciólogo; Alejandro Martínez, médico de familia en Ciudad Real; Gaspar Naranjo, farmacéutico, y Daniel Sender, residente de Medicina de Familia. Todos tienen en común la creencia en la fuerza del dibujo como una herramienta para mejorar la comunicación en Medicina y la utilidad de la Medicina Gráfica en salud y en sanidad.

“El desarrollo de la Medicina Gráfica está siendo exponencial y la versatilidad de sus posibles usos, fantástica. Nuestra misión será reunir contenidos útiles y ponerlos a disposición de profesionales y pacientes, facilitando y animando a su uso”, explica Lalanda sobre el proyecto.

Lalanda dedicó en 2014 su trabajo fin de Master en Bioética a estudiar el cómic como posible herramienta educativa para estudiantes de Medicina. Así, para dilucidar si España era terreno para aplicar el dibujo con contenido médico, ético o educativo, o si por el contrario se podía pensar que era un género poco serio o sólo circunscrito a los superhéroes, Lalanda realizó varias encuestas y pequeños estudios entre profesionales. “La Facultad de Medicina de Zaragoza y en particular Rogelio Altisent, director de la Cátedra de Profesionalismo Médico, me abrió sus puertas a investigar el uso del cómic y los resultados fueron contundentes. Los cómics que diseñé y dibujé para los estudiantes demostraron que funcionan maravillosamente como herramienta docente en temas de comunicación y ética. A partir de ahí nació mi libro de cómics Con-Ciencia Médica, un manual divertido del buen quehacer médico basado en el Código Deontológico”.

El uso de cómics, novelas gráficas y dibujos en la sanidad y la salud ya tiene su reflejo en español con el movimiento Medicina Gráfica

Utilidad en medicina

El potencial educativo y formativo de la imagen es enorme, no sólo por su lenguaje cercano, sino también por su naturaleza visual. Según Lalanda, el cómic facilita el tratamiento de cualquier tema, incluso de los más sensibles, y permite llegar a las personas sin importar su nivel cultural o capacidad lectora. “Es muy llamativo cómo durante la epidemia de Ébola algunos países africanos utilizaron el formato cómic en paredes de adobe para comunicar información sanitaria vital. En el mundo anglosajón ya se trabaja desde las instituciones para producir material útil para crónicos”.

La autoría de la medicina gráfica no depende sólo del médico, sino que el paciente se convierte en emisor de su experiencia y los lectores pueden comprender en lenguaje sencillo aspectos de una patología o de un proceso. “La enfermedad no es igual para todo el mundo, pero sería fantástico si los sanitarios pudiéramos aconsejar a los pacientes determinadas novelas gráficas. ¡Recetar literatura es algo que ojalá veamos en el futuro!“.

Además, las ilustraciones permiten acompañar en el proceso de enfermar y la redacción de las novelas gráficas supone un efecto terapéutico en sus autores. “Es muy posible que una paciente con cáncer de mama se sienta reflejada leyendo Cancervixen, Que no, que no me muero, o que los padres de niños con parálisis cerebral se impregnen de optimismo leyendo Una posibilidad entre mil”.

Según Lalanda, son los sanitarios los que obtienen mayores beneficios de la medicina gráfica. “Hay estudios que confirman que la lectura que conlleva el cómic es más reflexiva, que adapta la experiencia del lector al contenido” y permite empatizar con los personajes humanizando la enfermedad. “Un estudiante puede aprender de epilepsia en los libros pero apreciará mejor la vivencia desde la perspectiva del paciente leyendo Epiléptico o Ausencias. Lo mismo pasa con médicos hechos y derechos: las novelas gráficas pueden acercarnos a la parte emocional de la patología”.

Recursos profesionales

Medicina Gráfica recoge también recursos específicos para profesionales basados en cómics, ilustraciones y viñetas, que parten de iniciativas personales. También recopila, aunque sin reseñar, otras muestras variadas de cómics on-line producidas por empresas privadas.

El equipo de Medicina Gráfica también se dedica a buscar y recopilar la existencia de novelas gráficas con contenido útil en el mundo sanitario y a las que califican de Patografías Gráficas. “De momento hemos localizado 52 cómics y novelas gráficas que cumplirían las condiciones que buscamos. Hay muchas traducidas pero también escritas en castellano. Las leemos con ojo de sanitario y las reseñamos en nuestra página. Además, vamos creando unas fichas sobre los temas y áreas que tocan para facilitar su uso”.