EEUU | Por cinco votos a cuatro de los jueces, gracias al apoyo del presidente del tribunal
El Supremo declara constitucional obligar a contratar un seguro privado
Barack Obama, ayer, junto a su mujer en la Casa Blanca. | Afp
El Tribunal Supremo de EEUU ha tomado ya una decisión sobre la polémica Ley de Sanidad de Barack Obama: el mandato individual que obligaba a los estadounidenses con determinados recursos a contratar un seguro médico es constitucional.
El presidente de EEUU, Barack Obama, se jugaba en esta decisión parte de su reelección. Los 69 millones de votos que logró en 2008 no significan nada para las nueve personas, —tres mujeres y seis hombres; tres judíos y seis católicos; cuatro demócratas y cinco republicanos—, que han emitido su dictamen, tras una breve reunión de alrededor de 45 minutos, sobre la constitucionalidad de la reforma sanitaria de EEUU, pero finalmente le han valido para que Obama salga triunfador.
En juego no estaba sólo la Presidencia de Barack Obama. También, el futuro económico de EEUU. Este país se gasta en Sanidad aproximadamente el equivalente al 19% del PIB. Eso supone tanto en relación a la economía como lo era en España el sector inmobiliario en 2007.
Los gastos sanitarios crecen el doble que el PIB, y amenazan con sepultar a la economía estadounidense.
La clave de la decisión de los jueces ha sido el 'mandato universal', que obliga a los estadounidenses a contratar un seguro médico privado a partir de un cierto nivel de ingresos, y que también fuerza a las empresas a contribuir a ese seguro de sus empleados en determinados casos.
Al final, triunfo mayúsculo del presidente. Además, se incluyen otras cuestiones, de menos trascendencia política, pero también en juego. Entre ellas, la expansión del sistema de Sanidad público-privado para la tercera edad conocido como Medicare.
La obligación a las aseguradoras a proveer asistencia médica a los menores de 26 años que vivan con sus padres, lo que significa que, en la práctica, los seguros de los progenitores cubren a los jóvenes.
Y la limitación de las "enfermedades preexistentes", un verdadero cajón de sastre en el que las empresas de hospitales y de seguros se escudan para eludir prestar tratamiento médico.
Por ahora, lo que estaba claro es que tres jueces, —Alito, Sacalia y Thomas—, iban a votar en contra. Cuatro, —Kagan, Sotomayor, Gingsburg y Breyer—, a favor. Quedaba el presidente, John Roberts, un republicano que tiene un enfrentamiento ideológico y personal con Obama, como un posible voto dudoso, y que finalmente se ha decidido a votar a favor de la Ley.
Aunque la principal incógnita era Anthony Kennedy, un conservador que a veces vota con los demócratas. En las audiencias del caso, Kennedy hizo preguntas más agresivas de lo normal al defensor de la reforma, pero eso no implica necesariamente que vaya a votar en contra.
El presidente de EEUU, Barack Obama, se jugaba en esta decisión parte de su reelección. Los 69 millones de votos que logró en 2008 no significan nada para las nueve personas, —tres mujeres y seis hombres; tres judíos y seis católicos; cuatro demócratas y cinco republicanos—, que han emitido su dictamen, tras una breve reunión de alrededor de 45 minutos, sobre la constitucionalidad de la reforma sanitaria de EEUU, pero finalmente le han valido para que Obama salga triunfador.
En juego no estaba sólo la Presidencia de Barack Obama. También, el futuro económico de EEUU. Este país se gasta en Sanidad aproximadamente el equivalente al 19% del PIB. Eso supone tanto en relación a la economía como lo era en España el sector inmobiliario en 2007.
Los gastos sanitarios crecen el doble que el PIB, y amenazan con sepultar a la economía estadounidense.
La clave de la decisión de los jueces ha sido el 'mandato universal', que obliga a los estadounidenses a contratar un seguro médico privado a partir de un cierto nivel de ingresos, y que también fuerza a las empresas a contribuir a ese seguro de sus empleados en determinados casos.
Al final, triunfo mayúsculo del presidente. Además, se incluyen otras cuestiones, de menos trascendencia política, pero también en juego. Entre ellas, la expansión del sistema de Sanidad público-privado para la tercera edad conocido como Medicare.
La obligación a las aseguradoras a proveer asistencia médica a los menores de 26 años que vivan con sus padres, lo que significa que, en la práctica, los seguros de los progenitores cubren a los jóvenes.
Y la limitación de las "enfermedades preexistentes", un verdadero cajón de sastre en el que las empresas de hospitales y de seguros se escudan para eludir prestar tratamiento médico.
Por ahora, lo que estaba claro es que tres jueces, —Alito, Sacalia y Thomas—, iban a votar en contra. Cuatro, —Kagan, Sotomayor, Gingsburg y Breyer—, a favor. Quedaba el presidente, John Roberts, un republicano que tiene un enfrentamiento ideológico y personal con Obama, como un posible voto dudoso, y que finalmente se ha decidido a votar a favor de la Ley.
Aunque la principal incógnita era Anthony Kennedy, un conservador que a veces vota con los demócratas. En las audiencias del caso, Kennedy hizo preguntas más agresivas de lo normal al defensor de la reforma, pero eso no implica necesariamente que vaya a votar en contra.
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