NICE, una vía a la excelencia de difícil aplicación en España

Evaluar la eficiencia y el coste-efectividad de las tecnologías sanitarias, tanto las que ya se usan como las que se aprueban, debería ser un requisito imprescindible, como sucede en Inglaterra gracias al NICE. Sin embargo, España aún tiene mucho camino que recorrer.

Iñaki Revuelta. Bilbao | 28/06/2012 00:00

El Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (NICE, por sus siglas en inglés) se creó hace más de una década en Inglaterra y Gales y hoy es un referente mundial en la orientación y prevención de la buena salud y el tratamiento de las enfermedades. ¿Sería aplicable algo similar en nuestro Sistema Nacional de Salud?
Esta respuesta ha sido tratada en la mesa redonda ¿Necesita España un NICE?, en el mayor congreso sobre evaluación de tecnologías sanitarias: el HTAi, que este año se celebra en la capital vizcaína.

En la discusión han participado la viceconsejera de Calidad, Investigación e Innovación Sanitaria del Gobierno vasco, Olga Rivera, y el presidente de la Fundación Gaspar Casal, Juan del Llano. En declaraciones a Diario Médico ambos han subrayado que "estas agencias nos pueden dar las tecnologías que ayuden a los sistemas sanitarios a ser más eficientes y a saber en qué contexto va a funcionar bien una determinada estrategia".

"Cualquier agente político estaría de acuerdo en que se pusiera en marcha un NICE en España, pero discreparíamos, seguro, en cómo lo hacemos. Habría que ver a qué se le da más peso, y dónde ponemos la prioridad inicial", ha dicho Del Llano.

Rivera, por su parte, ha trasladado la experiencia positiva del Departamento vasco de Sanidad en la puesta en marcha de políticas de calidad, seguridad del paciente, excelencia clínica y evaluación de tecnologías sanitarias. Así, ha explicado el recorrido de la Unidad de Efectividad Comparada que "permite evaluar la forma en que prestamos los servicios sanitarios y tecnologías que se pueden utilizar en el sistema, y comprobar si realmente mejoran o si lo hace a un coste razonable".

Escuchar a las agencias
Por ello, ha considerado el NICE como "un camino de transparencia y mayor profesionalización de la política donde se escuche a las agencias de evaluación", pero ve complicada su aplicación porque "si ya es difícil ponerlo en marcha con un gobierno centralizado, más aún en uno autonómico".

Del Llano ha alabado "la transparencia" que el NICE da a las compañías, a las asociaciones de pacientes y a las partes participantes en la elaboración de las tecnologías. Sin embargo, ha afirmado que habría que "tomarse en serio estas agencias, difícil en un país como el nuestro en el que nos falta cultura democrática". La viceconsejera ha ido más allá y ha evidenciado que "una agencia de evaluación obliga a tener que explicar por qué se ha tomado una decisión".