PP y CiU rechazan tramitar en el Congreso una Ley de Muerte Digna porque “ya existe legislación en la materia”
Madrid (28/06/2012) - E.P.
Se han mostrado favorables el PSOE, de quien partía la iniciativa, la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), UPyD, ERC y el BNG, mientras que el PNV se abstiene
PP y CiU han manifestado su rechazo en el Congreso a tomar en consideración una proposición de ley del PSOE para regular los derechos de la persona ante el proceso final de su vida, es decir, a la elaboración de una ley estatal de Muerte Digna, a la vez que se han mostrado favorables a la misma la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), UPyD, ERC y el BNG, mientras que va a abstenerse el PNV.
Desde el PP han rechazado la iniciativa al considerar que ya existe normativa en España sobre la materia y la propuesta socialista no aporta ninguna novedad que merezca ser incorporada a título de ley. Su portavoz en la materia, Santiago Cervera, ha recordado además en su intervención que fue con un Gobierno socialista cuando se elaboró la Estrategia Nacional de Cuidados Paliativos, y en 2002 se legisló y reconoció el principio de autonomía del paciente, que tiene derecho a recibir información. No obstante, ha coincidido en su intervención con el PSOE en que en la actualidad ya hay nuevas disyuntivas bioéticas y un entorno en el que se cronifican las enfermedades y la población envejece más tarde.
Al mismo tiempo, a juicio de Conxita Tarruella, de CiU, que también anunció su voto en contra de esta iniciativa, este derecho ya está garantizado, existe legislación suficiente en el tema, además de que la propuesta socialista invade competencias en la materia.
Por su parte, el portavoz del PSOE en materia sanitaria, José Martínez Olmos, ha sido el responsable de defender dicha iniciativa de la que ha dicho que plantea nuevos derechos y "no nuevos impactos económicos". "Planteamos asegurar garantías en esta fase final de la vida, teniendo en cuenta los planteamientos deontológicos de las organizaciones profesionales. Darían satisfacción a necesidades de las personas que se encuentran en esta situación".
En este sentido, considera que se debe asegurar el apoyo emocional a los familiares en el último tramo de la vida de un ser querido, así como garantizar la voluntad del paciente, la dignidad del mismo y la seguridad jurídica del médico en estos procesos.
Se trata de uno de los objetivos que tenía marcados el PSOE en la anterior legislatura y que, por el adelanto de las elecciones, no le dio tiempo a presentar, junto a otras proposiciones de ley como la de la Igualdad de Trato, que también se quedó en el 'tintero'.
En cuanto al objeto de la ley, el socialista ha detallado también que esta iniciativa pretendía garantizar una serie de derechos, como el derecho a la información asistencial o a la toma de decisiones, el derecho al tratamiento del dolor, al acompañamiento y a la intimidad, además de establecer que toda persona mayor de edad y con plena capacidad, pudiera manifestar anticipadamente su voluntad sobre los cuidados y el tratamiento asistencial que desea recibir en el proceso final de su vida, mediante un 'Documento de Instrucciones Previas'.
Igualmente, ha insistido en su argumentación en que esta normativa nada tenía que ver con la eutanasia y representaba una actuación "completamente ajena a dicha práctica".
Desde el BNG, Olaia Fernández Davila ha señalado que la iniciativa es "insuficiente" porque no considera la despenalización de la eutanasia, mientras que, Joan Tardà, de ERC, comparte también que hay que ir más allá en la materia, porque "la vida es un derecho y no una obligación".
UPyD apoyará igualmente la toma en consideración porque su portavoz en la materia, Irene Lozano, cree conveniente regular y dar seguridad jurídica a los enfermos y profesionales en los momentos cercanos a la muerte, si bien no comparte el nombre de la ley, ni tampoco la forma en la que el PSOE la ha planteado porque, aunque hay consenso social, dice que no lo hay político.
Por su parte, Gaspar Llamazares, de la Izquierda Plural, ha iniciado su intervención con una cita para criticar que en la actualidad la muerte es un tema tabú y que se trata con eufemismos. Así, defiende que la técnica ha transformado la muerte en tecnológica, el ritual en un tabú, y el proceso de morir en algo más que privado y donde intervienen varios sujetos, como el moribundo, los sanitarios y la administración. En este sentido, ha señalado que "no es vengativo" porque en marzo el PP y el PSOE rechazaron una iniciativa sobre esta temática en el Congreso que partía de su grupo parlamentario.
Según cree, es "bueno" añadir a la legislación algunas medidas como la sedación terminal, por ejemplo. De hecho ha puesto de manifiesto casos como el de Ramón Sampedro o el de Leganés. Igualmente, ha destacado que la Iglesia Católica apoya la eutanasia pasiva.
Por parte del PNV, Emilio Olabarria, ha valorado el esfuerzo del PSOE por presentar la iniciativa, aunque va a abstenerse al considerar que la proposición no respeta las competencias autonómicas.
Desde el PP han rechazado la iniciativa al considerar que ya existe normativa en España sobre la materia y la propuesta socialista no aporta ninguna novedad que merezca ser incorporada a título de ley. Su portavoz en la materia, Santiago Cervera, ha recordado además en su intervención que fue con un Gobierno socialista cuando se elaboró la Estrategia Nacional de Cuidados Paliativos, y en 2002 se legisló y reconoció el principio de autonomía del paciente, que tiene derecho a recibir información. No obstante, ha coincidido en su intervención con el PSOE en que en la actualidad ya hay nuevas disyuntivas bioéticas y un entorno en el que se cronifican las enfermedades y la población envejece más tarde.
Al mismo tiempo, a juicio de Conxita Tarruella, de CiU, que también anunció su voto en contra de esta iniciativa, este derecho ya está garantizado, existe legislación suficiente en el tema, además de que la propuesta socialista invade competencias en la materia.
Por su parte, el portavoz del PSOE en materia sanitaria, José Martínez Olmos, ha sido el responsable de defender dicha iniciativa de la que ha dicho que plantea nuevos derechos y "no nuevos impactos económicos". "Planteamos asegurar garantías en esta fase final de la vida, teniendo en cuenta los planteamientos deontológicos de las organizaciones profesionales. Darían satisfacción a necesidades de las personas que se encuentran en esta situación".
En este sentido, considera que se debe asegurar el apoyo emocional a los familiares en el último tramo de la vida de un ser querido, así como garantizar la voluntad del paciente, la dignidad del mismo y la seguridad jurídica del médico en estos procesos.
Se trata de uno de los objetivos que tenía marcados el PSOE en la anterior legislatura y que, por el adelanto de las elecciones, no le dio tiempo a presentar, junto a otras proposiciones de ley como la de la Igualdad de Trato, que también se quedó en el 'tintero'.
En cuanto al objeto de la ley, el socialista ha detallado también que esta iniciativa pretendía garantizar una serie de derechos, como el derecho a la información asistencial o a la toma de decisiones, el derecho al tratamiento del dolor, al acompañamiento y a la intimidad, además de establecer que toda persona mayor de edad y con plena capacidad, pudiera manifestar anticipadamente su voluntad sobre los cuidados y el tratamiento asistencial que desea recibir en el proceso final de su vida, mediante un 'Documento de Instrucciones Previas'.
Igualmente, ha insistido en su argumentación en que esta normativa nada tenía que ver con la eutanasia y representaba una actuación "completamente ajena a dicha práctica".
Desde el BNG, Olaia Fernández Davila ha señalado que la iniciativa es "insuficiente" porque no considera la despenalización de la eutanasia, mientras que, Joan Tardà, de ERC, comparte también que hay que ir más allá en la materia, porque "la vida es un derecho y no una obligación".
UPyD apoyará igualmente la toma en consideración porque su portavoz en la materia, Irene Lozano, cree conveniente regular y dar seguridad jurídica a los enfermos y profesionales en los momentos cercanos a la muerte, si bien no comparte el nombre de la ley, ni tampoco la forma en la que el PSOE la ha planteado porque, aunque hay consenso social, dice que no lo hay político.
Por su parte, Gaspar Llamazares, de la Izquierda Plural, ha iniciado su intervención con una cita para criticar que en la actualidad la muerte es un tema tabú y que se trata con eufemismos. Así, defiende que la técnica ha transformado la muerte en tecnológica, el ritual en un tabú, y el proceso de morir en algo más que privado y donde intervienen varios sujetos, como el moribundo, los sanitarios y la administración. En este sentido, ha señalado que "no es vengativo" porque en marzo el PP y el PSOE rechazaron una iniciativa sobre esta temática en el Congreso que partía de su grupo parlamentario.
Según cree, es "bueno" añadir a la legislación algunas medidas como la sedación terminal, por ejemplo. De hecho ha puesto de manifiesto casos como el de Ramón Sampedro o el de Leganés. Igualmente, ha destacado que la Iglesia Católica apoya la eutanasia pasiva.
Por parte del PNV, Emilio Olabarria, ha valorado el esfuerzo del PSOE por presentar la iniciativa, aunque va a abstenerse al considerar que la proposición no respeta las competencias autonómicas.
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