Imputado un vigués por falsificar más de 200 recetas médicas para lograr drogas
Se surtía de psicotrópicos en farmacias utilizando el sello de un supuesto facultativo
Elisa Lois Pontevedra 14 AGO 2013 - 14:22 CET
La Guardia Civil imputa a un vecino de Vigo como presunto autor de sendos delitos de estafa y falsedad de recetas médicas con las que se surtía de medicamentos psicotrópicos en distintas farmacias de Vigo. Las investigaciones llevadas a cabo por efectivos de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra se iniciaron a raíz de la denuncia formulada el pasado mes de julio por la Inspección Provincial de Servicios Sanitarios de Pontevedra en la que se informaba de la existencia de más de un centenar de recetas oficiales, supuestamente falsificadas, prescribiendo medicamentos psicotrópicos a nombre de personas que habían fallecido.
En total, se pudieron detectar 224 recetas, supuestamente falsificadas, que fueron facturadas por 46 oficinas de farmacia de la ciudad de Vigo, entre los meses de junio y noviembre de 2012. Las recetas figuraban a nombre de tres personas que habían fallecido y pertenecían a cuatro talonarios distintos, todas ellas con el sello y firma del mismo facultativo, observándose que no había una relación lógica entre el número de la receta y la fecha de dispensación.
También se pudo comprobar que existía una denuncia formulada por la sustracción de la estampilla con los datos de identificación del facultativo que supuestamente formulaba la prescripción que, evidentemente, no reconoció como suya ni la firma ni la caligrafía con la que fueron extendidas.
La investigación concluyó con la localización de la persona que pudo ser identificada a través del DNI que tenía que facilitar cuando recogía los medicamentos, imputándosele la presunta comisión de sendos delitos de falsificación de documentos y estafa al Sergas.
En total, se pudieron detectar 224 recetas, supuestamente falsificadas, que fueron facturadas por 46 oficinas de farmacia de la ciudad de Vigo, entre los meses de junio y noviembre de 2012. Las recetas figuraban a nombre de tres personas que habían fallecido y pertenecían a cuatro talonarios distintos, todas ellas con el sello y firma del mismo facultativo, observándose que no había una relación lógica entre el número de la receta y la fecha de dispensación.
También se pudo comprobar que existía una denuncia formulada por la sustracción de la estampilla con los datos de identificación del facultativo que supuestamente formulaba la prescripción que, evidentemente, no reconoció como suya ni la firma ni la caligrafía con la que fueron extendidas.
La investigación concluyó con la localización de la persona que pudo ser identificada a través del DNI que tenía que facilitar cuando recogía los medicamentos, imputándosele la presunta comisión de sendos delitos de falsificación de documentos y estafa al Sergas.
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