Cambios en la práctica clínica y retos organizativos, el legado de ESMO 2014

Madrid (01/10/2014) - Redacción

• El Congreso de la Sociedad Europea de Oncología celebrado en Madrid deja tres grandes mensajes: la inmunoterapia como terapia emergente con gran potencial; las terapias dirigidas como tratamiento consolidado; y los avances en el conocimiento molecular de los tumores como investigación básica necesaria para seguir mejorando la Medicina de precisión

• En ESMO 2014 han participado 19.859 profesionales del mundo de la Oncología, de los cuales 1.585 eran españoles

Los avances presentados en ESMO 2014, que ha finalizado en Madrid, van a influir en el tratamiento de los pacientes españoles con cáncer, pero también requerirán de algunas reformas organizativas para asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario. El Congreso de la Sociedad Europea de Oncología (ESMO) ha reunido a lo largo de cinco días en Madrid a 19.859 profesionales del mundo de la Oncología de 131 países de todo el mundo. La cifra bate el récord de asistentes del último congreso ESMO 2012 en Viena, superándolo en un 23 por ciento. España ha sido el segundo país en número de participantes -por detrás de Estados Unidos- con 1.585 profesionales registrados.

En estos cinco días, los oncólogos y otros profesionales relacionados con el mundo del cáncer han podido acudir a 176 sesiones en las que se han presentado 850 trabajos que podrían cambiar la práctica clínica de esta enfermedad. En total 265 horas de charlas y conferencias en el programa más amplio hasta la fecha ofrecido en un congreso de la Sociedad Europea de Oncología. Más de 400 periodistas de todo el mundo se han acreditado para cubrir este encuentro.

Desde el punto de vista científico, el doctor Andrés Cervantes, miembro del comité ejecutivo de ESMO y presidente del comité científico del próximo congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica, ESMO 2016, que se celebrará en Copenhague (Dinamarca), considera que este congreso nos deja tres grandes mensajes: la inmunoterapia como terapia emergente con gran potencial; las terapias dirigidas como tratamiento consolidado; y los avances en el conocimiento molecular de los tumores como investigación básica necesaria para seguir mejorando la Medicina de precisión.

"ESMO 2014 nos deja claro que la inmunoterapia tiene un papel en el tratamiento del cáncer, pero todavía requiere más estudios, aleatorizados, para ponerla en contexto con el tratamiento actual. Necesitamos estudios que refinen su papel en la práctica clínica y definan en qué momento se tiene que dar y si sola, asociada a la quimioterapia o a terapias dirigidas, o de forma secuencial con estos otros tipos de tratamiento", ha explicado el doctor Cervantes.

En cuanto a las terapias dirigidas, en ESMO 2014 se han presentado grandes estudios aleatorizados que consolidan el papel de estos tratamientos. "Estos sí que entran en un papel en la rutina clínica diaria", apunta el doctor Cervantes. Pero para mejorar su uso y eficacia, lo que queda por hacer es "la definición de subgrupos de pacientes con mutaciones o anomalías específicas que puedan beneficiarse de algunos de estos tratamientos".

Cambios organizativos

La definición del papel de la Medicina de precisión en la práctica clínica implicará también cambios organizativos. En este sentido, el doctor Josep Maria Borràs, presidente del comité científico de Salud Pública de ESMO 2014, ha explicado cuál sería el entorno propicio para poner en práctica Medicina personalizada: "Un escenario con unidades multidisciplinares especializadas por cada localización tumoral e incluyendo patólogos, radiólogos junto a los oncólogos médicos, radioterapeutas y cirujanos. Inevitablemente, puede requerir un cierto grado de centralización del conocimiento clínico y de biología molecular en centros de referencia para ser efectivo y con un coste aceptable para el sistema sanitario", ha señalado.

Si miramos fuera de nuestras fronteras, el doctor Borràs considera que hay varias lecciones que podemos aplicarnos, como la evaluación periódica e independiente de los resultados clínicos y con base poblacional; la financiación específica para nuevos proyectos como el cribado de cáncer colorrectal o los centros de referencia para tumores raros; la evaluación de nuevos fármacos según su grado de innovación terapéutica y su coste-efectividad; y la ordenación de la atención oncológica según complejidad.