VIDEOBLOG | Formación
Las otras ciencias básicas para la Medicina
Para ser un buen médico no basta con saber mucha medicina y haber acumulado experiencia en centros de excelencia. Para ser un buen médico no basta, además, con ser capaz de relacionarse bien con los pacientes, se deben tener conocimientos relacionados con las ciencias sociales y del comportamiento.
Tanto es así que en EEUU se ha decidido que en el examen que deben realizar todos los alumnos que aspiran a estudiar Medicina –amén de en él demostrar su nivel en física, biologia y razonamiento verbal- hay que acreditar estar al tanto de los fundamentos sociológicos, psicológicos y del comportamiento de los seres humanos.
La razón al exigir esta prueba radica en el convencimiento de que las relaciones personales, la cultura, la situación social y familiar, la economía y la educación de los pacientes influye en su salud o en su enfermedad tanto o más que la biología o la genética. De hecho, durante los últimos años se han publicado multitud de estudios que dejan claro la trascendencia de las intervenciones cognitivas y conductuales en el manejo de las enfermedades crónicas.
Hasta hace poco tiempo se decía que los buenos médicos, además de científicos debían ser humanistas. Los expertos reconocen que son condicionamientos necesarios en un profesional pero que ahora hay que añadir algo más: tener una sólida base en ciencias sociales y del comportamiento.
Porque son disciplinas científicas también, que han emergido con datos contrastables en contraposición a la subjetividad de algunos de los primitivos filósofos. Si ser buen médico fue siempre tarea complicada, en los tiempos que corren se está complicando un poco más. Al desafío que imponen los progresos científicos y técnicos, se añade la necesidad de modular también la complejidad de la psicosociología y la economía. Sin embargo, estas nuevas tareas tienen un sentido común incontestable. Y los médicos tendrán que lidiar con ellas para estar a la altura de una profesión que fue, es y será apasionante siempre.
Tanto es así que en EEUU se ha decidido que en el examen que deben realizar todos los alumnos que aspiran a estudiar Medicina –amén de en él demostrar su nivel en física, biologia y razonamiento verbal- hay que acreditar estar al tanto de los fundamentos sociológicos, psicológicos y del comportamiento de los seres humanos.
La razón al exigir esta prueba radica en el convencimiento de que las relaciones personales, la cultura, la situación social y familiar, la economía y la educación de los pacientes influye en su salud o en su enfermedad tanto o más que la biología o la genética. De hecho, durante los últimos años se han publicado multitud de estudios que dejan claro la trascendencia de las intervenciones cognitivas y conductuales en el manejo de las enfermedades crónicas.
Hasta hace poco tiempo se decía que los buenos médicos, además de científicos debían ser humanistas. Los expertos reconocen que son condicionamientos necesarios en un profesional pero que ahora hay que añadir algo más: tener una sólida base en ciencias sociales y del comportamiento.
Porque son disciplinas científicas también, que han emergido con datos contrastables en contraposición a la subjetividad de algunos de los primitivos filósofos. Si ser buen médico fue siempre tarea complicada, en los tiempos que corren se está complicando un poco más. Al desafío que imponen los progresos científicos y técnicos, se añade la necesidad de modular también la complejidad de la psicosociología y la economía. Sin embargo, estas nuevas tareas tienen un sentido común incontestable. Y los médicos tendrán que lidiar con ellas para estar a la altura de una profesión que fue, es y será apasionante siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario