Los médicos catalanes alertan que la reorganización del ICS permitirá eludir los mecanismos de control del gasto público

Barcelona (21-23/04/2012) - Nerea Garay

La fragmentación, que se hará de forma progresiva, concluirá en 2017 y permitirá a los centros tener plena autonomía de gestión

La reorganización del Instituto Catalán de Salud (ICS), la mayor empresa pública de Cataluña, en una matriz con unas 22 empresas filiales al final de un proceso que culminará en 2017, está ya en marcha. De hecho están ya constituidas dos filiales. Una, en el hospital Arnau de Vilanova (Lleida) y otra que agrupa a los 26 equipos de Atención Primaria de Girona. Son las dos primeras empresas que se desgajarán del ICS a lo largo de este año. Ambas contarán con un presupuesto que supone aproximadamente el 8 por ciento de los recursos del ICS.

"La reorganización que se está llevando a cabo en el Instituto Catalán de Salud (ICS) se inició en la anterior legislatura. De alguna manera lo que se hace ahora es una continuación de lo proyectado por la consejera Marina Gelli. El nuevo modelo conlleva una fragmentación del sistema sanitario", explica a EL MÉDICO INTERACTIVO Francesc Duch, vicepresidente del Sindicato Médico.

Los facultativos sospechan que la división del ICS en diferentes empresas filiales, con autonomía de gestión y personalidad jurídica propia, servirá para eludir los mecanismos de control del gasto público, dado que los centros desagregados tendrán menos obligaciones de rendir cuentas a los órganos administrativos.

Pese a la escasa información que ha facilitado el ICS a los sindicatos sobre este proceso de fragmentación, los médicos catalanes temen que el sistema de salud público pierda transparencia en la gestión económica y cohesión asistencial a favor de los intereses locales de cada territorio. "Se corre el riesgo de que se convierta en un reino de Taifas. Ya hemos visto experiencias muy negativas en este ámbito. Cada uno se ocupa de su cajón, pero nadie de todo el mueble", añade Francesc Duch.

La central médica también se muestra preocupada por las condiciones laborales que tendrán los facultativos de las nuevas entidades filiales, ya que previsiblemente los nuevos contratos no tendrán que adaptarse a las convocatorias de plazas estatutarias que hasta ahora realizaba el ICS a escala general, sino que serán laborales y, por lo tanto, se consolidarán plantillas mucho más inestables y precarias.

Siete entidades filiales hospitalarias y 15 de AP

En febrero, el Consejo de Administración dio luz verde al proceso de fragmentación –o de reformulación tal como lo llaman los responsables del proyecto– para que la empresa pública de servicios sanitarios más grande de Cataluña se transforme en una organización formada por siete entidades filiales hospitalarias y aproximadamente 15 de Atención Primaria, con autonomía de gestión y personalidad jurídica propia.

Este proceso, que está previsto que se cierre en un periodo mínimo de cinco años, implicará que el presupuesto del ICS –2.727 millones de euros para 2012– provenga directamente del Servicio Catalán de Salud (CatSalut) que, mediante contratos programas, comprará actividad sanitaria a cada entidad filial, como ocurre con los centros concertados.

El Hospital Arnau de Vilanova de Lleida y los 26 equipos de Atención Primaria (EAP) que gestiona el ICS en las comarcas gerundenses son los primeros centros que se están transformando en entidades filiales. ¿Si son más eficientes? "En absoluto", sentencia Francesc Duch. "Pensamos que el gestor de estas filiales estarán más cómodos; no tendrá delante el Parlamento ni tampoco ningún organismo que vigile su actuación. Esto nos da mucho miedo, porque hemos tenidos, incluso con sistemas de control, situaciones penosas: contrataciones irregulares, sueldos de escándalo", subraya.

Hospitales con personalidad jurídica propia

¿Quién coordinará las filiales? "El ICS solo sería una "marca" con un consejo de administración nombrado directamente por el Gobierno de la Generalitat. Cada hospital tendría personalidad jurídica propia y los ambulatorios distribuirán según criterios territoriales y tendría, a su vez, su propio consejo de administración, que se desvincularía de la gestión de esos centros, que serían gestionados de forma privada y que tendrían como objetivo la obtención de beneficios, la captación de inversión y la reducción del gasto, ya no serían un servicio público sino una empresa equivalente a la de las del sector privado de la salud", explica Francesc Duch.

¿Qué razones justifican, según la Generalitat, este plan para el futuro ICS? La más elemental y sencilla de todas: el modelo que actualmente sigue el ICS se ha quedado obsoleto, precisando por ello adoptar y adaptarse a fórmulas más flexibles, orientadas con mayor facilidad y realismo a las actuales y futuras necesidades del mercado.

La transformación del ICS se realizaría de forma progresiva – en principio se ha anunciado un periodo de cinco años (hasta 2017)- dado que el 90% de su plantilla operativa tiene una regulación estatutaria y el 10% restante son funcionarios o personal laboral.