ANTONIO LEMUS, Médico de familia en Sevilla
“Es absurdo que como el funcionario tiene trabajo fijo se le puede machacar”
Lemus confirma con una gran sonrisa que la bajada de sueldo no le va a afectar a su rendimiento laboral ni al trato con sus pacientes, pero sí que la sanidad se verá mermada
En el centro de salud de San Pablo en Sevilla, Antonio Lemus atiende desde hace 20 años, con 30 de carrera, a sus pacientes con una sonrisa. Les receta los medicamentos amablemente, aunque piense que muchos de ellos habría que quitarlos del petitorio. “No responsabilizamos a la gente de su salud. Les decimos: usted no se preocupe que con estas pastillas les vamos a hacer cambiar lo que tiene”.
Su enfado contenido se debe a los ajustes en el sueldo de los funcionarios, ya que su forma de vida y la de su esposa y sus tres hijos ha cambiado por completo. De entrada, “ha sido un varapalo tremendo”. Lemus ha sustituido el coche por la moto para ir a trabajar, se replantea seguir con los cursos de ampliación de su formación, entre ellos el de terapia Gestalt, y ha reestructurado su economía para ver cómo les pagará el próximo año los estudios a dos de sus hijos.
A sus 54 años, el doctor Lemus tiene una carrera profesional de nivel 3 con los complementos: nueve trienios, exclusividad, específico, el factor H (si trabajas una tarde o dos) y productividad variable. “A mí me han reducido un 20% de masa salarial. En el global unos 10.000 o 12.000 euros menos. Y la vida va subiendo, la gasolina que yo consumo ahora es más cara que hace un año. Aquí todo sube y los sueldos van para bajo”.
Lemus confirma con una gran sonrisa que la bajada de sueldo no le va a afectar a su rendimiento laboral ni al trato con sus pacientes, pero sí que la sanidad se verá mermada. Los médicos cuando enferman ya no son sustituidos, porque según el doctor de familia se ha eliminado la plantilla colchón (la asignación de médicos para cuando alguno enferme o tenga que ir a formación, sea sustituido), “eso se acabó en Sevilla”, zanja.
El médico de familia se queja del poco valor que se le otorga a los funcionarios. Él ha tenido que aprobar en seis años la carrera, tres para la especialidad —que ahora son cuatro—, y después las oposiciones. Los doctores en muchas ocasiones están cubriendo sustituciones y como él dice “dando vueltas por los pueblos”.
“Es absurdo que como el funcionario tiene un trabajo fijo se le pueda machacar todas las veces que haga falta. El político mira para otro lado”.
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