martes, 7 de abril de 2015

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Día Mundial de la Salud 2015: La inocuidad de los alimentos



Abril de 2015 - Antonio Pais

Un dato da relevancia al tema al que la OMS ha decidido dedicar el Día Mundial de la Salud 2015, el 7 de abril: La inocuidad de los alimentos. El dato en cuestión es que el alimento contaminado está vinculado a la muerte estimada de dos millones de personas al año, en su mayoría niños. Alimentos que contienen bacterias dañinas, virus, parásitos o sustancias químicas son responsables de más de 200 enfermedades, que van desde la diarrea hasta cánceres. Aunque pueda parecer un tema que afecta más a los países en vías de desarrollo o subdesarrollados, en un mundo globalizado nos afecta a todos. Los retos para los sistemas nacionales de inocuidad de los alimentos son constantes, y por ello, el mensaje (y el trabajo) de la Organización Mundial de la Salud es el de mejorar el trabajo conjunto, coordinado entre todos los países, para prevenir, detectar y responder a los brotes de enfermedades transmitidas por alimentos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y su presidenta, Margaret Chan, recuerdan que la inocuidad alimentaria es una responsabilidad compartida. Los esfuerzos de la OMS siguen la línea marcada en el Codex Alimentarius, una colección de normas internacionales en alimentos, directrices y códigos de prácticas. La OMS brinda orientación y ayuda a los diferentes países para desarrollar y mejorar sus sistemas nacionales de inocuidad de los alimentos. Un primer paso, un primer ejemplo: las cinco claves de la OMS para oferta de alimentos más segura: manténgalos limpios; separe los alimentos crudos  de los cocinados; cocine los alimentos completamente; mantenga los alimentos a temperaturas seguras; use agua y materias primas seguras. El Día Mundial de la Salud 2015 es una oportunidad para alertar a las personas que trabajan en diferentes sectores relacionados con la alimentación acerca de la importancia de la inocuidad alimentaria: tener la confianza de que lo que se come está en buen estado.
La gran pregunta es cómo conseguir esa garantía de inocuidad, el reto por el que trabajan la OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Margaret Chan incide en que la seguridad alimentaria "es un problema oculto y a menudo se pasa por alto. Las enfermedades transmitidas por alimentos, ya sean causadas por una infección aguda debida a un patógeno o por la exposición crónica a productos químicos, son en su mayoría subnotificadas y nadie tiene cifras precisas sobre sus efectos en la sociedad".
En 2015, por primera vez, la OMS publicará las estimaciones de la carga global de enfermedades transmitidas por los alimentos; conocer "su" problema permitirá a cada país respaldar políticas y movilizar los recursos necesarios, explica Chan. La OMS, junto a la FAO y la Organización Mundial de Sanidad Animal, lleva tiempo trabajando para establecer normas internacionales (Codex Alimentarius)  para asegurar la inocuidad de los alimentos en todas sus etapas de producción, evaluar riesgos, establecer mecanismos de alerta... y se trata de involucrar a los diferentes gobiernos nacionales en esta lucha para mejorar el resultado final.
Los alimentos insalubres que contienen bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas causan más de 200 enfermedades; las enfermedades diarreicas transmitidas por alimentos y agua causan la muerte de dos millones de personas al año, en su mayoría niños.
Principales enfermedades transmitidas por los alimentos
Las enfermedades transmitidas por los alimentos son generalmente de carácter infeccioso o tóxico y son causadas por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas que penetran en el organismo a través del agua o de los alimentos contaminados. Los patógenos de transmisión alimentaria pueden causar diarrea grave o infecciones debilitantes, como la meningitis. La contaminación por sustancias químicas puede provocar intoxicaciones agudas o cáncer.
Salmonella, Campylobacter y Escherichia coli enterohemorrágica figuran entre los patógenos de transmisión alimentaria más comunes, afectan a millones de personas. Los alimentos asociados a los brotes de salmonelosis son los huevos, la carne de ave y otros productos de origen animal. Los casos de infección por Campylobacter de transmisión alimentaria son causados principalmente por la ingestión de leche cruda, carne de ave cruda o poco cocinada y agua potable. Escherichia coli enterohemorrágica se asocia con el consumo de leche no pasteurizada, carne poco cocinada y fruta y hortalizas frescas.
La infección por Listeria provoca abortos espontáneos y muerte neonatal. La Listeriosis, con una frecuencia relativamente baja, es una de las enfermedades de transmisión alimentaria más grave. Listeria se encuentra en los productos lácteos no pasteurizados y en diversos alimentos preparados, y puede crecer a temperaturas de refrigeración.
La infección por Vibrio cholerae se transmite por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Los alimentos asociados a brotes de cólera son el arroz, las hortalizas, las gachas de mijo y varios tipos de mariscos.
Los antimicrobianos, como los antibióticos, son esenciales para tratar las infecciones causadas por las bacterias. Sin embargo, su utilización excesiva o errónea en la Medicina veterinaria y humana se ha vinculado a la aparición y propagación de bacterias resistentes, que se introducen en la cadena alimentaria a través de los animales.
El virus de la hepatitis A puede provocar enfermedades hepáticas persistentes y se transmite en general al comer mariscos crudos o poco cocinados o productos crudos contaminados. La manipulación de alimentos por personas infectadas suele ser la fuente de la contaminación.
Algunos parásitos, como los trematodos presentes en el pescado, sólo se transmiten a través de los alimentos. Otros, como Echinococcus spp, pueden infectar a las personas a través de los alimentos o por contacto directo con los animales. Ascaris, Cryptosporidium, Entamoeba histolytica o Giardia se introducen en la cadena alimentaria a través del agua o del suelo, y pueden contaminar los productos frescos.
Los priones son agentes infecciosos constituidos por proteínas que se caracterizan por estar asociados a determinados tipos de enfermedades neurodegenerativas, como la encefalopatía espongiforme bovina (enfermedad de las vacas locas). Las sustancias que plantean más riesgos para la salud son las toxinas naturales y los contaminantes ambientales.
Frente a esta amenaza los gobiernos deben elevar la inocuidad de los alimentos al rango de prioridad de Salud Pública, estableciendo y aplicando sistemas eficaces en esta materia que permitan asegurar que los productores y proveedores de productos alimenticios actúen de forma responsable y suministren alimentos inocuos a los consumidores. La contaminación de los alimentos puede producirse en cualquiera de las etapas del proceso de fabricación o de distribución, aunque la responsabilidad recae principalmente en el productor. Pero una buena parte de las enfermedades transmitidas por los alimentos son causadas por su preparación o manipulación incorrecta en el hogar, en establecimientos que sirven comida o en los mercados.
El papel de la OMS
La Organización Mundial de la Salud ayuda a los Estados miembros a fortalecer su capacidad para prevenir, detectar y gestionar los riesgos de origen alimentario: mediante la realización de evaluaciones científicas independientes sobre los riesgos microbiológicos y químicos, que constituyen el fundamento del conjunto de normas, directrices y recomendaciones internacionales sobre los alimentos que se conocen como el Codex Alimentarius; o mediante la evaluación de la inocuidad de las nuevas tecnologías utilizadas para la elaboración de alimentos, como la modificación genética y la nanotecnología.
La OMS también presta asistencia para mejorar los sistemas nacionales y los marcos jurídicos destinados a garantizar la inocuidad de los alimentos y la creación de infraestructura adecuada para la gestión de los riesgos relacionados con ella. La Red Internacional de Autoridades en materia de Inocuidad de los Alimentos (INFOSAN), creada por la OMS y la FAO, tiene por objeto agilizar el intercambio de información en situaciones de emergencia relacionadas con la seguridad de los alimentos; y promociona prácticas seguras para la manipulación de alimentos.
Del mismo modo, INFOSAN facilita el intercambio de experiencias y de soluciones de eficacia comprobada entre los distintos países y dentro de ellos para optimizar las intervenciones futuras destinadas a proteger la salud de los consumidores.
Una herramienta fundamental en este sentido es la Guía de la FAO y de la OMS para desarrollar y mejorar sistemas nacionales de retiro de alimentos, un instrumento fundamental de la gestión de riesgos en respuesta a los casos y las situaciones de emergencia relativos a la inocuidad de los alimentos. Algunos países siguen precisando un sistema de retiro eficaz y de la infraestructura necesaria para sustentarlo. Por ejemplo, es necesario el establecimiento de un marco jurídico y reglamentario básico y sólido, protocolos eficaces y la colaboración necesaria entre las autoridades competentes y los empresarios del sector alimentario.
Esto plantea nuevos desafíos en la puesta en marcha de actividades básicas asociadas con el retiro de alimentos del mercado, como las actividades necesarias de rastreo hacia adelante y rastreo hacia atrás, en caso de que se sospeche o se confirme que un alimento es insalubre.
Entre los aspectos que se tienen en cuenta al desarrollar un sistema nacional eficaz de retiro de alimentos están: el marco jurídico; las facultades de la autoridad competente; funciones y responsabilidades bien definidas; notificación y comunicación eficaces; mantenimiento detallado de registros; materiales de orientación y capacitación; y examen del sistema. INFOSAN también ayuda al Gobierno en cuestión y a la industria a retirar el alimento contaminado que ha sido distribuido a nivel internacional.
La rastreabilidad es una herramienta muy importante para lograr un retiro de alimentos eficaz, como se ha demostrado. Y destacan documentos como la Guía FAO/OMS para la aplicación de principios y procedimientos de análisis de riesgos en situaciones de emergencia relativas a la inocuidad de los alimentos o el Marco FAO/OMS para desarrollar planes nacionales de intervención en situaciones de emergencia relativas a la inocuidad de los alimentos
El Codex Alimentarius
La Comisión del Codex Alimentarius es un órgano intergubernamental conjunto de la FAO y la OMS, integrado por 185 Estados miembros y una organización miembro, la UE. El Codex lleva en funcionamiento desde 1963 con la finalidad de crear normas alimentarias internacionales destinadas a proteger la salud de los consumidores y asegurar la aplicación de prácticas comerciales justas. Las normas del Codex engloban los principales productos alimentarios, ya sean elaborados, semielaborados o crudos. También se incluyen los materiales utilizados en el procesamiento posterior de los productos.
Las disposiciones del Codex se refieren a la calidad de los alimentos desde el punto de vista higiénico y nutricional; ello incluye normas microbiológicas, aditivos alimentarios, plaguicidas y residuos de fármacos de uso veterinario, contaminantes, etiquetado y presentación, métodos de muestreo y análisis de riesgos.
Los alimentos pueden tener productos químicos porque se hayan añadido intencionadamente por razones tecnológicas (por ejemplo, los aditivos alimentarios), o debido a la contaminación ambiental del aire, el agua o el suelo. Los productos químicos presentes en los alimentos son la principal causa de los obstáculos al comercio.
En 2006, la OMS puso en marcha una iniciativa destinada a estimar la carga mundial de las enfermedades de transmisión alimentaria, para facilitar a los Estados miembros datos e instrumentos para ayudar a las instancias normativas y a otras partes interesadas a establecer prioridades adecuadas basadas en estudios científicos en este ámbito.
El Grupo de Referencia sobre Epidemiología de la Carga de Morbilidad de Transmisión Alimentaria (FERG) es el encargado de promover esta iniciativa. Está integrado por expertos de renombre internacional en un amplio espectro de disciplinas relacionadas con la epidemiología mundial de las enfermedades de transmisión alimentaria. El informe sobre la estimación de la carga de las enfermedades de transmisión alimentaria se publicará en 2015.
La UE y España: EFSA y AECOSAN
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) es la piedra angular de la evaluación y la comunicación del riesgo en la Unión Europea en relación a la seguridad de alimentos y piensos. Es una agencia independiente financiada con el presupuesto de la UE que se creó en   enero de 2002, tras una serie de crisis alimentarias. Surgió como fuente independiente de asesoría científica y comunicación sobre riesgos asociados a la cadena alimentaria, y como parte de un extenso programa dirigido a la mejora de la seguridad alimentaria en la UE.
En el sistema europeo de seguridad alimentaria, la evaluación del riesgo se realiza separadamente de la gestión del riesgo. EFSA, como evaluador del riesgo, elabora opiniones científicas y ofrece asesoramiento para proporcionar una base sólida a las políticas y a la legislación europeas y para apoyar a la Comisión, al Parlamento y a los Estados miembros de la Unión a la hora de tomar decisiones eficaces y oportunas de gestión del riesgo.
EFSA es esencial en el sistema europeo de seguridad alimentaria. Para asegurar que el sistema funciona a la perfección es necesario que EFSA trabaje estrechamente con los Estados miembros y las partes implicadas. Entre ellas se incluyen instituciones con las que la Autoridad posee una obligación legal de trabajar bajo las reglas comunitarias. EFSA también trabaja con las autoridades nacionales responsables de la evaluación del riesgo a través del Comité Consultivo y se reúne periódicamente con las partes implicadas de la sociedad civil. En la línea de cooperación científica y establecimiento de redes, EFSA ha comenzado a trabajar con los denominados Puntos Focales Nacionales en los Estados miembros.
La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) es un organismo autónomo, adscrito al Ministerio de Sanidad. La Agencia nace con vocación integradora y de cooperación de los agentes involucrados en la garantía de la seguridad de los consumidores. Entre los objetivos de AECOSAN está promover la seguridad alimentaria, ofreciendo garantías e información objetiva a consumidores y agentes del sector.
En 2010, y en cumplimiento del Reglamento (CE) nº 882/2004, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2004, se aprobó el "Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria 2011-2015", que proporciona a España un marco sólido, estable y a la vez flexible para la realización del control oficial sobre alimentos donde administraciones públicas, operadores económicos y consumidores encuentren un referente para obligaciones y garantías.
La gestión de la red de alerta alimentaria se efectúa a nivel nacional desde 1987 a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI). Diseñado en forma de red, permite mantener una constante vigilancia frente a cualquier riesgo o incidencia que, relacionado con los alimentos, pueda afectar a la salud de los consumidores.
El Libro Blanco sobre Seguridad Alimentaria es el punto de referencia que contribuye a alcanzar un elevado nivel de protección de la salud de los consumidores y a mantener la confianza de los mismos, velando por los más elevados niveles de seguridad alimentaria. Establece que el análisis del riesgo debe ser la base política de la seguridad alimentaria, mediante sus tres componentes: Evaluación del riesgo (asesoramiento científico y análisis de datos), Gestión del riesgo (reglamentación y control) y Comunicación del riesgo. Conforme al Real Decreto 19/2014, de 17 de enero, corresponde a la AECOSAN la gestión del Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos.
Los Principios Generales de la Legislación Alimentaria están establecidos por los artículos 5 a 10 del Reglamento 178/2002 del Parlamento europeo y del Consejo, de 28 de enero de 2002. Y el Reglamento de Ejecución (UE) nº931/2011 de la Comisión, relativo a los requisitos en materia de trazabilidad establecidos por el Reglamento (CE) nº 178/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo para los alimentos de origen animal, establece disposiciones de aplicación de los requisitos en materia de trazabilidad para productos de origen animal.
Situación epidemiológica en España
El Instituto de Salud Carlos III tiene entre sus líneas prioritarias las enfermedades transmitidas por alimentos y agua, y colabora con el Ministerio de Sanidad en la Red Nacional de Vigilancia epidemiológica (RENAVE), en cuyo informe relativo a los resultados de la vigilancia realizada (por las CC.AA. y el Centro Nacional de Epidemiología) en 2012 sobre las enfermedades transmitidas por alimentos y agua, se destaca que no hay cambios significativos.
Campilobacteriosis es la primera causa de gastroenteritis bacteriana notificada, seguida por salmonelosis. En 2012 aumentaron los casos debidos a S. Enteritidis dentro de la tendencia descendente que presentan estos casos en los últimos años. Se notificaron brotes (algunos de gran magnitud) para todas las enfermedades de este epígrafe, excepto yersiniosis. Hay un elevado número de brotes en el que el vehículo o el mecanismo de la infección se desconoce.
En 2012 se notificaron nueve casos de botulismo (menos que el año anterior), ocho de los cuales fueron alimentarios: seis casos se asociaron a tres brotes. También se notificaron 6.123 infecciones por Campylobacter, con un ligero aumento respecto a 2011, y tres brotes en los que la transmisión fue alimentaria: dos de ellos causados por pollo en el ámbito escolar.
Hubo 299 casos notificados de Criptosporidiosis (infección por Cryptosporidium), con un importante aumento de casos respecto a los dos años anteriores, y tres brotes (uno por agua). Y 14 casos de infección por E. coli productor de toxia Shiga o verotoxina, con dos brotes.
El total de infecciones por Salmonella Typhi y Salmonella Paratyphi notificadas al sistema de enfermedades de declaración obligatoria en 2012 fue de 60 (en Cataluña, 19). Once laboratorios notificaron al Sistema de Información Microbiológica (SIM) 26 casos de Salmonella Typhi y Salmonella Paratyphi (A, B). Se notificó un brote importado de Marruecos causado por S. Typhi, debido a consumo de agua, y otro brote autóctono (S. Paratyphi B).
En 2012 se notificaron 942 casos de Giardia lamblia por parte de 29 laboratorios; el número de casos aumentó de forma importante con respecto a 2011. Y respecto a la Hepatitis A, en 2012 se notificaron 657 casos con 51 brotes, dos de ellos transmitidos por alimentos y uno por agua.
Respecto a la Listeriosis, 34 laboratorios notificaron al SIM 128 casos, un leve aumento respecto a 2011 que podría estar asociado a un brote que afectó a varias CC.AA. Se notificó un brote de transmisión alimentaria asociado al consumo de un queso importado de Portugal que afectó a once personas de seis CC.AA.
Un total de 64 laboratorios de Microbiología clínica notificaron al SIM 4.831 casos de infección por Salmonella no tifoidea en el año 2012; el número de casos declarados por esos laboratorios (3.157) aumentó con respecto al 2011 (2.954). La tendencia fue desigual en función del serotipo estudiado: el número de casos de Salmonella Grupo C y Salmonella spp. descendió respecto al año anterior; Salmonella Enteritidis aumentó; Salmonella Typhimurium y Salmonella Grupo B muestran una tendencia ascendente en los últimos años. El microorganismo que se aisló con más frecuencia fue Salmonella Typhimurium con 1.354, seguido por Salmonella Enteritidis con 1.236 y Salmonella Grupo B con 831 casos.
En 2012 se notificaron 291 brotes causados por Salmonella, todos ellos autóctonos con un total de 2.406 enfermos, 380 hospitalizados y dos defunciones. Predominan los brotes de transmisión alimentaria, en total el 91,4 por ciento (266/291). Se identificó algún alimento sospechoso en el 80,45 por ciento de los brotes; el alimento implicado con más frecuencia fue el huevo y sus derivados, seguido a gran distancia de la carne y productos cárnicos, los vegetales, la repostería, las aves, y el pescado/marisco. Los cuadros de salmonelosis representan la principal causa de brotes de transmisión alimentaria. La tasa de casos confirmados es bastante alta comparada con la de la UE. En los brotes de enfermedades transmitidas por alimentos en España entre 1994 y 2003, según datos de la RENAVE, el alimento implicado fue huevos y ovoproductos, pescado/mariscos y repostería/nata, carne (excluye pollo), pollo, queso, lácteos y otros.
LA OPINIÓN DEL EXPERTO
Ildefonso Hernández Aguado. Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública. Presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS).
"En la UE la seguridad de los alimentos está bastante bien cuidada, pero no hay que bajar la guardia".
Ildefonso Hernández, ex director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad (2008-2011), en la actualidad catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública y director del Departamento de Salud Pública, Historia de la Ciencia y Ginecología en la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández (Alicante), así como presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) desde 2013, destaca que el problema de la inocuidad de los alimentos "es un problema que afecta a todo el mundo, y tiene mucho sentido que la OMS lo haya elegido para el Día Mundial de la Salud 2015: alimentos insalubres se relacionan con la muerte de mucha gente en el mundo, bien sea por contaminantes biológicos (bacterias, virus y parásitos) o por productor químicos". Sin embargo, como reconoce Isabel de la Mata, "en líneas generales, muchos grupos migrantes gozan de mejor salud que el conjunto de la población, pese a que, en numerosos países, los inmigrantes y algunas minorías étnicas tiendan a infrautilizar los servicios sanitarios disponibles". Sin embargo, añade, "no cabe duda de que algunos de estos grupos son posiblemente más vulnerables a las enfermedades debido al bajo estatus socioeconómico, el acceso limitado a la asistencia sanitaria y el desconocimiento sobre cómo acceder a los servicios, por no hablar del estigma y la discriminación".
Fuera de esta valoración general, el doctor Hernández explica que los países europeos, y los desarrollados, "van poco a poco mejorando los sistemas que ya tienen, que es mucho, e incluso llevan la seguridad de los alimentos a ámbitos a los que hasta ahora no se había llevado, como puede ser la nueva directiva europea para restauración, hostelería, sobre los alérgenos en alimentos no envasados, de los que deben informar estos establecimientos; es algo que tiene dificultades de implantación pero que es novedoso. En todo caso, en la Unión Europea la seguridad de los alimentos está bastante bien cuidada, y lo que vamos viendo ahora es que poco a poco se va avanzando en aspectos nuevos como el citado sobre los alérgenos", señala.
Aunque en un mundo globalizado, experiencias de Salud Pública como el ébola nos han enseñado que el problema nos afecta a todos, se le sugiere al experto. "El problema de la seguridad de los alimentos es global y para siempre: tenemos que vigilar la calidad de los plásticos que están en contacto con los alimentos, las sustancias químicas que pueden contaminar... por eso se está avanzando, y con problemas a veces, en esas mejoras, porque hay intereses encontrados. En cada región del globo hay unos problemas de salud de mayor o menor intensidad: la inocuidad o seguridad de los alimentos va a ser permanente, hay que estar al tanto de cualquier innovación que puede producir daño", explica.
"Lo que yo quería decir es que en los países de la UE se ha avanzado bastante en muchas cuestiones del control de la calidad. Eso no quiere decir que no quede nada por hacer, porque siempre hay una tensión entre los profesionales de la Salud Pública o los ecologistas, que tienden a extremar la protección de la salud, y los intereses comerciales; por ello hay que estar siempre atentos para que no haya problemas", añade.
En ese sentido, las cinco recomendaciones que la OMS hace sobre la manipulación de los alimentos, que en Europa podrían parecer de pura lógica, se reciben de forma muy distinta en otras zonas del planeta. "Estamos hablando de sitios donde el manejo de los alimentos tiene muchas más dificultades; el proceso de seguridad de los alimentos es de los más complejos y transdisciplinares que hay: están implicados multitud de profesionales, ahora para que las empresas españolas puedan exportar en algunos países les piden certificados de calidad que tienen que hacer ingenieros... es un mundo muy complejo, aunque al ser para todo el mundo la OMS destaca esas cinco claves, lo esencial en este momento para todo el mundo. En Europa lo vemos de otra forma, nos parecen menos relevantes, aunque no nos debe despistar: hay que estar siempre vigilantes, avanzar más en la seguridad de los alimentos y no bajar la guardia: en temas de control de la calidad, de muestreos... el laboratorio de Salud Pública debe continuar y debe mejorar su capacidad de detectar problemas alimentarios".
Y es que, para el doctor Hernández, "en Salud Pública, el éxito es que no pase nada; pero eso no significa que se tenga que dejar de vigilar y no se tenga que mejorar. Y una de las áreas en las que más debe mantener la vigilancia es ésta, como demuestran las crisis que ha habido. A veces ha pasado que se han bajado los dinteles en calidad alimentaria, y entonces han llegado los problemas", advierte.
El experto recuerda que la responsabilidad en la vigilancia sobre los alimentos en España "la tienen las comunidades autónomas. Aquí hay unas competencias a nivel central, otras a nivel autonómico, otras a nivel local, y  otras a nivel europeo; en Europa se hacen unas directivas, como la reciente sobre los alérgenos, que tienen que implantar las CC.AA. tras publicarla el Estado".
En España, explica, "hay un sistema en el que hay algunas cuestiones que dependen del individuo pero muchas dependen del entorno, en el que hay una legislación que establece cómo se deben hacer las cosas y una vigilancia, por medio de la Inspección, que es la que dice si vamos funcionando bien o no. En España tenemos todo un sistema de inspectores sanitarios, laboratorios que van vigilando los elementos químicos... un sistema muy avanzado, como el europeo, y que es un modelo para otras partes del mundo... lo cual no quiere decir que no se pueda mejorar. Pero la gente aquí no se plantea tanto, en general, la seguridad del alimento que está comprando, sino su contenido: supone que si lo está comprando, estará bien".

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