SANIDAD PARA EXTRANJEROS RECLUIDOS
Las condiciones sanitarias de los CIE no se ajustan al reglamento
Al entrar en los Centros de Internamiento de Inmigrantes (CIE) no hay controles eficientes. Los inmigrantes no tienen atención sanitaria 24 horas, acceso a fármacos, ni a especialistas.
Marta Herrera de la Hoz. Madrid |marta.herrera@unidadeditorial.es | 30/06/2015 00:00
Uno de los centros de internamiento de extranjeros se encuentra ubicado en la capital, en el barrio de Aluche. (Colectivo imaginario social)
VISTA:
El Reglamento 162/2014 de funcionamiento y régimen interior de los centros de internamiento de extranjeros (CIE) exigía hace más de un año que todos los centros contaran con un médico 24 horas al día, una enfermería convenientemente equipada y controles de entrada y de seguimiento médico suficientes. Sin embargo, estas condiciones no se han cumplido y, diversas ONG así como el Defensor del Pueblo reclaman una puesta en marcha efectiva de este reglamento.
Además, según han confirmado a DM, en la actualidad no se han cubierto las plazas de médico que salieron a concurso hace más de un año. Se ha iniciado el proceso para aprobar las vacantes en torno a diciembre, sin que hayan podido conocerse más detalles a este respecto.
- Aunque aún está abierto el plazo de cobertura de plazas médicas de estos centros, los internos llevan más de un año sin atención continua ni enfermería equipada
Los CIE son centros repartidos por todo el país en los cuales aquellos inmigrantes en situación irregular quedan retenidos a la espera de su posterior expulsión. La espera en estos centros no puede superar los dos meses y en muchos casos, cuando la deportación no es posible por distintos motivos, los extranjeros que siguen en esa situación acaban saliendo del centro. Sin embargo, esta salida se realiza sin un remedio a los diversos motivos que los llevaron allí. En España existen nueve centros que dependen de Ministerio de Interior, con una capacidad superior a las 200 plazas en casi todos. Se encuentran en Lanzarote, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, Madrid, Barcelona, Valencia, Algeciras, Tarifa y Málaga.
Las condiciones en las que las ONG dicen que se encuentran los centros han llevado una de las personas recluidas en el CIE de Madrid a emprender una huelga de medicación que se ha prolongado durante diez días. Esta persona, que sufre leucemia y diabetes, dice haber sido privada de libertad y del cuidado de sus familiares en un centro en el que la atención médica es insuficiente y las condiciones son de hacinamiento e insalubridad.
- Para la seguridad sanitaria deberían realizarse unos controles médicos de entrada que en muchos casos se limitan a meras entrevistas e informes
La huelga de este interno se une a la reclamación realizada a través de una carta de los internos del CIE de Aluche contra las condiciones en las que se encuentran. La denuncia afirma que en los CIE no se garantiza un examen médico previo al internamiento además de la existencia de un brote de sarna y condiciones insalubres que ponen en riesgo la salud de los enfermos. Añaden los internos en sus reclamaciones que en el CIE se encuentran internadas personas que sufren trastornos de salud mental y no reciben asistencia psicológica ni psiquiátrica. Los informes del Defensor del Pueblo ya alertaron de esta situación, que coincidían con las recomendaciones del juzgado del control de Madrid que alertaban sobre la insuficiencia de medios. Esta carencia hace que los internos tengan que pedir cita el día de antes si quieren que el médico les visite, no pudiendo hacerlo muchas veces. Más grave es el caso de las urgencias nocturnas, que siguen bajo el único control y asistencia de la Policía y, en muchos casos, deben esperar para ir a urgencias si la Policía no ha advertido la posible gravedad de las dolencias que surgen. Sin embargo, pese a todas estas reclamaciones, denuncias y recomendaciones, el Ministerio de Interior no se ha querido pronunciar y ha declinado hacer cualquier declaración al respecto.
Ferrocarril Clandestino, una de las ONG que más trabaja con diversos centros de España, explica que el encierro en CIE somete a la personas a un estado de angustia y estrés que afecta a su bienestar físico, psicológico y social. El problema se agudiza cuando se interna a personas que sufren graves enfermedades.
Según el abogado de Pueblos Unidos, José María Trillo, "tampoco se ha cumplido el reglamento en lo que concierne a las exigencias de entrada al centro". Según dicha norma, se debe efectuar un examen médico exhaustivo y preventivo teniendo en cuenta el origen geográfico y sus condiciones de llegada, tanto para conocer su situación como por salud pública.
En la actualidad, los acogidos en estos lugares sólo responden a un cuestionario y en algunos CIE cuentan con un módulo de preingreso.
Varias ONG denuncian que los trámites burocráticos 'pierden' informes médicos
Según SOS Racismo, otro aspecto especialmente llamativo es la "pérdida" de los informes médicos entre centros, que, pese a la exigencia judicial que recomienda prestar atención en sus traslados y que siempre se encuentren en el mismo centro que el interno, en muchos casos se pierden, lo que provoca un abandono del seguimiento médico y del posible tratamiento que estuvieran llevando a cabo.
Uno de los internos (ya puesto en libertad provisional) ha declarado a DM que al no llevar la medicación que precisaba en el momento de su detención estuvo unos días sin tratarse, llegando a encontrarse bastante mal. Ha afirmado haber tenido que insistir mucho para que un familiar le acercara la medicación y desde el centro no le ayudaron a conseguirla. Dijo sentir mucho miedo, pensar que se iba a morir, no ser ayudado por el centro y tener miedo a quejarse.
El representante de Pueblos Unidos ha destacado que, "al igual que la falta de tratamientos psiquiátricos, las condiciones psicológicas en las que se encuentran los internos no son aceptables". Tanto SOS Racismo como Pueblos Unidos insisten en que sin una atención especializada y sin los controles de entrada pertinentes en muchos casos se interna a enfermos que precisan cuidados sanitarios en centros especializados o tratamientos oportunos.
En muchos casos, ante la imposibilidad de atender la esquizofrenia se opta por dejar en libertad al enfermo y desentenderse.
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