Muere el niño de seis años enfermo de difteria en Olot
El menor, que no estaba vacunado, llevaba 25 días ingresado en la UCI del hospital Vall d'Hebron de Barcelona
Esta madrugada ha muerto el niño de seis años infectado de difteria. El menor, de Olot, no estaba vacunado de la enfermedad y llevaba 25 días ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Vall d'Hebron. El menor no ha podido superar las afectaciones que la enfermedad provocó en sus órganos. Los médicos habían tratado al niño con antibióticos y un tratamiento de antitoxinas importado de Rusia para frenar los efectos más severos de la enfermedad. Según informó el ministro de Sanidad Alfonso Alonso en una visita realizada a la familia, el menor tenía dañados los riñones, los pulmones y el corazón, que funcionaban a través de máquinas controladas por el equipo de transplante cardíaco del hospital barcelonés.
El menor comenzó con los síntomas iniciales (malestar general, dolores de cabeza, fiebre e inflamación de las amígdalas) el 23 de mayo, pero no fue hasta cinco días después, el 28, cuando ingresó en el hospital comarcal de Olot debido a un empeoramiento de su estado, según informó la Agencia de Salud Pública. La Generalitat recibió ese mismo día el aviso de que podría tratarse de un posible caso de difteria, una enfermedad de declaración obligatoria. El viernes 29 de mayo el Centro Nacional de Microbiología recibió la muestra procedente del hospital gerundense y el sábado 30 el laboratorio confirmó la difteria.
Salud Pública continua con la investigación epidemiológica para detectar el origen del foco. Hay diez infectados más, que tienen el bacilo pero no han desarrollado la enfermedad porque están vacunados. Son Nueve de los 57 niños que acompañaron al menor infectado de colonias días antes de desarrollar los síntomas y un adulto, del entorno más próximo de uno de estos nueve menores. Los 10 portadores asintomáticos están recibiendo tratamiento antibiótico para eliminar la bacteria y permanecen recluidos en sus casas (excepto dos, que ya han sido dados de alta) para evitar que contagien a alguna persona que no esté vacunada.
Tras el contagio del niño de Olot, los técnicos del Departamento de Salud revisaron a más de 200 personas y realizaron la prueba del frotis faríngeo (un raspado en la parte posterior de la garganta para hacer un cultivo que detecte la presencia de la bacteria en el cuerpo) a unas 140. Además de los niños que fueron con él de colonias, también pasaron la revisión las personas que estuvieron en contacto con él en otras actividades extraescolares (como los compañeros de natación en la piscina municipal de Torelló).
Este era el primer caso de difteria en España en cerca de tres décadas. Esta enfermedad infecciosa estaba erradicada gracias a las campañas de vacunación masivas. Se empezó a vacunar contra la difteria en 1945. En 1965 se incluyó en campañas con tétanos y tos ferina. De mil casos por 100.000 habitantes en pocos años se pasó a no registrar apenas ninguno. El Ministerio de Sanidad registró el último en 1987. En Cataluña hacía más tiempo, 32 años, que no se daba un caso de esta dolencia, que afecta al sistema respiratorio y a otros órganos y que puede ser mortal.
La difteria afecta a las vías respiratorias y produce una toxina que al entrar en el torrente sanguíneo afecta a otros órganos como los riñones, el cerebro y el corazón. Una posible complicación es la inflamación del músculo cardíaco o miocarditis. El sistema nervioso también puede verse afectado y provocar parálisis temporal.
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