INFORME | Cambio de estrategia
La guerra contra la droga agrava la epidemia del sida
Un pakistaní prepara una jeringuilla de heroína. | Afp
- La persecución criminal de los usuarios de drogas compromete esta lucha
- Los países con legislaciones más restrictivas tienen mayores tasas de contagio
- Una comisión internacional pide un cambio urgente en las políticas antidroga
La lucha antidroga ha fracasado y la consecuencia de ese fracaso es que la epidemia de VIH/sida se está propagando. Ésta es la contundente conclusión del último informe de la Global Commission on Drug Policy, un organismo formado por expertos en salud global, como Michel Kazatchkine, ex director del Fondo Mundial contra el Sida, políticos, intelectuales y activistas. Esta guerra, aseguran, debe cambiar las políticas represivas en favor de otras basadas en la evidencia.
Según el informe, "los estudios realizados muestran de manera invariable que las políticas represivas en la lucha contra las drogas impiden el acceso de los usuarios a los servicios públicos de salud y les mantienen en los sectores marginados para los que el riesgo de infección por VIH es muy alto".
"Las leyes agresivas dirigidas a los usuarios de drogas también crean barreras al tratamiento del VIH", continúa el informe. Éstas incluyen "estigma y discriminación en los servicios de salud, denegación de atención, brechas en la confidencialidad [...] y creación de registros que provocan la negación de derechos básicos como el empleo y la custodia de los hijos".
En una conferencia de prensa ofrecida en Londres, Fernando Henrique Cardoso, ex presidente de Brasil y presidente de la Comisión, ha subrayado la idea de que "los usuarios de drogas no son criminales a perseguir y su problema debe ser tratado como lo que es, un tema de salud".
En esas zonas en las que las estategias de salud pública son ignoradas, "la epidemia de VIH está fuera de control", subraya el texto. En el lado opuesto están Suiza, Australia o Portugal, que han logrado importantes avances contra esta enfermedad gracias al tratamiento de la adicción como un problema de salud.
"Los países que han adoptado terapias contra la adicción y medidas de salud pública basadas en la ciencia han visto descender dramáticamente las tasas de infección por VIH entre los usuarios de drogas", apunta el informe, que destaca además que estas políticas también han ayudado a que disminuya el número de personas que utilizan drogas por vía parenteral, una conducta que aumenta el riesgo de contraer el virus.
Las cifras avalan la postura de este grupo. Según Naciones Unidas, entre 1980 y 2010, la distribución de opiáceos, entre ellos la heroína, aumentó más de un 380%, a la vez que el precio de esta sustancia cayó un 79% en Europa en ese mismo periodo. En Estados Unidos, la situación es similar, muestra del fracaso de 30 años de agresiva lucha contra las drogas.
Este aumento de la distribución lleva aparejado un mayor número de usuarios que se ven empujados a la marginalización, lejos de los servicios sanitarios, las pruebas del VIH y el tratamiento, por el temor a las detenciones y el estigma social. Además, la prevención y el tratamiento de la infección no existe en las cárceles de muchos países, que actúan como reservorios de la epidemia.
Por eso, los miembros de la comisión hacen un llamamiento para la "despenalización y la expansión de soluciones costo efectivas y útiles para disminuir el VIH/sida, incluyendo el acceso a jeringuillas estériles, las narcosalas y los programas de prescripción de heroína".
Este informe apoya la Declaración de Viena firmada en 2010 por cientos de expertos en VIH/sida para pedir la incorporación de la evidencia científica a las políticas antdroga.
Según el informe, "los estudios realizados muestran de manera invariable que las políticas represivas en la lucha contra las drogas impiden el acceso de los usuarios a los servicios públicos de salud y les mantienen en los sectores marginados para los que el riesgo de infección por VIH es muy alto".
"Las leyes agresivas dirigidas a los usuarios de drogas también crean barreras al tratamiento del VIH", continúa el informe. Éstas incluyen "estigma y discriminación en los servicios de salud, denegación de atención, brechas en la confidencialidad [...] y creación de registros que provocan la negación de derechos básicos como el empleo y la custodia de los hijos".
En una conferencia de prensa ofrecida en Londres, Fernando Henrique Cardoso, ex presidente de Brasil y presidente de la Comisión, ha subrayado la idea de que "los usuarios de drogas no son criminales a perseguir y su problema debe ser tratado como lo que es, un tema de salud".
Epidemia 'fuera de control'
La Comisión señala como ejemplo de fracaso el caso Rusia y Tailandia, países que han "ignorado" las pruebas científicas con "consecuencias devastadoras" para la contención de la epidemia de VIH/sida. "Incluso cuando se comparan diferentes regiones dentro de un mismo país, las tasas más altas de infección por VIH son evidentes en las áreas con leyes más duras contra la droga".En esas zonas en las que las estategias de salud pública son ignoradas, "la epidemia de VIH está fuera de control", subraya el texto. En el lado opuesto están Suiza, Australia o Portugal, que han logrado importantes avances contra esta enfermedad gracias al tratamiento de la adicción como un problema de salud.
"Los países que han adoptado terapias contra la adicción y medidas de salud pública basadas en la ciencia han visto descender dramáticamente las tasas de infección por VIH entre los usuarios de drogas", apunta el informe, que destaca además que estas políticas también han ayudado a que disminuya el número de personas que utilizan drogas por vía parenteral, una conducta que aumenta el riesgo de contraer el virus.
Una guerra que ha fracasado
La Comisión, de la que forma parte Javier Solana, ex Alto Representante del Consejo para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, concluye que la guerra contra las drogas ha sido un fracaso e insta a los países a que revisen y modifiquen sus estrategias para frenar la epidemia del sida.Las cifras avalan la postura de este grupo. Según Naciones Unidas, entre 1980 y 2010, la distribución de opiáceos, entre ellos la heroína, aumentó más de un 380%, a la vez que el precio de esta sustancia cayó un 79% en Europa en ese mismo periodo. En Estados Unidos, la situación es similar, muestra del fracaso de 30 años de agresiva lucha contra las drogas.
Este aumento de la distribución lleva aparejado un mayor número de usuarios que se ven empujados a la marginalización, lejos de los servicios sanitarios, las pruebas del VIH y el tratamiento, por el temor a las detenciones y el estigma social. Además, la prevención y el tratamiento de la infección no existe en las cárceles de muchos países, que actúan como reservorios de la epidemia.
Por eso, los miembros de la comisión hacen un llamamiento para la "despenalización y la expansión de soluciones costo efectivas y útiles para disminuir el VIH/sida, incluyendo el acceso a jeringuillas estériles, las narcosalas y los programas de prescripción de heroína".
Este informe apoya la Declaración de Viena firmada en 2010 por cientos de expertos en VIH/sida para pedir la incorporación de la evidencia científica a las políticas antdroga.
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