ESTIMACIONES | Abril de 2009
La mortalidad por gripe H1N1, 15 veces superior a lo calculado por la OMS
- Un análisis de los CDC deja cortos los resultados de laboratorio
- El 60% de las víctimas tenían menos de 64 años
Empezó siendo la 'gripe porcina' hasta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) exculpó a los cerdos y pasó a ser H1N1. Desde su aparición fulminante en 2009 en México, este virus no ha dejado de dar titulares. El último análisis que se acaba de dar a conocer señala que la mortalidad por esta cepa fue 15 veces superior a lo que indicó la OMS en su momento.
Según puede leerse en las páginas de la revista 'The Lancet', la mortalidad causada por esta cepa de la gripe entre abril de 2009 y agosto de 2010 fue muy superior a lo estimado inicialmente por las pruebas de laboratorio, que hablaban de 18.500 víctimas. Una cifra muy inferior a las 250.000-500.000 muertes que la propia OMS atribuye cada año a la gripe estacional.
Un equipo dirigido por Fatimah Dawood, de los Centros de Control de las Enfermedades de EEUU (CDC), con sede en Atlanta, ha llevado a cabo modelos y estimaciones matemáticas para tratar de dibujar el escenario real de los primeros meses de circulación de este nuevo virus de la gripe (entre abril de 2009 y agosto de 2010).
Y sus conclusiones señalan que las muertes confirmadas 'oficialmente' en los laboratorios acreditados por la OMS se quedan muy cortos. Según sus cálculos, las víctimas mortales del A/H1N1 podrían rondar entre 150.000 y 575.000 víctimas.
Esta horquilla tan amplia se debe a la dificultad de contabilizar todas las muertes registradas, especialmente si se tiene en cuenta que el 51% de ellas se produjo en Asia y África, donde es más difícil llevar a cabo un registro sistematizado del exceso de mortalidad que se produjo en esos primeros 12 meses de circulación del nuevo virus.
En este sentido, la propia OMS recuerda en su página web que los métodos para calcular las muertes que ocasiona la gripe cada año se basan en comparar el exceso de mortalidad durante la temporada de gripe con las defunciones que se producen el resto del año. Mientras que en el caso de la pandemia "representan casos confirmados mediante pruebas de laboratorio".
Por varios motivos, reconoce el organismo, este número no da la imagen verdadera de la mortalidad durante la pandemia, "que indudablemente es más elevada de lo que indican los casos confirmados en el laboratorio". Entre otras cosas, reconoce, la gripe pandémica daba síntomas similares a otras infecciones comunes, por lo que muchos médicos no llegaron a sospechar de la infección, o no llegaron a hacerse las pruebas de diagnóstico, fuera del alcance de la mayoría de países en desarrollo.
En España, a fecha del 30 de diciembre de 2009, el Ministerio de Sanidad había confirmado más de 18.000 casos clínicos de gripe A y 271 fallecidos (una cifra muy inferior a los 1.000-4.000 fallecimientos anuales causados por la gripe común, cuya cifra exacta varía según las fuentes).
Este dato tiene importantes repercusiones, añaden, debido a que esta gripe se cebó especialmente con la población joven, en edad laboral, con las repercusiones que eso puede tener para muchas economías familiares.
"Esperemos que el trabajo no sólo dibuje un mapa más exacto de la mortalidad atribuible al H1N1, sino que permita una mejor respuesta global en caso de futuras pandemias", señala Dawood en declaraciones distribuidas por los CDC. Aún así admiten que en este caso se han topado con importantes carencias de información y datos precisos, sobre todo en los países de bajos recursos, en los que no existen registros de calidad. "Y sólo con una estrecha vigilancia a nivel mundial podremos desarrollar estrategias preventivas de utilidad en caso de futuras pandemias", advierten.
De hecho, en un comentario que publica en la misma revista Cécile Viboud, de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, señala que sólo con información más precisa se podrá disponer de mejores herramientas para prevenir y combatir futuras epidemias. A su juicio, es importante comprender el comportamiento heterogéneo del virus en distintos escenarios geográficos, por lo que no valen análisis uniformes.
Según puede leerse en las páginas de la revista 'The Lancet', la mortalidad causada por esta cepa de la gripe entre abril de 2009 y agosto de 2010 fue muy superior a lo estimado inicialmente por las pruebas de laboratorio, que hablaban de 18.500 víctimas. Una cifra muy inferior a las 250.000-500.000 muertes que la propia OMS atribuye cada año a la gripe estacional.
Un equipo dirigido por Fatimah Dawood, de los Centros de Control de las Enfermedades de EEUU (CDC), con sede en Atlanta, ha llevado a cabo modelos y estimaciones matemáticas para tratar de dibujar el escenario real de los primeros meses de circulación de este nuevo virus de la gripe (entre abril de 2009 y agosto de 2010).
Y sus conclusiones señalan que las muertes confirmadas 'oficialmente' en los laboratorios acreditados por la OMS se quedan muy cortos. Según sus cálculos, las víctimas mortales del A/H1N1 podrían rondar entre 150.000 y 575.000 víctimas.
Esta horquilla tan amplia se debe a la dificultad de contabilizar todas las muertes registradas, especialmente si se tiene en cuenta que el 51% de ellas se produjo en Asia y África, donde es más difícil llevar a cabo un registro sistematizado del exceso de mortalidad que se produjo en esos primeros 12 meses de circulación del nuevo virus.
En este sentido, la propia OMS recuerda en su página web que los métodos para calcular las muertes que ocasiona la gripe cada año se basan en comparar el exceso de mortalidad durante la temporada de gripe con las defunciones que se producen el resto del año. Mientras que en el caso de la pandemia "representan casos confirmados mediante pruebas de laboratorio".
Por varios motivos, reconoce el organismo, este número no da la imagen verdadera de la mortalidad durante la pandemia, "que indudablemente es más elevada de lo que indican los casos confirmados en el laboratorio". Entre otras cosas, reconoce, la gripe pandémica daba síntomas similares a otras infecciones comunes, por lo que muchos médicos no llegaron a sospechar de la infección, o no llegaron a hacerse las pruebas de diagnóstico, fuera del alcance de la mayoría de países en desarrollo.
En España, a fecha del 30 de diciembre de 2009, el Ministerio de Sanidad había confirmado más de 18.000 casos clínicos de gripe A y 271 fallecidos (una cifra muy inferior a los 1.000-4.000 fallecimientos anuales causados por la gripe común, cuya cifra exacta varía según las fuentes).
Pacientes jóvenes
En lo que sí coinciden sus análisis con lo que ya advirtió la OMS en su momento, es en que el 80% de las muertes se registraron en personas menores de 65 años; a diferencia de lo que suele ocurrir con las gripes estacionales, que golpean más duramente a la población anciana.Este dato tiene importantes repercusiones, añaden, debido a que esta gripe se cebó especialmente con la población joven, en edad laboral, con las repercusiones que eso puede tener para muchas economías familiares.
"Esperemos que el trabajo no sólo dibuje un mapa más exacto de la mortalidad atribuible al H1N1, sino que permita una mejor respuesta global en caso de futuras pandemias", señala Dawood en declaraciones distribuidas por los CDC. Aún así admiten que en este caso se han topado con importantes carencias de información y datos precisos, sobre todo en los países de bajos recursos, en los que no existen registros de calidad. "Y sólo con una estrecha vigilancia a nivel mundial podremos desarrollar estrategias preventivas de utilidad en caso de futuras pandemias", advierten.
De hecho, en un comentario que publica en la misma revista Cécile Viboud, de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, señala que sólo con información más precisa se podrá disponer de mejores herramientas para prevenir y combatir futuras epidemias. A su juicio, es importante comprender el comportamiento heterogéneo del virus en distintos escenarios geográficos, por lo que no valen análisis uniformes.
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