El 80% de la fecundación se realiza en el sector privado
En las parejas femeninas o madres solteras suele bastar la inseminación artificial
Es el tratamiento menos costoso, desde 1.000 euros por ciclo
Jaime Prats Valencia 23 JUL 2013 - 22:25 CET121
Las mujeres sin pareja o las uniones de lesbianas que quieran tener hijos mediante técnicas de reproducción asistida que se vean abocadas a acudir a la sanidad privada tendrán que pagar, en el mejor de los casos, unos 1.000 euros. En el peor, si hay que repetir ciclos o recurrir a la fecundación in vitro y, además, se necesitan óvulos donados por otra mujer, cada nuevo intento se disparará a los 7.500 euros. Entonces, la factura se puede elevar a varias decenas de miles de euros, pero quizá de estos casos más complejos, si se demostrara que existe un problema de infertilidad, se haga cargo la sanidad pública.
El escenario más favorable es también el más frecuente y el menos costoso. Lo habitual es que las mujeres solas u homosexuales que quieren tener hijos no tengan problemas de esterilidad. “Lo normal es que sus óvulos presenten un estado óptimo”, apuntan desde el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). Lo único que necesitan son los gametos masculinos —los espermatozoides— para quedarse embarazadas. Por ello, como indica Antonio Requena, director general médico del IVI, la red de clínicas más extensa de España, suele bastar el tratamiento más sencillo y más económico: la inseminación artificial. La técnica consiste en depositar directamente en el útero de la mujer una muestra de semen de donante. El precio medio ronda los 1.000 euros sin medicación —“suele ser la primera opción por el buen pronóstico que presentan”, añade Requena— y 1.300 si se recurre a una ligera estimulación ovárica —“no es necesario más, al tratarse de gente sana; además si administras en exceso corres el riesgo de un embarazo múltiple”—. En 2012, el 19% de las 3.648 inseminaciones que se practicaron en todos los centros de esta red de clínicas en España y Portugal fueron a madres solteras.
No siempre basta el primer intento, o el segundo. El último registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) —que recoge el 80% de la actividad del sector con datos de 2010— apunta que la tasa media de gestación por ciclo en esta técnica es del 21%. No existen datos específicos de la tasa de éxito entre mujeres sin pareja masculina, aunque, como indica Requena, es lógico pensar que en este grupo será superior debido a su menor índice de problemas de fertilidad. En términos generales, tras tres o cuatro inseminaciones, hay un 70% de posibilidades de lograr un embarazo.
Al ser una técnica relativamente poco costosa y especialmente eficaz entre las mujeres sin pareja masculina, la inseminación tiene un impacto económico limitado en los tratamientos que se practican en la red pública. Sobre todo, si se compara con los casos más complejos de parejas con problemas de fertilidad, las fecundaciones in vitro (FIV), en las que se recurre a gametos obtenidos de donantes. En estos casos, cada ciclo puede suponer 7.500 euros por intento —los precios responden a un trabajo elaborado por la Asociación por Derechos Civiles, Económicos y Sociales a partir de 130 centros—.
Los datos del IVI muestran cómo el peso de las mujeres sin pareja es notablemente inferior en las fecundaciones in vitro respecto a las más asequibles inseminaciones. Si en el primer caso este grupo de personas representa apenas el 3,4% del total de FIV, en el segundo, la cifra asciende al 19,1%. De los 28.439 tratamientos de reproducción asistida practicados en la península por esta red de clínicas, un 7% fueron a mujeres solas.
La reproducción asistida ha sido tradicionalmente una parcela controlada por la sanidad privada. El sector público representa el 20% de la actividad en esta disciplina, como indica José Antonio Castilla, de la SEF. Y es probable que, tras la medida adoptada por Sanidad, el porcentaje aún será más reducido.
El escenario más favorable es también el más frecuente y el menos costoso. Lo habitual es que las mujeres solas u homosexuales que quieren tener hijos no tengan problemas de esterilidad. “Lo normal es que sus óvulos presenten un estado óptimo”, apuntan desde el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). Lo único que necesitan son los gametos masculinos —los espermatozoides— para quedarse embarazadas. Por ello, como indica Antonio Requena, director general médico del IVI, la red de clínicas más extensa de España, suele bastar el tratamiento más sencillo y más económico: la inseminación artificial. La técnica consiste en depositar directamente en el útero de la mujer una muestra de semen de donante. El precio medio ronda los 1.000 euros sin medicación —“suele ser la primera opción por el buen pronóstico que presentan”, añade Requena— y 1.300 si se recurre a una ligera estimulación ovárica —“no es necesario más, al tratarse de gente sana; además si administras en exceso corres el riesgo de un embarazo múltiple”—. En 2012, el 19% de las 3.648 inseminaciones que se practicaron en todos los centros de esta red de clínicas en España y Portugal fueron a madres solteras.
No siempre basta el primer intento, o el segundo. El último registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) —que recoge el 80% de la actividad del sector con datos de 2010— apunta que la tasa media de gestación por ciclo en esta técnica es del 21%. No existen datos específicos de la tasa de éxito entre mujeres sin pareja masculina, aunque, como indica Requena, es lógico pensar que en este grupo será superior debido a su menor índice de problemas de fertilidad. En términos generales, tras tres o cuatro inseminaciones, hay un 70% de posibilidades de lograr un embarazo.
Al ser una técnica relativamente poco costosa y especialmente eficaz entre las mujeres sin pareja masculina, la inseminación tiene un impacto económico limitado en los tratamientos que se practican en la red pública. Sobre todo, si se compara con los casos más complejos de parejas con problemas de fertilidad, las fecundaciones in vitro (FIV), en las que se recurre a gametos obtenidos de donantes. En estos casos, cada ciclo puede suponer 7.500 euros por intento —los precios responden a un trabajo elaborado por la Asociación por Derechos Civiles, Económicos y Sociales a partir de 130 centros—.
Los datos del IVI muestran cómo el peso de las mujeres sin pareja es notablemente inferior en las fecundaciones in vitro respecto a las más asequibles inseminaciones. Si en el primer caso este grupo de personas representa apenas el 3,4% del total de FIV, en el segundo, la cifra asciende al 19,1%. De los 28.439 tratamientos de reproducción asistida practicados en la península por esta red de clínicas, un 7% fueron a mujeres solas.
La reproducción asistida ha sido tradicionalmente una parcela controlada por la sanidad privada. El sector público representa el 20% de la actividad en esta disciplina, como indica José Antonio Castilla, de la SEF. Y es probable que, tras la medida adoptada por Sanidad, el porcentaje aún será más reducido.
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