lunes, 5 de enero de 2015

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La verdad en la ciencia y su fecha de caducidad





Diciembre de 2014 - Silvia C. Carpallo

La vida media de una verdad científica en Medicina es de 50 años. Después de este periodo se considera que la mitad del conocimiento que estaba aceptado como cierto ha sido refutado. Sin embargo, en otras disciplinas científicas, como en Física, el periodo es menor, 13 años, o 9 si hablamos de Economía o Matemáticas, incluso 7 en el caso de la Psicología

Grandes científicos de renombre, como el divulgador Eduard Punset, el Premio Nobel Robin Warren, o el matemático fellow en el Institute for Quantitative Social Science de la Harvard University Samuel Arbesman han debatido sobre si las verdades científicas tienen fecha de caducidad. Junto a ellos estaban también otros expertos como neurólogos, biólogos, estadísticos e incluso periodistas en una jornada organizada por la Universidad Francisco de Vitoria. Las conclusiones que extraían los mismos se resumían en que es mejor hablar de hechos, sabiendo que estos serán cambiantes según avance la ciencia, y no de grandes verdades, que sólo llevan al dogmatismo que impide el verdadero movimiento, razón última de la ciencia en realidad.
Robin Warren, premio Nobel de Medicina y Fisiología 2005, era además investido doctor "honoris causa" por la UFV, horas antes de este encuentro. El profesor Warren es conocido por desmontar la idea de que ninguna bacteria podría sobrevivir en los ácidos del estómago, lo que resultó clave para tratar las úlceras pépticas y las gastritis, y lo que es un ejemplo de que hay verdades científicas que con el tiempo se demuestra que no eran del todo ciertas. Era por eso que Warren afirmaba que "es mejor que los científicos hablen de hechos y no de verdades", puesto que "los científicos buscan teorías que encajen con los hechos, pero van evolucionando según avanzamos", dejando el concepto "verdad" para estudios más filosóficos. Asimismo concluía que "las teorías se acercan a algo pero nunca sabremos si es una verdad absoluta", y de hecho, a toda teoría, siempre se le concede un 5 por ciento de margen de error.
En el caso de Robin Warren pudo observarse, además, como el mundo científico tardó mucho tiempo en aceptar su nuevo hallazgo. Tal y como explicaban en esta reunión, "la bacteria era como el elefante en la habitación que nadie quería ver". De hecho, uno de los grandes problemas es que hay hechos que se aceptan como dogmas, y es muy difícil poder convencer a la propia sociedad científica de los mismos.
Los hechos cambian pese al dogmatismo científico
Hablando de la dificultad de hacer entender a la sociedad los nuevos hallazgos científicos, y de cómo muchas veces suponen el rechazo por parte del propio mundo científico, Punset enunciaba una paradoja, y es que el hecho de no estar solos en la ciencia ha supuesto en sí un dogma.  "Se consideraba que el sabio, el que sabía, estaba sólo",  sin embargo, ahora se ha demostrado que "son mejores descubridores de conocimientos los que trabajan con los demás, que los que están solos".
Lo cierto es que los hechos que conocemos hoy, de forma radical o quizás más evolutiva, van cambiando, ajustándose, según la ciencia descubre más partes del conjunto total de la verdad. "En ciencia hay más verdades inciertas que en el resto del conocimiento", apuntaba Punset, que insistía en que  la Tierra no era plana, pero tampoco redonda, sino ovoide. Pero en los anteriores casos, esas dos ideas se consolidaron como una gran verdad, un dogma científico que costó desechar para abrir paso a una nuevo pensamiento.
De hecho, hay muchas verdades que han dejado de serlo.  Por ejemplo, se creía que en los últimos 500 años se habían extinguido un total de 187 especies, y luego se descubrió que un tercio de las mismas aún existían. Se descubren nuevos elementos en la tabla periódica, el número de asteroides se duplica cada diez años, etc.
"Son hechos científicos que se dan por supuestos, hasta que se descubre algo nuevo, y el paradigma cambia", aportaba Samuel Arbesman, que participaba en el debate por videoconferencia.  Precisamente en línea a esta crítica del dogmatismo científico, Punset insistía en que "este es un país muy dogmático, que es la antítesis de la ciencia", explicando que además, "no hubo revolución científica en España".
Ese era otro de los puntos clave del debate, diferenciar entre "revolución" y "evolución", es decir, entre entender que los hechos científicos evolucionan lentamente, o si se producen grandes revoluciones de paradigmas. En este sentido, Punset reflexionaba recordando que aún están por asumir grandes cambios como "el poder infinito, y recientemente descubierto, sobre la capacidad para cambiar la estructura genética de los individuos, que supone un poder desconocido hasta ahora para alterar todo lo que existía tal como lo conocíamos".
Las verdades en Medicina
Dejando de hablar de la ciencia en general, y centrándose en el campo de la Medicina en particular, la intervención de Fernando Caballero, médico y decano de la Facultad de Medicina-UFV, se centraba en explicar que la Medicina, pese a tener "hechos" con una mayor supervivencia, era una de las ciencias más inexactas. Esto era así  ya que, como Caballero explicaba, "se trata de una ciencia con una tremenda variabilidad científica", ya que estudia sujetos que nunca pueden ser iguales entre sí y, por tanto, los resultados dependerán siempre de esa inter individualidad. Tal y como explicaba el experto, "no es como estudiar una barra de platino reproducible", sino que cada sujeto se diferencia genéticamente entre sí, pero también desarrollará de forma diferente según su estilo de vida, dónde habite, etc. Por lo tanto, hay que tener en cuenta que se trata de una información promedio, cuyos resultados dependerán de la aplicación en la misma en cada individuo.
Igualmente, tal y como aportaba Arbesman, "es muy difícil predecir de antemano lo que va a ocurrir, al igual que en ciencia es muy difícil prever qué nuevos descubrimientos se van a hacer", por lo que es un factor a tener en cuenta y para estar abiertos ante nuevos descubrimientos o propuestas.
Por su parte, el premio Nobel opinaba que "se trata de una ciencia totalmente inexacta, explicando que  el objetivo no debe ser tanto el de "refutar", como el  de "afinar" teorías, puesto que cada vez tenemos más información.
Hablando de esa idea de tener cada vez más  datos y más conocimientos, Robin Warren explicaba que es muy difícil que el conocimiento que un hombre como él ha ido absorbiendo en toda una vida,  "un estudiante lo aprenda todo en sólo 5 años".
Precisamente a raíz de esta idea, Fernando Caballero hablaba del último punto clave del debate, la  "obesidad informativa", para la cual también "es recomendable que nos pongamos a dieta". En esta misma idea incidía el divulgador científico Eduardo Punset, que explicaba que "el gran problema es que no estamos formados para tratar la inmensa cantidad de información que se nos viene encima".
En este sentido el moderador recordaba algunos datos como que se ha doblado el número de universidades, que cada 15 años se duplica el número de publicaciones científicas, o que si desde el principio de la humanidad hasta 2003 se habían acumulado 5 exabytes de información, actualmente se produce un exabyte casi cada día.
Por lo tanto, la idea pasa porque no sólo seamos capaces de desechar los hechos que resultan no ser ciertos, y abrirnos hacia nuevos paradigmas o hacia teorías más afinadas, sino que en los tiempos que corren, donde los datos que creamos, recibimos e intercambiamos se  han multiplicado de manera casi incalculable, seamos capaces de procesar toda esa información para traducirla a conocimiento real que podamos ir absorbiendo poco a poco.

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