lunes, 1 de agosto de 2011

"La ley ha cambiado mi vida" · ELPAÍS.com

"La ley ha cambiado mi vida" · ELPAÍS.com: "ENTREVISTA: viene de primera página... la ley antitabaco AMELIA CARRERA Exfumadora. Ha superado un cáncer de pulmón
'La ley ha cambiado mi vida'


EMILIO DE BENITO 01/08/2011

- La reforma de la ley antitabaco que entró en vigor el 2 de enero convirtió a todos los bares y restaurantes en espacios sin humo.

Decir que Amelia Carrera es vitalista es quedarse corto. Ella se denomina 'una superviviente'. Así que hay que manejar dos datos: que nació en Alicante hace 64 años, y que volvió a hacerlo en un hospital madrileño hace 14, cuando superó un cáncer de pulmón con metástasis en el cerebelo. 'Soy un caso único', presume en el despacho de la Asociación Española contra el Cáncer (Aecc) donde trabaja como voluntaria atendiendo el teléfono de Infocáncer.

'Ya no tengo que ir con una lista de bares donde hay espacios sin humo'

Esta habitación, las de alrededor y hasta los pasillos de la sede de la asociación están llenos de carteles advirtiendo contra el tabaquismo, que es la principal causa de enfermedades como la que -sorprendentemente- superó la mujer. 'La quimio fue muy agresiva, y me quitaron un pulmón, que se me resecó', cuenta.

Ante la pregunta de si fue culpa del tabaco, no lo duda: '¡Claro que fue la causa de mi enfermedad! Era una fumadora empedernida. Empecé a los 14 años, en quinto de bachillerato. Al final fumaba dos cajetillas diarias', cuenta. Cuando dice 'al final' se refiere a cuando le detectaron el tumor del cerebro, que fue el primero que dio la cara. 'No me había planteado dejarlo. No tenía síntomas. Tengo tres hijos, y ellos y mi marido, que ya ha fallecido, también fumaban', afirma. Ahora solo lo hace un hijo, y nunca delante de ella.

Le costó apagar aquel último cigarrillo. 'Me preguntaba que para qué lo iba a dejar si tenía tan mal pronóstico. Aunque, por otro lado, siempre supe que yo iba a vencer aquello', afirma. 'Pero, por ese pasado de fumadora, puedo entender que te dé rabia que no te dejen fumar un cigarro en algunos sitios', dice. 'Por eso a mí la ley me ha cambiado la vida'.

Se refiere, claro, a la ley antitabaco que entró en vigor en España el 2 de enero de este año, y que convirtió prácticamente todos los espacios cerrados en lugares sin humo. 'Con mis antecedentes, yo no me puedo exponer al humo de un pitillo siquiera, y me resultaba muy difícil salir a cenar o a tomar un café o una caña. Ya no tengo que tener un listado con los sitios que tenían perfectamente separados los espacios de los no fumadores', cuenta esta catedrática de Historia de secundaria retirada.

Por eso, si la ley de 2005 le pareció un avance en su momento, observada ahora, cuando la prohibición es total, a Carrera le parece que 'se quedó corta'. 'Esta medida tenía que haberse tomado entonces. No solo por los lugares, que no son tantos, que hicieron obra para adaptarse a la ley, sino por personas como yo. Ahora me doy cuenta de cómo aquella ley se quedó corta y me quitó una calidad de vida que ahora tengo', cuenta segura de lo que dice.

Además, ella, como otras personas que conoce, ha desarrollado una 'sensibilidad especial' al humo del tabaco, no sabe si como un mecanismo de supervivencia. 'Enseguida noto si en algún sitio hay alguien fumando, y me tengo que ir', afirma.

Una llamada telefónica interrumpe la entrevista. Amable y profesional, Carrera obliga al periodista y al fotógrafo a salir del despacho. 'Hay que respetar la intimidad de los que llaman, que a veces lo hacen de manera anónima, y otras están hechos polvo, porque les acaban de decir que ellos o alguien de su entorno tiene cáncer', se justifica. A través del cristal, se ve cómo toma notas, consulta papeles y da una serie de números de teléfono y de direcciones. Cuando acaba, nos invita a entrar con una sonrisa.

'Podría usar mi experiencia, mi propio caso, para empatizar con los que llaman, para que vean que les entiendo, que sé por lo que están pasando. Pero no debo. Mi papel no es contar mi vida. Es dar asesoría a los que nos consultan', cuenta. De hecho, cuando, una vez superada la enfermedad, se planteó realizar algún voluntariado, evitó que fuera sobre cáncer, porque aún le 'removía cosas'. 'Pero hace tres años ya puedo hablar de esto sin que me afecte'. Eso, desde luego, ha quedado demostrado.

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