ANÁLISIS | Datos de laboratorio
El nuevo coronavirus se distancia del virus del SARS
- Presenta características distintas al virus de la famosa neumonía asiática
- Los patrones de infección y desarrollo de la enfermedad no son comunes
Poco a poco se van conociendo más detalles sobre el nuevo virus respiratorio que se generó en Oriente Medio, al que se ha bautizado con las siglas MERS-CoV, y que ya ha afectado a 58 personas y ha acabado con la vida de 34 pacientes.
Según un último análisis, cuyos datos ha recogido la revista The Lancet, la infección por este patógeno presenta características propias que le diferencian cada vez más del virus del SARS, también de la familia de los coronavirus y con el que se le ha comparado hasta el momento por tener en común un cuadro de neumonía y fracaso respiratorio.
A esta conclusión han llegado investigadores de Alemania, Escocia y Estados Unidos tras analizar los datos de un paciente de 73 años tratado en Múnich, Alemania, tras haber sido trasladado desde un hospital de Abu Dhabi y que falleció 10 días después de su ingreso como resultado de un fallo multiorgánico.
Uno de los problemas para conocer mejor este virus es que es difícil de aislar en las personas afectadas, particularmente en la fase tardía de la enfermedad. Tan sólo se han publicado tres análisis (con el de ahora) de muestras del nuevo coronavirus obtenidas en pacientes. La evaluación de estas cepas y de los pacientes es primordial para conocer cómo puede extenderse esta infección, algo importante si se tiene en cuenta que el 'pariente' más cercano a este nuevo virus, el SARS, causó en su momento 8.000 casos y 774 muertes en 25 países. Dimensión que todavía no ha alcanzado el nuevo coronavirus, aunque ya se han registrado casos en Jordania, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Francia, Alemania, Italia, Túnez y Reino Unido.
En cuanto a las vías de eliminación del virus, según los datos obtenidos en este paciente y de otro caso publicado, parece que el MERS-CoV no se detecta en las heces o bien su nivel es muy bajo, a diferencia de lo que ocurría con el SARS. No obstante, en muchos casos no se han recogido muestras de heces, por lo que los investigadores recomiendan que, a partir de ahora, sí se haga para poder conocer si las heces tienen un papel en la transmisión del virus o si, como se sospecha ahora, esto no es así en este nuevo coronavirus.
Por otro lado, la presencia del virus en la orina podría indicar que es capaz de replicarse en los riñones de los pacientes, lo que podría también explicar por qué éste y otros afectados en Francia tiene fallo renal.
Aunque, según advierten los investigadores, los antibióticos prescritos al inicio del proceso infeccioso también podrían haber deteriorado la función renal, por lo que es necesaria más investigación en este sentido.
Todos estos datos sugieren, según reconocen los investigadores en su artículo, que parece que hay bajo riesgo de infección durante la fase no respiratoria. Además, los datos sugieren un bajo riesgo al manipular muestras de sangre en los procedimientos de laboratorio.
"Los datos de laboratorio como éstos son fundamentales para poder dar recomendaciones sobre el diagnóstico, hacer proyecciones sobre el pronóstico del paciente, como también para estimar los riesgos de la infección", afirma el profesor Christian Drosten, principal autor del estudio.
"En ausencia de datos cualitativos de laboratorio bien documentados de los casos MERS, la mayoría de estas consideraciones hechas hasta ahora han sido asumidas por analogía con el SARS. Sin embargo, ahora estamos encontrando que ciertas características elementales del virus parecen ser diferentes a las del SARS".
Benoit Guery y Silvie van der Werf, del servicio de Gestión de Infecciones del Hospital Huriez, en Francia, señalan en un comentario que acompaña al estudio que "el brote MERS podría estar todavía en una fase inicial. Ahora es el momento de diseñar y evaluar protocolos terapéuticos [...] Se podrían utilizar los protocolos desarrollados para el SARS pero las diferencias observadas en el huésped y en la susceptibilidad a los fármacos, como el interferón alfa, para estos dos coronavirus habría que tenerlas en cuenta".
Según un último análisis, cuyos datos ha recogido la revista The Lancet, la infección por este patógeno presenta características propias que le diferencian cada vez más del virus del SARS, también de la familia de los coronavirus y con el que se le ha comparado hasta el momento por tener en común un cuadro de neumonía y fracaso respiratorio.
A esta conclusión han llegado investigadores de Alemania, Escocia y Estados Unidos tras analizar los datos de un paciente de 73 años tratado en Múnich, Alemania, tras haber sido trasladado desde un hospital de Abu Dhabi y que falleció 10 días después de su ingreso como resultado de un fallo multiorgánico.
Uno de los problemas para conocer mejor este virus es que es difícil de aislar en las personas afectadas, particularmente en la fase tardía de la enfermedad. Tan sólo se han publicado tres análisis (con el de ahora) de muestras del nuevo coronavirus obtenidas en pacientes. La evaluación de estas cepas y de los pacientes es primordial para conocer cómo puede extenderse esta infección, algo importante si se tiene en cuenta que el 'pariente' más cercano a este nuevo virus, el SARS, causó en su momento 8.000 casos y 774 muertes en 25 países. Dimensión que todavía no ha alcanzado el nuevo coronavirus, aunque ya se han registrado casos en Jordania, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Francia, Alemania, Italia, Túnez y Reino Unido.
Detalles de la investigación
Por un lado, los médicos analizaron la historia clínica del paciente y además secuenciaron el genoma del nuevo virus. Lo que mostraron estos análisis fue que la mayor carga viral estaba alojada en las vías respiratorias bajas. Sin embargo, "las características elementales del virus, como el uso del receptor y la sensibilidad al interferón tipo I y II, difieren sustancialmente de las que tenía el coronavirus SARS, lo que sugiere que podrían existir diferencias en los patrones de la enfermedad", señalan en su artículo.En cuanto a las vías de eliminación del virus, según los datos obtenidos en este paciente y de otro caso publicado, parece que el MERS-CoV no se detecta en las heces o bien su nivel es muy bajo, a diferencia de lo que ocurría con el SARS. No obstante, en muchos casos no se han recogido muestras de heces, por lo que los investigadores recomiendan que, a partir de ahora, sí se haga para poder conocer si las heces tienen un papel en la transmisión del virus o si, como se sospecha ahora, esto no es así en este nuevo coronavirus.
Por otro lado, la presencia del virus en la orina podría indicar que es capaz de replicarse en los riñones de los pacientes, lo que podría también explicar por qué éste y otros afectados en Francia tiene fallo renal.
Aunque, según advierten los investigadores, los antibióticos prescritos al inicio del proceso infeccioso también podrían haber deteriorado la función renal, por lo que es necesaria más investigación en este sentido.
Todos estos datos sugieren, según reconocen los investigadores en su artículo, que parece que hay bajo riesgo de infección durante la fase no respiratoria. Además, los datos sugieren un bajo riesgo al manipular muestras de sangre en los procedimientos de laboratorio.
"Los datos de laboratorio como éstos son fundamentales para poder dar recomendaciones sobre el diagnóstico, hacer proyecciones sobre el pronóstico del paciente, como también para estimar los riesgos de la infección", afirma el profesor Christian Drosten, principal autor del estudio.
"En ausencia de datos cualitativos de laboratorio bien documentados de los casos MERS, la mayoría de estas consideraciones hechas hasta ahora han sido asumidas por analogía con el SARS. Sin embargo, ahora estamos encontrando que ciertas características elementales del virus parecen ser diferentes a las del SARS".
Benoit Guery y Silvie van der Werf, del servicio de Gestión de Infecciones del Hospital Huriez, en Francia, señalan en un comentario que acompaña al estudio que "el brote MERS podría estar todavía en una fase inicial. Ahora es el momento de diseñar y evaluar protocolos terapéuticos [...] Se podrían utilizar los protocolos desarrollados para el SARS pero las diferencias observadas en el huésped y en la susceptibilidad a los fármacos, como el interferón alfa, para estos dos coronavirus habría que tenerlas en cuenta".
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