OBITUARIO
Barnaby Jack, el ‘hacker’ de los aparatos médicos
Fue además el primero en romper la seguridad de un cajero automático
Barnaby Jack no asistirá al Black Hat de Las Vegas.
La gran cita anual de los hackers del mundo, que se celebrará la próxima semana en Las Vegas (Nevada, EE UU), tenía como uno de sus invitados estrella a Barnaby Jack. Su tema no era nada convencional, como él mismo. Iba a hablar del pirateo de los aparatos médicos, de la falta de seguridad de la tecnología sanitaria. No de sus bancos de datos, sino de algo más alarmante: de los sistemas de diálisis de los diabéticos, de los marcapasos y hasta de los mismos implantes. ¿Podría un día un hacker introducirse en un corazón artificial?
Por una semana, Barnaby Jack nos ha dejado sin respuesta. El jueves su hermana Amberleigh confirmó que Barby Jack había muerto repentinamente en un hospital de San Francisco (California). Tenía 36 años. No se explicaron las causas del fallecimiento.
Según el célebre experto informático, había formas de matar a un hombre a 10 metros de distancia interfiriendo electrónicamente en varios de los dispositivos que le mantienen con vida.
IOActive, la empresa de seguridad informática en la que trabajó Jack, emitió un primer tuit recordándole: “Perdido, pero no olvidado nuestro querido pirata, Barnaby Jack, descanse en paz”.
Jack se convirtió en uno de los hackers más famosos del planeta cuando en agosto de 2010 hizo una demostración pública y en directo de cómo hacer, mediante un simple ordenador portátil, que un cajero automático despidiera dinero fresco. En este año, el actual empleado en la empresa de antivirus McAfee demostró, tras solo dos semanas de trabajo, que podía intervenir a 100 metros de distancia en las señales de radio de las bombas de insulina, variando las dosis, lo que podría provocar la muerte del paciente. Su dispositivo podía incluso escanear una multitud para detectar quiénes tenían instalado uno de estos dispositivos y “secuestrarlo”.
Como relató a la BBC en una entrevista en abril de 2012, “mi intención es promover cambios en estas empresas para que introduzcan un nivel significativo de seguridad en sus aparatos”.
Sus espectaculares denuncias han alertado de la fragilidad de los protocolos que se están empleando en la industria médica, y lo fácil que es saltárselos. No le ha dado tiempo a demostrarlo en Las Vegas, pero su denuncia sin duda no se olvidará.
La gran cita anual de los hackers del mundo, que se celebrará la próxima semana en Las Vegas (Nevada, EE UU), tenía como uno de sus invitados estrella a Barnaby Jack. Su tema no era nada convencional, como él mismo. Iba a hablar del pirateo de los aparatos médicos, de la falta de seguridad de la tecnología sanitaria. No de sus bancos de datos, sino de algo más alarmante: de los sistemas de diálisis de los diabéticos, de los marcapasos y hasta de los mismos implantes. ¿Podría un día un hacker introducirse en un corazón artificial?
Por una semana, Barnaby Jack nos ha dejado sin respuesta. El jueves su hermana Amberleigh confirmó que Barby Jack había muerto repentinamente en un hospital de San Francisco (California). Tenía 36 años. No se explicaron las causas del fallecimiento.
Según el célebre experto informático, había formas de matar a un hombre a 10 metros de distancia interfiriendo electrónicamente en varios de los dispositivos que le mantienen con vida.
IOActive, la empresa de seguridad informática en la que trabajó Jack, emitió un primer tuit recordándole: “Perdido, pero no olvidado nuestro querido pirata, Barnaby Jack, descanse en paz”.
Jack se convirtió en uno de los hackers más famosos del planeta cuando en agosto de 2010 hizo una demostración pública y en directo de cómo hacer, mediante un simple ordenador portátil, que un cajero automático despidiera dinero fresco. En este año, el actual empleado en la empresa de antivirus McAfee demostró, tras solo dos semanas de trabajo, que podía intervenir a 100 metros de distancia en las señales de radio de las bombas de insulina, variando las dosis, lo que podría provocar la muerte del paciente. Su dispositivo podía incluso escanear una multitud para detectar quiénes tenían instalado uno de estos dispositivos y “secuestrarlo”.
Como relató a la BBC en una entrevista en abril de 2012, “mi intención es promover cambios en estas empresas para que introduzcan un nivel significativo de seguridad en sus aparatos”.
Sus espectaculares denuncias han alertado de la fragilidad de los protocolos que se están empleando en la industria médica, y lo fácil que es saltárselos. No le ha dado tiempo a demostrarlo en Las Vegas, pero su denuncia sin duda no se olvidará.
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