Los profesionales de Atención Primaria creen que no hay que quedarse solo en la queja, sino aportar soluciones

Madrid (25-27/04/2015) - Silvia C. Carpallo

El Coloquio EL MÉDICO sobre Atención Primaria reunió a las principales sociedades científicas de la especialidad para debatir sobre los retos del primer nivel asistencial, como la falta de presupuestos o la precariedad laboral; y la búsqueda de soluciones, que pasanm entre otras, en dar más autonomía a los centros de salud o inculcar el valor de la AP desde la Universidad

Falta voluntad política para potenciar realmente la Atención Primaria y, como consecuencia de la misma, los presupuestos, lejos de aumentarse como lleva reclamándose muchos años, disminuyen. Y es que si el Foro de Atención Primaria seguía demandando hace días el ansiado 20 por ciento, la media nacional se sitúa en torno al 14, e incluso en torno al 10 por ciento del presupuesto sanitario en la Comunidad de Madrid. Estas eran algunas de las cifras que se ponían de manifiesto en un nuevo Coloquio EL MÉDICO, centrado en esta ocasión en el punto de vista de los profesionales sobre la Atención Primaria.

Una de sus principales conclusiones era que, si bien está bien analizar la situación, "no hay que quedarse en la queja, sino aportar soluciones", tal y como opinaba Yolanda Martín, portavoz de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). A esta idea, José María Molero, del Consejo Asesor de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), respondía que las propuestas pasan precisamente por aumentar presupuestos, renovar plantillas y conseguir dar el protagonismo que se merecen a las gerencias de Atención Primaria. "Tenemos bajo presupuesto, bajos salarios, poco mantenimiento, pero es que además se están desmantelando las gerencias de Primaria", se preocupaba por su parte Ramón Morera, presidente de la Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria (SEDAP), que explicaba que estas están desapareciendo "en favor de las áreas integradas, que generalmente se olvidan de la Primaria". En este sentido, el representante de semFYC volvía a responder que ciertamente "también tenemos nuestra parte de responsabilidad", explicando que para que estas quejas realmente lleguen a la sociedad "necesitamos una sola voz que aglutine todos nuestros intereses".

Empezar en la Educación

Para cambiar lo que es actualmente la situación crítica de la Atención Primaria hay que partir de los cimientos, es decir, no de la asistencia sino desde la propia Universidad. Esa era la visión que aportaba Milagros González, portavoz de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), que reclamaba la creación de cátedras de Atención Primaria, lo que ayudaría a fomentar la formación y la investigación dentro de la AP. "A lo largo de toda la carrera se habla de todas las especialidades menos de la nuestra".

Si bien es cierto que desde la reforma llevada a cabo por el Plan Bolonia el 75 por ciento de las facultades de Medicina ya tienen de alguna manera una asignatura de Atención Primaria, esta sólo se imparte por médicos de familia en un 20 por ciento de los casos. Todo ello dificulta, en palabras de González, que "los alumnos lleguen a Atención Primaria con convicción y no porque no hayan obtenido plaza en otra especialidad".

Conseguir mayor autonomía

Otro de los reclamos era realizado por Antonio Fernández-Pro, vicepresidente 1º de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que explicitaba que "el problema básico es la falta de autonomía de los centros. Hay gerencias que tienen problemas hasta para pedir un simple PSA". De esta manera, puntualizaba que cuando se habla de gestión clínica no hace falta hablar de Unidades de Gestión Clínica, sino de algo mucho más sencillo, como es la capacidad de identificar la autogestión al menor gasto posible. "Esto se traduce en dar mayor autonomía de gestión tanto al médico como a los propios centros de salud, es decir, que la Administración diga qué y cuánto, y el profesional diga el cómo".

Pese a ello, Yolanda Martín matizaba que por mucho que el profesional quiera hacer, si la gestión de su centro no le permite hacerlo, no hay camino posible, pese a lo cual no desistía en volver a animar a los profesionales a ser más participativos y activos en la mejora de este primer nivel.