El grado insta a superar su divorcio del posgrado

La adaptación del grado a Bolonia no ha hecho aún realidad el continuo formativo que busca Medicina. Los docentes plantean "medidas correctoras" y una formación en competencias para converger con el posgrado.

Enrique Mezquita | Valencia | 12/06/2012 00:00

Jesús Millán, catedrático de la Complutense; Antonio Guerrero, director de Docencia del Hospital de la Ribera y moderador de la mesa, y Germán Cerdá, decano de la Universidad Católica. (Enrique Mezquita)

El continuum educativo al que aspira la formación médica -y que la propia LOPS consagra como objetivo- es poco menos que una entelequia en el contexto actual, y la adaptación de los programas universitarios a las directrices de Bolonia no ha servido, al menos todavía, para superar la falla actual entre grado, posgrado y formación continuada. Aunque los docentes reunidos en el IV Congreso de Gestión Clínica, organizado por la Fundación Gaspar Casal en el Centro de Investigación Príncipe Felipe, de Valencia, han coincidido en que la adaptación al proceso de Bolonia supone una gran oportunidad para la formación de los médicos españoles, Jesús Millán, catedrático de Medicina Interna de la Universidad Complutense, ha alertado de que esa ansiada continuidad docente no se produce. "Actualmente existen excesivos saltos en el proceso formativo: primero, el alumno está en la facultad, después cursa el MIR y, cuando termina la especialidad, en teoría comienza su formación continuada.

Ahora bien, en este momento las facultades de Medicina nada tienen que ver con la formación de una especialidad y, recíprocamente, nadie pregunta a las facultades nada acerca de la enseñanza de posgrado", se queja Millán. Para evitar esta situación, el catedrático madrileño urge la adopción de "medidas correctoras" y, en ese sentido, vuelve los ojos a las propias facultades: "Habría que tener en cuenta lo que ya están haciendo los centros tras la adaptación del grado a Bolonia, y es preparar al futuro especialista para que acuda al examen MIR tras haber adquirido en la facultad una serie de competencias concretas". En este contexto sitúa la propuesta de las facultades y de la Conferencia de Decanos de convertir el examen MIR "en una prueba objetiva de evaluación de las competencias, que facilite y garantice que el ya médico que va a acceder a una especialidad lleva un bagaje correcto".

Repensar el modelo

Menos crítico que su colega de la Complutense, Germán Cerdá, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Valencia, cree que Bolonia "nos ha dado la posibilidad de repensar qué tipo de médicos queremos, tanto en el ámbito personal como profesional, y qué hacer para conseguirlos". Según, él la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior también debería permitir "repensar el modelo docente" y, en este sentido, ha incidido en la necesidad de evaluar los propios métodos educativos para progresar. "No hay innovación sin evaluación", ha concluido el decano de la facultad valenciana.