sábado, 23 de junio de 2012

La atención integral al adolescente, una utopía más de nuestro sistema sanitario || El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad La atención integral al adolescente, una utopía más de nuestro sistema sanitario


La atención integral al adolescente, una utopía más de nuestro sistema sanitario


Junio de 2012 - Jorge Sánchez Franco

La asistencia sanitaria al paciente adolescente en España es aceptable y, por lo tanto, mejorable. Esto es lo que opinan los expertos que, precisamente, apuntan la necesidad de una mayor formación específica por parte de los profesionales implicados en ella como uno de los ámbitos de mejora de la atención sanitaria a este colectivo en España

La adolescencia es el periodo de desarrollo biológico, psicológico, sexual y social que va inmediatamente después de la niñez. Su rango de duración varía ligeramente según las diferentes fuentes y opiniones médicas, científicas y psicológicas, aunque generalmente se enmarca entre los 10 y los 19 años de edad, tal y como establece la Organización Mundial de la Salud. La primera fase de la adolescencia es la pubertad, que comienza normalmente a los 10 años en las niñas y a los 11 en los niños, y alcanza hasta los 14 años aproximadamente. Por su parte, la adolescencia media y tardía se extiende hasta los 19 años. A esta etapa le sigue la juventud plena, que va desde los 20 hasta los 24 años.

En España, la edad pediátrica llega hasta los 14 años en la mayoría de las comunidades autónomas. Esto quiere decir que los padres pueden optar indistintamente por el pediatra o por el médico de familia a partir de dicha edad, que supone el fin de la pubertad. Sin duda alguna, esto plantea un problema importante: no todos estos profesionales están dispuestos a hacerse cargo de la atención sanitaria al adolescente por considerarle un paciente "incómodo". Sin embargo, detrás de todo esto nos encontramos con que esta disciplina ha tenido un escaso desarrollo en nuestro país. Entidades como la Sociedad Española de Medicina del Adolescente (SEMA) luchan por cambiar esa situación de cara al futuro.




La formación específica, principal punto débil

"Podemos decir que la atención a la salud integral del adolescente es la gran olvidada del Sistema Nacional de Salud (SNS)", apunta el doctor José Luis Iglesias, presidente del Comité Organizador del XXI Congreso de la SEMA, celebrado recientemente en Santiago de Compostela. Precisamente, "nuestra sociedad científica nació hace 23 años con el objetivo de generar y cohesionar un grupo de expertos en el abordaje del paciente adolescente", añade. En la actualidad, hay inscritos más de 150 pediatras y médicos de Atención Primaria. Una de sus principales demandas tiene que ver con la formación, ya que los programas educativos de las facultades de Medicina "no abordan suficientemente las características específicas de este grupo de población".

En la formación pregrado, el experto propone la inclusión de talleres sobre temáticas específicas del adolescente: trastornos de la conducta alimentaria, sexualidad, cuidados del deportista, etc. Además, "es importante tener en cuenta todos estos aspectos en los programas de las diferentes reuniones y congresos que se celebran tanto en el ámbito de la pediatría como en el de la atención primaria", afirma. De la misma manera, a las administraciones se les pide "un trato diferenciado para este grupo de población, tanto en el ámbito formativo como en el asistencial". A pesar de estas deficiencias, los médicos "estamos mejor preparados que antes" para atender a estos pacientes, incluso desde otras especialidades, como la psiquiatría.

Desde el punto de vista estrictamente asistencial, tanto los médicos de familia como los pediatras están de acuerdo en la importancia del factor tiempo. "Si sólo les das dos minutos es probable que no vuelvan más por tu consulta", explica el doctor Iglesias. "Los adolescentes necesitan profesionales fiables, accesibles y con tiempo para resolverles sus problemas", afirma. A este respecto, el experto propone generalizar la figura del médico del adolescente en los centros educativos a partir de los 12 años e implantar consultas especializadas en los hospitales provinciales para los problemas más graves. Para ello, "habría que buscar profesionales que quieran asumir esta tarea y darles formación específica sobre los temas que preocupan a estos jóvenes".

El doctor Iglesias ha hecho un llamamiento a la Administración para que "organice de una vez por todas la asistencia sanitaria al paciente adolescente en nuestro país". Tal y como se puso de manifiesto en el XXI Congreso de la SEMA, la prevención debe ser el elemento central de dicha atención. "Es importante en aspectos tales como los trastornos de la conducta alimentaria o el embarazo no deseado", afirma. Por otro lado, también se abordaron los problemas psiquiátricos más comunes en el adolescente y su vinculación con el fracaso escolar. "El retraso mental moderado, el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y los trastornos conductuales (impulsividad, agresividad, etc.) son los principales".

Dos problemas especialmente destacados durante el XXI Congreso de la SEMA han sido el 'ciberbullying' (el uso de los medios telemáticos para ejercer el acoso psicológico entre iguales) y el 'grooming' (acoso sexual por parte de un adulto a través de internet). "Hoy por hoy, todos tenemos asumido el uso diario de las nuevas tecnologías en acciones tales como el envío de un correo electrónico o la sincronización de nuestros contactos del teléfono móvil", afirma el experto. Sin embargo, "no debemos obviar el fuerte estímulo que pueden llegar a sentir estos jóvenes al situarse delante de cualquier dispositivo con conexión a internet", señala. "Esa sensación de impunidad hace que muchas veces no aprecien el peligro y los efectos perniciosos que pueden sobrevenir poco a poco". El doctor Iglesias recomienda a los padres que no permitan a sus hijos utilizar dichos aparatos sin su supervisión hasta los 16 años de edad.




La Consulta Joven, una experiencia plenamente probada

Por su parte, la doctora Marta Moya, coordinadora del Grupo del Adolescente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), ha apuntado la existencia de una serie de sugerencias generales en torno a la atención sanitaria del paciente adolescente, como la implantación de la Consulta Joven. La iniciativa "está dando muy buenos resultados en aquellas regiones en las que está plenamente desarrollada", afirma. Este tipo de consulta se integra dentro de la actividad asistencial ordinaria de los centros de salud con el objetivo de "subsanar algunos problemas característicos de estos jóvenes", añade. El adolescente "acude poco al médico porque goza de un buen estado general de salud, por lo que el profesional debe aprovechar sus escasas visitas para hacer actividad preventiva".

La Consulta Joven debe tener unos horarios flexibles y abiertos, lo que hace que existan diferentes modalidades según las preferencias de cada profesional y las características del centro de salud y de la población adolescente que atiende. En muchos casos, "se aprovecha el horario de tarde para atender a estos pacientes", destaca la experta. Además, se requiere la existencia de un equipo multidisciplinar formado por el médico de familia, el pediatra y la enfermera fundamentalmente. "Todos ellos deben contar con una formación específica, destacando especialmente la entrevista clínica del adolescente", apunta. El Grupo del Adolescente de la semFYC ha desarrollado y publicado una sistemática de entrevista consistente en una serie de preguntas tipo estandarizadas que sirven para cribar las conductas de riesgo.

La doctora Moya ha pedido a la Administración sanitaria que fomente la formación en este campo tan desconocido y que extienda las revisiones obligatorias de la edad pediátrica hasta los 18 años de edad, porque "la actividad preventiva funciona muy bien en los adolescentes: sus hábitos se pueden trabajar y cambiar". Así, por ejemplo, dichas visitas podrían fijarse a los 14, 16 y 18 años, con unos objetivos concretos que cumplir -tanto orgánicos como preventivos-. La prevención en este grupo de población abarca los consumos de tabaco, alcohol y otras drogas, los embarazos no deseados, las enfermedades de transmisión sexual, el sobrepeso y la obesidad, los accidentes, el 'bullying', la violencia familiar y de género o las patologías psiquiátricas, entre otros aspectos.

"También hay que favorecer la actividad comunitaria del médico", recalca la experta. "Es vital que el profesional siga trabajando con los adolescentes fuera del ambulatorio, en estrecha colaboración con los centros educativos de la zona y otras organizaciones similares", añade. Según diversos estudios, "el número de adolescentes puede llegar a triplicarse en consulta si el médico responsable de la misma realiza una actividad preventiva bien estructurada tanto dentro como fuera del centro de salud". En cuanto a la relación médico-paciente, el profesional "tiene que ser cercano, pero jamás debe intentar ejercer un rol de amigo o colega". De hecho, los adolescentes "suelen reaccionar bastante bien ante el consejo médico en la medida en que se les hace responsables de su propia salud".




El paciente adolescente debe recibir una atención integral

"La asistencia sanitaria al paciente adolescente en España es aceptable y, por lo tanto, mejorable", según apunta el doctor Antonio Redondo, miembro de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y co autor del libro "Medicina de la Adolescencia: Atención Integral" junto con los doctores Germán Castellano e Inés Hidalgo, presidente y vocal de la SEPEAP respectivamente. "Es la única obra de este tipo que se hace en nuestro país y va dirigida a todos aquellos médicos que precisen formación en este área, así como a los adolescentes y sus familiares", explica. De hecho, uno de los anexos incluye materiales específicos para educadores, para profesionales sanitarios y para los propios jóvenes.

Tal y como ha quedado patente, uno de los puntos de mejora de la asistencia sanitaria al paciente adolescente en España tiene que ver con "la necesidad de una mayor formación específica por parte de los profesionales sanitarios implicados en ella", señala el experto. "Conocemos muy bien los aspectos biológicos, pero no así la parte psicológica y social, que tenemos que adquirir por otras vías", añade. "Uno no puede dedicarse a esto simplemente porque le gusten los adolescentes, sino que se ha de tener una buena actitud (ganas de hacerlo) y una mejor disposición para estar al día en cualquiera de los muchos aspectos que rodean a este paciente". El pediatra plantea un máster de posgrado y/o una subespecialidad.

La falta de intimidad de las consultas constituye otro de los principales problemas con los que se encuentran los pediatras. "A los adolescentes les molesta compartir la sala de espera con niños más pequeños", afirma el experto. Sin embargo, por encima de todo esto está el tiempo que se necesita para atender una consulta de este tipo, estimado en aproximadamente una hora. "No se puede conseguir hoy en día". Y es que a partir de los 12 años de edad "ya suele ser necesaria una amplificación de la consulta como consecuencia del cambio de relación del adolescente con su familia". El experto se muestra favorable a la implantación de la Consulta Joven en institutos y centros de ocio adolescente. "La iniciativa está muy bien siempre y cuando se pueda mantener en el tiempo".




La prevención, cuanto antes mejor

Con respecto a la actividad preventiva, "cuanto antes se empiece, mejores resultados se obtendrán", señala el doctor Redondo. "Se debe llevar a cabo en los tres ámbitos en los que se desarrolla el adolescente -el entorno familiar, el colegio y la sociedad-, logrando su total implicación de manera indirecta", explica. Se trataría de un trabajo continuado en el que habría que implicar al mayor número posible de profesionales: pediatras, médicos de familia, enfermeros, psicólogos, psiquiatras, ginecólogos, pedagogos, etc.

Precisamente, ésta es la idea en torno a la cual gira el libro "Medicina de la Adolescencia: Atención Integral", que consta de 133 capítulos y cuenta con la colaboración de cerca de 220 profesionales de España, Portugal, Italia, Iberoamérica y Estados Unidos.




LA SALUD MENTAL DEL ADOLESCENTE, PENDIENTE DE LA ESPECIALIDAD

Según el estudio "El trastorno mental grave en niños y adolescentes en la sanidad pública española", elaborado por un grupo de profesionales que desarrollan su labor en centros de salud mental dependientes de hospitales universitarios, entre el 10 y el 20 por ciento de los niños y adolescentes españoles sufren trastornos mentales. En este sentido, los especialistas afirman que "son necesarios más y mejores recursos para realizar diagnósticos precoces e implementar tratamientos tempranos intensivos con el objetivo de lograr una evolución más favorable de los niños y adolescentes afectados". Por ello, consideran esencial que el Ministerio de Sanidad desarrolle las especialidades de Psiquiatría del Niño y del Adolescente y de Psicología Clínica de Infancia y Adolescencia, algo que también ha pedido Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados.

Para la doctora Encarnación Mollejo Aparicio, jefa del Servicio de Salud Mental del Distrito de Arganda del Rey (Madrid), "la aparición de estos trastornos en edades muy tempranas y su persistencia a lo largo de los años comprometen el desarrollo personal de los niños y adolescentes que los sufren y afectan gravemente a su vida familiar, escolar, social y laboral, produciendo una importante desadaptación y sufrimiento". Entre otras demandas, se pide el establecimiento de un protocolo de tratamiento individualizado, un programa de continuidad de los cuidados y actuaciones coordinadas con los ambulatorios y los centros educativos.
También es necesario que se revisen y analicen algunas experiencias de tratamiento en niños y adolescentes que ya están en marcha en nuestro país.

Según la doctora María Dolores Domínguez, presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (AEPNyA), "la adolescencia, como toda transición, implica situaciones de tensión y de crisis que tienen proyección en el ámbito de la salud mental". Es el momento de la individualización y la identificación de género. Por lo tanto, "se da toda una serie de situaciones conflictivas con padres y amigos y es frecuente la aparición de trastornos como consecuencia de todo esto", explica. Por otro lado, en esta etapa de la vida "pueden debutar algunas de las enfermedades mentales más graves, como la esquizofrenia o la psicosis, y aparecen las conductas de riesgo, como el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas".

La labor de los psiquiatras del Niño y el Adolescente se desarrolla fundamentalmente en consultas ambulatorias del ámbito de la atención especializada. "Donde hay suficientes medios se establecen relaciones con la atención primaria, pero esto se vería especialmente favorecido con la creación de la especialidad", apunta la experta. Leire Pajín dejó este anteproyecto de real decreto encima de la mesa de Ana Mato, quien todavía no ha dado muestras de su voluntad al respecto. La AEPNyA, la SEPYPNA (Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente) y la Sección de Salud Mental Infanto-Juvenil de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) han solicitado formalmente una entrevista con la ministra de Sanidad.


Documentación y fuentes
1. Entrevista con el doctor José Luis Iglesias, presidente del Comité Organizador del XXI Congreso de la SEMA.
2. Entrevista con la doctora Marta Moya, coordinadora del Grupo del Adolescente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
3. Entrevista con el doctor Antonio Redondo, miembro de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
4. Entrevista con la doctora María Dolores Domínguez, presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (AEPNyA).
5. EL MÉDICO INTERACTIVO.
6. Europa Press.

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