Las TIC deben adaptarse para que impacten en los resultados en salud

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), unidas a la web 2.0, suponen la segunda revolución informática que afecta al sistema sanitario, tras la llegada de los ordenadores a los hospitales hace 20 años. Para que esta revolución sea útil y mejore los resultados de los servicios asistenciales, las TIC deben adaptarse al sistema, y no al revés.

Enrique Mezquita. Valencia | 12/06/2012 00:00

Miguel Ángel Máñez, Tomás Quirós y Jaume Raventós

Miguel Ángel Máñez, Tomás Quirós -director médico de Calidad y Organización Asistencial del Hospital Universitario de la Ribera y moderador- y Jaume Raventós. (Enrique Mezquita)

El IV Congreso de Gestión Clínica, organizado por la Fundación Gaspar Casal en Valencia (ver DM de ayer), ha puesto de relieve que el uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en el marco sanitario sólo tiene sentido si se adapta de forma adecuada a los actores y procesos clínicos y para producir mejoras en los resultados en salud.

Según ha señalado Jaume Raventós, director de eHealth de Telefónica España, "en la década de los 90 la informatización de los centros de salud y hospitales representó un elemento generador de cambio; hoy estamos delante de un nuevo paradigma: cómo las TIC pueden incidir en propiciar los cambios en la gestión de los procesos clínicos y, con ello, incrementar la eficiencia y la mejora de los resultados clínicos".

Es necesario estratificar pacientes por complejidad, definir el modelo de atención a domicilio y asignar responsabilidades de seguimiento

A diferencia de lo que ocurrió en el primer fenómeno, "ahora a nadie le extraña la tecnología", recordando a modo de ejemplo que "España es el país europeo con más smartphones". No obstante, su uso sólo tiene sentido "si se genera un cambio en la forma de gestión de los procesos vinculados a la salud y la dependencia. De ahí que el concepto de e-salud pueda llegar a convertirse en una tecnología disruptiva".

Raventós ha señalado que el valor de la aplicación de las TIC en salud se debe centrar en mejorar los resultados clínicos y la eficiencia de los procesos, permitir el seguimiento de pacientes en el entorno más favorable (por ejemplo, el domicilio), disponer de mayor información para la toma de decisiones clínicas y propiciar el autocuidado. Para ello, ha explicado que es necesario revisar los procesos clínicos -estratificar pacientes en función de su complejidad, definir el modelo de atención a domicilio y asignar responsabilidades de seguimiento-, adecuar la tecnología a cada proceso y paciente, gestionar el cambio e integrar la información.

La situación actual
El experto ha afirmado que este campo está, en primer lugar, "buscando la evidencia" sobre su utilidad. A modo de ejemplo, ha explicado que el Servicio Británico de Salud (NHS) ha desarrollado entre 2008 y 2011 el mayor ensayo aleatorizado de telesalud y teleasistencia del mundo, con la participación de 6.191 pacientes y 238 médicos de primaria en tres condados (Newham, Kent y Cornualles).

Según Raventós, "los resultados iniciales demuestran que, si se trabaja correctamente, la e-salud puede ofrecer un 20 por ciento de reducción en las admisiones de emergencias, un 14 por ciento menos ingresos, un 14 por ciento menos estancias, un coste un 8 por ciento menor y, sobre todo, una tasa de mortalidad que se reduce un 45 por ciento".

A raíz de estos resultados, el Gobierno británico ha decidido extender el uso de las nuevas tecnologías en salud a tres millones de personas durante los próximos cinco años.

Transparencia
Por su parte, Miguel Ángel Máñez, director económico del Departamento de Salud de Sagunto y coordinador de la Oficina 2.0 de la Agencia Valenciana de Salud, ha destacado que "el sistema sanitario tiene que estar donde está la gente: en internet", recordando que no se debe tener miedo "a compartir", ya que se trata de un gran ejercicio de transparencia.