lunes, 29 de abril de 2013

La libertad de prescripción, ante todo - DiarioMedico.com

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tribuna. José Manuel Bajo Arenas

La libertad de prescripción, ante todo

Facme se opone rotundamente al uso de "supuestos equivalentes terapéuticos" como vía de ahorro porque violan la libre prescripción del médico y los derechos de los pacientes.
José Manuel Bajo Arenas. Presidente de Facme   |  29/04/2013 00:00 


 

Una de las medidas de choque recientemente implantadas para controlar el gasto farmacéutico contempla el uso de los equivalentes terapéuticos. Partiendo de evaluaciones basadas en estimaciones de comparaciones indirectas y sin base científica, algunas autonomías y hospitales están realizando declaraciones de supuesta equivalencia terapéutica entre medicamentos distintos, recurriendo al hecho de que los agentes comparten alguna indicación. La Federación Nacional de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) y sus colectivos profesionales representados se oponen a esta vía de ahorro.

En primer lugar, deben tenerse en cuenta las necesidades del paciente y la forma en la que se manifiesta la enfermedad en cada caso; pero, además, es fundamental considerar aspectos muy importantes del medicamento como su farmacocinética, su farmacodinámica o sus efectos subrogados. Los médicos diagnostican y prescriben los tratamientos basándose en la mejor evidencia científica disponible y después de evaluar el problema de salud del paciente, las alternativas disponibles, las características y preferencias del afectado y el coste del tratamiento de elección. Facultativo y paciente adoptan una decisión clínica que conocen, comparten, aceptan y de la que son plenamente responsables. No debe ser modificada ni gestionada por terceros.

En ocasiones, medidas como las equivalencias derivan en cambios de tratamientos sin conocimiento del médico, privando a los pacientes de la posibilidad de acceder a medicamentos que el profesional sanitario considera necesarios. Se dificulta la adecuada farmacovigilancia y se excluyen de la prestación pública medicamentos autorizados por el Ministerio. Además, supone un empobrecimiento del arsenal terapéutico y un menosprecio del valor de la innovación.

Este tipo de iniciativas autonómicas ponen en riesgo la calidad, cohesión y equidad del SNS. Es esencial que en temas tan importantes haya una única autoridad, la Agencia Española de Medicamentos, que evalúe los medicamentos contando con el criterio de los médicos a través de las sociedades científicas.

Facme está a favor de políticas de fomento de genéricos o de introducción de biosimilares, pero rotundamente en contra de los equivalentes terapéuticos, ya que limitan libertad de prescripción y vulneran los derechos del paciente.

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