modelo de equivalencias terapéuticas
Polémicos algoritmos y central de compras en busca de ahorro
Castilla-La Mancha dice haber reducido su factura en 9 millones. Valencia quiere ahorrar 100 millones en patologías de amplia prevalencia.
Laura G. Ibañes | laura.gutierrez@diariomedico.com | 29/04/2013 00:00
Es difícil ignorar que el objetivo de las autonomías con la puesta en marcha de los diferentes modelos de equivalentes terapéuticos es el ahorro. Ángel Martín, jefe de Área de Farmacia del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), afirma que su autonomía ha conseguido reducir la factura en 9 millones (algo menos de un 2 por ciento sobre su factura total) con la implantación de equivalentes para tres familias de fármacos.
Martín insiste en que su autonomía "no ha implantado equivalentes, son alternativas terapéuticas que mejoran la eficiencia en la prescripción. Las iniciamos en abril de 2012 a través del sistema de prescripción electrónica con las estatinas, los inhibidores de la bomba de protones y los ARA II, que son los grupos en los que vimos alta evidencia científica de indicaciones para un mismo uso y, a la vez, alta variabilidad en costes. En 9 meses hemos ahorrado 9 millones . La simvastatina, por ejemplo, ha crecido un 32 por ciento en prescripciones a la vez que la fluvastatina, la lovastatina y la pravastatina han caído entre un 30 y un 40 por ciento, la atorvastatina un 17 y la rovastatina un 14 por ciento".
Pese al ahorro y a lo que Martín califica en su autonomía de "una resistencia de los profesionales a la medida tan sólo anecdótica", Castilla-La Mancha dice no tener de momento planes para ampliar el sistema a más grupos.
La idea valenciana
El caso valenciano es más ambicioso. Arrancó formalmente con un decreto ley en marzo y tendrá en marcha los primeros "algoritmos de decisión terapéutica corporativa" en los primeros días de mayo. José Luis Trillo, director de Farmacia de la Comunidad Valenciana, cifra el ahorro esperado con esta medida en 100 millones de euros anuales (aproximadamente el 7 por ciento de su factura de fármacos) e insiste en que "nos han tipificado de equivalentes terapéuticos, pero nuestro modelo son los algoritmos de decisión terapéutica, que es algo diferente y mucho más cercano a los protocolos clínicos. No se trata de presentar alternativas entre dos principios activos de un mismo grupo terapéutico, sino que nosotros partimos de la enfermedad y lo que hacemos es un algoritmo para tratarla, lo que significa que se opta entre grupos terapéuticos distintos. Creemos que esto no sólo es útil sino que es imprescindible".
Sabe que la medida es polémica pero dice no temer "un conflicto judicial, porque el texto se debatió previamente con el Ministerio de Sanidad y porque el propio RDL 16/2012 señala que las autonomías deben asistir a los profesionales con protocolos informáticos". Trillo se ampara en la participación de 9 sociedades científicas para confiar en que "a primeros de mayo haya cuatro o cinco consensos listos para implantar algoritmos en patologías de alta prevalencia como asma, osteoporosis, EPOC, hipertensión, depresión o diabetes".
Martín insiste en que su autonomía "no ha implantado equivalentes, son alternativas terapéuticas que mejoran la eficiencia en la prescripción. Las iniciamos en abril de 2012 a través del sistema de prescripción electrónica con las estatinas, los inhibidores de la bomba de protones y los ARA II, que son los grupos en los que vimos alta evidencia científica de indicaciones para un mismo uso y, a la vez, alta variabilidad en costes. En 9 meses hemos ahorrado 9 millones . La simvastatina, por ejemplo, ha crecido un 32 por ciento en prescripciones a la vez que la fluvastatina, la lovastatina y la pravastatina han caído entre un 30 y un 40 por ciento, la atorvastatina un 17 y la rovastatina un 14 por ciento".
Pese al ahorro y a lo que Martín califica en su autonomía de "una resistencia de los profesionales a la medida tan sólo anecdótica", Castilla-La Mancha dice no tener de momento planes para ampliar el sistema a más grupos.
La idea valenciana
El caso valenciano es más ambicioso. Arrancó formalmente con un decreto ley en marzo y tendrá en marcha los primeros "algoritmos de decisión terapéutica corporativa" en los primeros días de mayo. José Luis Trillo, director de Farmacia de la Comunidad Valenciana, cifra el ahorro esperado con esta medida en 100 millones de euros anuales (aproximadamente el 7 por ciento de su factura de fármacos) e insiste en que "nos han tipificado de equivalentes terapéuticos, pero nuestro modelo son los algoritmos de decisión terapéutica, que es algo diferente y mucho más cercano a los protocolos clínicos. No se trata de presentar alternativas entre dos principios activos de un mismo grupo terapéutico, sino que nosotros partimos de la enfermedad y lo que hacemos es un algoritmo para tratarla, lo que significa que se opta entre grupos terapéuticos distintos. Creemos que esto no sólo es útil sino que es imprescindible".
Sabe que la medida es polémica pero dice no temer "un conflicto judicial, porque el texto se debatió previamente con el Ministerio de Sanidad y porque el propio RDL 16/2012 señala que las autonomías deben asistir a los profesionales con protocolos informáticos". Trillo se ampara en la participación de 9 sociedades científicas para confiar en que "a primeros de mayo haya cuatro o cinco consensos listos para implantar algoritmos en patologías de alta prevalencia como asma, osteoporosis, EPOC, hipertensión, depresión o diabetes".
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